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OJ Simpson

Esa vez que O.J. Simpson interrumpió las finales de la NBA con persecución policiaca | ES | Translation

Y que encuentran una navaja en la propiedad de O.J. Simpson 22 años después, pero siempre será inocente, dicen, aunque a mí me interrumpió malévolamente mis finales de la NBA en 1994.
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Por fin regresaban los Knicks de Nueva York a las finales de la NBA después de más de 20 años. Era 1994 y el equipo aprovechaba el primer retiro de Michael Jordan para surgir en la Conferencia del Este. Toda esa temporada marcó un despertar nuevo de talento y movimiento de poderes en la NBA tras el retiro repentino de Jordan que dejaba las ventanas abiertas. Patrick Ewing lideraba a los Knicks pero estaba lleno de talento en John Starks, Charles Oakley, Charles Smith y Derek Harper. Del otro lado aparecía Hakeem Olajuwon en una temporada de ensueño y fantasía, llevando a los Rockets de Houston hasta la cima junto a Kenny Smith, la locura de Robert Horry en las finales y más talento en Otis Thorpe, Vernon Maxwell y el novato Sam Cassell. La serie iba empatada y en el Madison Square Garden jugaban el quinto partido el 17 de junio. Estaba viendo el partido con mi hermano cuando los dos soltamos un grito de desesperación y coraje. La transmisión se interrumpía con noticias, sonaba el nombre legendario de O.J. Simpson, hablaban de unos homicidios y luego terminaba viendo una pantalla partida a la mitad. Por un lado estaba el vaivén entre Ewing y los Knicks frente a Olajuwon y los Rockets, y del otro lado las imágenes de una persecución en una camioneta blanca en la que estaba Simpson desenfrenadamente por las calles de Los Ángeles. O.J. Simpson se convertiría en un nombre de cultura popular en el occidente, dejando sin importancia ese quinto partido, y casi 22 años después aparece una navaja misteriosa que le agrega a la locura que rodeó el caso de un doble homicidio y un miembro del Salón de la Fama de la NFL.

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Al final, los Knicks ganaban el partido 91-84, pero serían los Rockets quienes terminarían ganando los últimos dos partidos y con ellos la serie final para levantar el trofeo de campeonato. La serie fue memorable, pero sin duda fue O.J. Simpson quien dejó la huella más grande, convirtiéndose en un fenómeno de la cultural popular, especialmente la estadounidense, y entre otras cosas, agregándose al tema de la relación entre la justicia y el racismo—despertando nuevamente la discusión del caso de Rodney King que sucedió unos años antes en el que la policía de Los Ángeles le dio una paliza en la calle, y que inesperadamente terminó grabada en video. La persecución de Simpson se transmitía en vivo por todos los canales estadounidenses, el partido entre los Knicks y los Rockets quedaba en segundo plano, O.J.—quien en ese entonces trabajaba de analista de la NFL para NBC—estaba de pasajero en una camioneta Bronco blanca apuntando una pistola a su cabeza, veinte carros policiacos y 269 helicópteros se unían a la persecución que no se detuvo hasta 90 minutos y 80 kilómetros después.

Cinco días antes de la persecución, los cuerpos de la ex esposa de O.J., Nicole Brown Simpson, y el mesero Ronald Lyle Goldman, habían sido encontrados. Nicole Brown tenía una serie de puñaladas en la cabeza, el cuello, y en las manos, lo que indicaba un intento de defensa.

Al Cowlings, un amigo de Simpson, manejaba la Bronco blanca que llegaba a la cochera de su hogar después de la dramática persecución. Después de 45 minutos, a Simpson se le permitió salir de la camioneta, entrar a su casa, saludar a su hijo, a su mamá y tomarse un vaso de jugo de naranja. Durante la persecución se contactó a uno de los entrenadores que trabajó con Simpson, John McKay, y éste accedió a llamar a Simpson por celular. La llamada sería grabada y se escuchaba la voz de Simpson en la camioneta disculpándose y declarando que él "era el único que merecía ser dañado" y que "sólo se iba a ir con Nicole", mientras seguía con la pistola en mano.

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Foto: Al Schaben/LA Times

Simpson se entregaría a las autoridades afuera de su casa y sería el protagonista del juicio más publicitado en la historia estadounidense, televisada durante 134 días. Se declaró no culpable.

Pruebas de ADN en la sangre encontrada en la escena del crimen, sobre los cuerpos de Brown y Goldman y en el piso, daban rastro tanto de las víctimas como de Simpson. Calcetas de Simpson encontradas en su hogar también pasaban por pruebas de ADN y encontraban rastros de las tres personas. Se encontraron huellas de un par de zapatos exclusivos Bruno Magli, de los cuales sólo se fabricaron 299 pares, en la escena del crimen y fotografías demostraban a Simpson utilizando estos zapatos. Un guante de mano izquierda empapado en sangre en la escena del crimen también evidenciaba ADN de Brown, Goldman y Simpson. Un guante de mano derecha encontrada en la residencia de Simpson demostraba ser el par del izquierdo encontrado en la escena. Todo indicaba la culpabilidad de Simpson y el guante se convertía en un tema principal, mismo que se probaría Simpson en el juicio. El guante izquierdo se limpió, se congeló y se descongeló. Simpson sufría de artritis y dicen que no tomó sus medicamentos por lo que tendría las manos inflamadas cuando con un guante de látex intentó de ponerse el guante izquierdo. No le quedó, dicen, y sería vital en el juicio.

Simpson tenía a su lado un equipo de abogados de alto perfil que le costaría entre 3 y 6 millones de dólares. Los abogados argumentaban que la evidencia estaba alterada para estar en contra de Simpson, utilizaban el tema de racismo, y no sólo aseguraban que si el guante no le quedara no podría ser Simpson el asesino, también alegaban que un amigo de Brown—Faye Resnick—tenía lazos con narcotraficantes colombianos debido a su adicción a la cocaína y tras un pago pendiente, algún asesino terminaría enfrentando a Brown en la búsqueda de su amigo, lo que terminaría en los homicidios.

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Alrededor de 100 millones de personas a nivel mundial entonaron para ver el veredicto, mismo que declararía a Simpson inocente.

O.J. Simpson pasó de ser un legendario jugador de futbol americano y miembro del Salón de la Fama de la NFL a un ícono extraño de la cultura popular. Y aunque ese veredicto pasaría a ser el clímax del asunto, han pasado muchas cosas en el desenlace. En 1997, un juicio cívico contra Simpson le obligó a pagar 33 millones de dólares a los familiares de las víctimas tras un "homicidio culposo". En 2006, Simpson publicó un libro titulado If I Did It (Si Lo Hice—no tiene acento el "si"). En 2012 aparecía Simpson intentando de vender la navaja que supuestamente se utilizó para matar a Brown y Goldman en 5 millones de dólares. Y ahora en 2016, casi 22 años después del doble homicidio de Brown y Goldman, las autoridades están investigando una navaja que se encontró enterrada en un terreno que en un momento le pertenecía a O.J. Simpson.

La navaja se encontró hace unos años durante una grabación y fue entregada a un policía de tránsito. Detectives se enteraron del descubrimiento recientemente y decidieron levantar una investigación para averiguar si tiene o no relación con esos homicidios de 1994. Simpson había comprado una navaja previo a los homicidios de Brown y Goldman pero nunca fue hallada y terminaba siendo un detalle intrigante que rodeaba todo el caso.

Los fanáticos de los Knicks de Nueva York recuerdan esas finales de 1994 como esa última oportunidad que no lograron ante un poseído Hakeem Olajuwon y una serie perfecta por parte del elenco de Houston. Yo estaba soltando un verdadero coraje tras la interrupción de un suceso tan importante como el quinto juego de esas finales, no lo podía creer. Pero recuerdo bien que poco a poco, conforme el enfoque se tornaba a la camioneta blanca, los homicidios, la persecución y O.J. Simpson, mi atención comenzaba a distraerse y el basquetbol quedaba en ese segundo plano, así como la transmisión lo había determinado. De hecho, cuando salió la noticia de que hoy habían encontrado una navaja que podría ser de O.J. Simpson, tuve que hablarle a mi hermano—un fanático de los Knicks—para que me recordara del partido que estábamos viendo cuando la persecución de Simpson comenzó a interrumpir nuestro grandioso viernes de NBA. Así, Simpson se clavaría en nuestras memorias y algo tan importante como las Finales de la NBA quedaban medio olvidadas.

Veintidós años han pasado y es con mucha mayor probabilidad que cualquier individuo azaroso con el que me cruce tenga idea de quién es O.J. Simpson sin poder identificar los nombres de Patrick Ewing o Hakeem Olajuwon. Sin duda fue Simpson quien marcó ese día e incluso la historia del sistema judicial estadounidense, y a su vez la cultura popular occidental. El caso de O.J. Simpson sigue generando incredulidad, así como en su momento la impecable actuación de Olajuwon en las Finales de la NBA. Pero así como se declararon a los Rockets de Houston campeones, se declaró a Simpson inocente, y una vez que un caso determina a un individuo absuelto, prácticamente no se puede abrir el caso de nuevo, al menos si se abre un juicio federal provocado por una cuestión federal, cosa que no sucederá. Simpson, no sé si eres un genio, un afortunado o infortunado de esta vida, pero todo esto sigue siendo increíblemente perturbador.