Foto: Stephanie Trapp / Showtime
El sábado por la noche, Guillermo Rigondeaux, el Gennady Golovkin de las divisiones pequeñas (por el temor que le tienen), volvió a bajar del ring con un polémico resultado. Sin importar qué haga o deje de hacer en el cuadrilátero, el destino parece jugar en contra del "Chacal, negándole una vez más la ansiada redención que ha buscado con el público desde hace varios años.En Las Vegas, Rigo derrotó por nocaut al mexicano Moisés Flores, luego de que el cubano conectara un golpe a destiempo. Antes de conectar el golpe definitivo sobre el campanazo, el cubano agarró del cuello a su rival, lanzando hasta en tres ocasiones golpes que no debieron contar a pesar de la cercanía del réferi. Flores quedó desparramado en la lona luego de recibir el impacto, y después de varios minutos "revisando" la repetición, el tercer hombre sobre el ring, respaldado por sus allegados, concluyó que había sido un impacto legítimo y coronaron al cubano ganador de la contienda (horas después la Comisión Atlética de Nevada rectificaría y sancionaría el pleito como "No contest", pues este viernes se dará un conocer el veredicto final).
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Para algunos, Rigo sacó a relucir su colmillo retorcido como muchos boxeadores lo hacen a lo largo de sus carreras. Para otros, el cubano debió ser descalificado, tal y como afirma el padre de Leo Santa Cruz, quien tachó de "culón" y "puerco" al campeón cubano. Sin embargo, el supercampeón pluma de la AMB fue un poco menos duro con el desempeño de Rigo, ya que se mostró entusiasmado al enterarse de que "El Chacal" le mencionó después de su pelea como un posible rival para el futuro.
Antes de frotarnos las manos con una posible pelea entre dos de los boxeadores mejor estimados en la actualidad, Rigo tendrá que esperar la resolución de la Comisión Atlética de Nevada para decidir si se ordena una revancha con Moisés Flores o prefiere subir a las 126 libras para buscar el ansiado combate que pueda regresarle a los reflectores del pugilismo.Por el momento, "El Chacal" parece no sacudirse la racha de críticas que le han llovido desde hace varios años por su estilo "aburrido" de pelea y sus "métodos" dudosos arriba del encordado."Que suba de peso, que suba de peso, como dije yo siempre he querido pelear con él desde que estaba en las 122, pero no pudimos llegar a un acuerdo. Pero de mi parte, yo sí le quiero pelear, que armen la pelea. Yo pienso que le puedo ganar, pero que no salga con sus cochinadas y eso, y que pelee bien. Podemos ganarle", comentó el mexicano.