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la butaca

Will Smith y la verdad sobre las contusiones en el futbol americano

El Príncipe de Bel Air se transformó en Dr. Omalu para traer temas serios de salud cerebral en el deporte hasta la comodidad de tu entretenimiento.
Foto: AP

Algo que me encantaba de jugar futbol americano era poder impactarme casco-con-casco con algún jugador contrario. Ignoraba la técnica correcta del tacleo que probablemente me hubiera asegurado muchos mejores resultados sobre el campo y sobre alguna tabla de estadísticas, pero prefería poder imponer un ritmo psicológico sobre el contrario.

Yo sabía bien lo que era el impacto y odiaba recibirlos. El crujiente sonido del casco chocando con otro era terrible si estabas en el lado receptor. El instante se iba a negros, tal vez era por cerrar los ojos como reacción natural, o tal vez simplemente te ibas a negros. Si era lo suficientemente fuerte, el zumbido del golpe se te quedaba por un momento y volteabas a ver a tu alrededor de inmediato para recordar tu lugar. Quería que el otro tuviera un poco de temor cada vez que sabía que estaba del otro lado, eso genera errores, y me resultaba fascinante el poder hacerlo y el poder que sentías al hacerlo. También por eso siempre preferí jugar en la defensa, pensando, "dar es mejor que recibir".

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No era malo. En su momento jugaba en los Estados Unidos, logré mi lugar en un juego de estrellas a nivel estatal y tenía en mano una oferta de una beca colegial con un equipo chico después de hacer el entrenamiento primaveral con ellos. Al final decidí que quería irme a México y un año después jugaba mi último partido de futbol americano con equipo completo. Entre las temporadas que tuve recuerdo un momento donde mi estrategia de buscar impactos casco-con-casco había jugado en mi contra. Estaba mareado todo el día, con un poco de náusea, y con un malestar general. El médico me dijo que seguramente era una contusión cerebral lo que había sufrido. Me explicó que era como si sacudieran mi cerebro dentro de mi cráneo, el órgano chocando con el hueso y debía descansar por lo menos una semana.

Regresé de inmediato al campo para explicarle al entrenador que no podía continuar con la sesión. "That's a bunch of bull shit, don't be a panzy" (Eso es pura mamada, no seas puñal), fue lo que recibí de respuesta. Me pegó en el ego, pero por mucho que me han gustado los deportes toda mi vida, siempre he odiado el entrenamiento. Me tragué el orgullo que me generó sus palabras, y también en forma de desafío decidí retirarme de él. Creo que el próximo día ya estaba de vuelta. Las cosas han cambiado. Las contusiones son cosa seria en el futbol americano. Investigaciones de la situación han puesto en cuestión el negocio multi-millonario de la NFL, que como resultado ha cambiado varios reglamentos y la manera en la que se juega el deporte hoy en día.

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Vaya introducción la que me eché, pero si son seguidores del futbol americano y la NFL, habrán estado enterados desde hace algunos años de toda la situación que rodea los cascazos, los golpes dados y recibidos directamente a la cabeza, y la controversia que generó el tema hasta que se instauraron varios cambios en el reglamento que en general puso de mal humor tanto al fanático casual como el de hueso colorado de la liga. Desde 2010, los ajustes en general ilegalizaban los golpes directos a la cabeza y los cambios buscaban proteger a los jugadores en posiciones y situaciones más vulnerables durante las jugadas del partido para no recibir este tipo de impacto y evitar en la medida posible que los jugadores sufran de contusiones.

Mucha de la investigación acerca de las contusiones cerebrales en el futbol americano fue liderado por el Dr. Bennet Omalu, un neuropatologista nigeriano, quien fue el primero en publicar y establecer el término Encefalopatía Traumática Crónica, o CTE por sus siglas en inglés. La enfermedad es una de progreso degenerativo en el cerebro debido a los impactos repetitivos a la cabeza y contusiones frecuentes como resultado. Entre los momentos importantes para la investigación fue la autopsia que el Dr. Omalu le hizo al ex jugador de los Steelers de Pittsburgh, Mike Webster, en el 2002. CTE es de verdad una cosa seria que puede ocasionar síntomas de demencia como la pérdida de memoria, confusión, depresión y agresión con cambios abruptos de humor.

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Podríamos seguir hablando de contusiones, la condición de CTE, explicar la investigación del Dr. Omalu con más profundidad y detalle, las consecuencias de estas investigaciones para el futbol americano y otros deportes de alto impacto, pero fiel a nuestra época de inmediatez e información reducida a una expresión concisa y entretenida para no perder el lapso limitado de atención que hemos desarrollado como sociedad moderna, hay una película que lo explica, aunque no con todos los posibles detalles. Pues sí, es una película, y una hollywoodense. Concussion en inglés, o La Verdad Oculta en español. Sigo creyendo que el título pudo haber sido traducido simplemente a Contusión, pero ya ves cómo son.

Cuando salían los créditos de la película, aparece el nombre de Will Smith, el protagonista quien hace el papel del Dr. Omalu. En ese momento me voltea a ver mi hermano para decirme: "No mames, ¿sale Will Smith? ¿Cuál era Will Smith?", en una confesión entre sarcasmo y genuina incertidumbre. La risa y burla consecuente fue parte del entretenimiento que es ir en grupo al cine, y la verdad la película es buena. Will Smith lo hace muy bien, te convence por completo que es un nigeriano, o por lo menos a nosotros sí.

Lejos están los días de Will Smith como el Príncipe de Bel Air, o para otros el Príncipe del Rap, representando cómicamente a una generación de jóvenes que buscaba romper con ciertos marcos sociales de la época. Pero sin duda tuvo su marca a lo grande en esos tiempos, y el actor se colocaba paulatinamente a nivel internacional. Mi otro hermano (el mayor) y yo teníamos un casete que escuchábamos y le regresábamos para entonar "I Think I Can Beat Mike Tyson" y "Girls Ain't Nothing but Trouble" que llevaba un sampleo de Mi Bella Genio para reírnos un poco; y cuando nos sentíamos más chingones escuchábamos "Summertime".

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Incluso hoy en día, y lo confeso sin problema alguno, siguen gustándome esas canciones. Pero cuando Will Smith apareció en la película Bad Boys, por lo menos para mí, fue cuando caí en cuenta de que era un actor versátil y parecía cargarse de un talento importante, más allá de un poco de comedia en su rap y éxito en su longeva serie de TV. Para bien o para mal, he sido testigo de la evolución de Will Smith en los últimas dos décadas. No diré que soy el gran fan o seguidor de él, pero sí lo veo como una figura respetable dentro de su medio.

De repente Smith representaba una complicada mezcla de personajes, mientras su carrera como rapero se diluía. La fresca mancuerna que hacía con DJ Jazzy Jeff se veía obligada a madurar conforme se convertían en adultos serios, pero simplemente no encontraron la fórmula, incluso cuando Smith se hizo de una carrera como solista y dejando a su amigo fiel a un lado. La decisión de abandonar su música hace diez años fue acertada, pero también hay que recordar que se ganó cuatro Grammy's.

En la pantalla grande lo comenzaban a tomar cada vez con más seriedad, entre papeles de héroe/estrella de acción como Día de la Independencia o Hombres de Negro, tomando la complicada tarea de representar al gran Muhammad Ali, haciendo comedias románticas como Hitch o dramas como En Busca de la Felicidad donde fue nominado al Óscar, Will Smith lo hacía bien. Claro que están las malas. Tan sólo pensar en Wild Wild West y saber que eligió tomar ese papel de capitán en el viejo oeste en vez de la de Neo en Matrix, aunque también le agradecemos porque Keanu Reeves tenía que ser Neo, punto. Sí, he sido testigo, pero tampoco he visto cada una de sus películas y apariciones, pero regresando al tema de contusiones, Will Smith nos convenció a todos de ser el afamado Dr. Bennet Omalu en La Verdad Oculta. "No mames ni se parece", remató mi hermano con una risa después de googlear al verdadero Dr. Omalu en su teléfono. No es la obra maestra, pero los críticos de cine le dieron el visto bueno a Smith, quien ya se ha ganado unas cuantas nominaciones y un par de premios por esa actuación.

Smith acompañado por el Dr. Bennet Omalu. Foto: Frazer Harrison - Getty

Más allá del séptimo arte, la película puso al aire libre y sobre la mesa de la cultura popular el tema de las contusiones cerebrales en el futbol americano, y despertó un interés aún mayor de todo lo que rodea la CTE, y las diferentes actividades que pueden ocasionarlo además del futbol americano. La película también hizo una crítica clara a la NFL, y la manera en la que abordaron el delicado tema, la liga intentando tapar el asunto lo más posible para cuidar su negocio. A lo largo de los últimos años, la enfermedad ha provocado varios problemas de salud a jugadores y ex jugadores de futbol americano, muchos terminando sus vidas con suicidio, y aunque la NFL ya le ha prestado atención después de largos años de batalla entre el rubro médico y la asociación de jugadores con la NFL, el cine de nuevo aparece para hacer de un tema de nicho un tema de cultura general, por lo menos en Estados Unidos, donde el futbol americano goza de mayor popularidad.

Y entonces viene concluyendo la temporada 76 de la NFL con el magno evento del Súper Tazón en su edición número 50. Las Panteras de Carolina enfrentarán a los Broncos de Denver, con la nueva escuela representada por Cam Newton enfrentando la vieja por Peyton Manning, respectivamente. El tradicional y celebrado partido final ha rebasado el simple hecho de culminar una temporada y coronar al campeón. El Súper Tazón es uno de los eventos deportivos más importantes pero su audiencia a nivel mundial que se acerca a los 200 millones no se aproxima a la que carga la final de la Copa del Mundo que anda por los mil millones de televidentes. No obstante, los millones atraen los millones y el dineral que implican cada segundo de publicidad es un tema por sí mismo año tras año. Es con ese dinero que no quieren poner en jaque una tradición tan americana como su futbol debido a unos resultados médicos acerca de impactos a la cabeza, contusiones y la ahora bastante conocida enfermedad de CTE. Pero de nuevo, la realidad es seria, y una investigación el año pasado anunció que el 96 por ciento de los jugadores difuntos de la NFL que examinaron tenían dicha condición.

Vale la pena leer más, escuchar o ver la historia del brillante Dr. Bennet Omalu y su trabajo investigativo. Para el beneficio de la cultura popular y el ser moderno, tenemos esa película y ese Will Smith para hacer del tema algo entretenido. Sí ha puesto en jaque el futbol americano y la manera en la que se juega o se jugará el deporte de ahora en adelante. La realidad es que el futbol americano no desaparecerá. No es la intención ni del Dr. Omalu ni de todos los que abogan en defensa de los jugadores y las víctimas de la condición. Simplemente quieren hacerlo presente en la realidad de los deportistas y de las ligas. Desde hace cinco años la NFL ha tomado medidas y ha cambiado sus reglamentos, y seguramente vendrán más modificaciones. Algunos quedarán de mal humor y dirán, como alguna vez me dijeron a mí que "eso es pura mamada, no sean puñales". Sin importar la opinión y postura que cada quien tenga, no hay duda que el conocimiento es poder, y el descubrimiento de CTE es bueno. Y así, veamos el Súper Tazón, disfrutemos el deporte y que el tiempo dicte la evolución del deporte.