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Carl Lewis en zapatillas rojas | ES | Translation

Carl Lewis y la fotógrafa Annie Leibovitz hicieron dupla creando una gran fotografía.
Foto: Heinz Kluetmeier / Sports Illustrated

Carl Lewis clava la mirada en la meta justo antes de iniciar una carrera de cien metros. Tiene el ceño fruncido, ni un pelo en su cabeza y puedes notar perfectamente sus músculos: los cuádriceps estilizados y los gemelos marcados, lo cubre una trusa negra y notas el torso y la espalda contraídos a un tris de iniciar su trabajo. Bajas un poco la mirada y te llevas una sorpresa, no trae spikes, sino unas zapatillas color rojo chillante con un tacón de al menos quince centímetros. Tienes dudas y vuelves al rostro. Sí, es Carl Lewis, el hijo del viento.

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Lo que miras es el ahora, aunque fue en 1994. "La fotografía siempre ha tenido ese increíble poder de detener y retener el presente". Annie Leibovitz emitió esta frase el día que recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades hace tres años. La mejor fotógrafa del mundo contemporáneo convenció a Lewis para tomarse aquella imagen para una campaña de la empresa de neumáticos Pirelli.

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Un día antes de que la foto saliera a la luz, el mánager de Carl, Joe Douglas, decidió hablar con la prensa. "Lo más difícil fue encontrar zapatillas del número 49". Annie es una persona perseverante y aunque la primera idea era tener a un boxeador en la campaña de la marca, ella insistió en que fuera uno de los deportistas olímpicos más galardonados de todos los tiempos.

Joe Douglas relató en la primavera de 1994 que Annie decidió hablar personalmente con Carl, sin embargo, la primera respuesta que obtuvo fue un "no". Al parecer Carl temía que lo consideraran homosexual, pero la icónica foto fue una de los momentos más representativos de la publicidad en la década de los 90 del siglo pasado. Pirelli llamó a la campaña: "Power is nothing without control".

Foto por Annie Leibovitz vía Pirelli

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"Nosotros tenemos que hacer este anuncio, no me importa lo que diga tu mánager o tu madre", fueron las palabras de Annie para convencer a Carl. Ella estaba decidida en que su idea fuera realizada e incluso viajó hasta Houston para conocer personalmente a uno de los hombres más rápidos de todos los tiempos.

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La secuencia de fotografías no sólo tiene al estadounidense en posición de arranque, también retrata el momento después del disparo de carrera, todavía sin estar completamente levantado y dando el primer paso para el despegue a toda velocidad. Allí también te lanza una mirada.

Leibovitz —una de las fotógrafas más prestigiadas del mundo— inició su carrera en la revista Rolling Stone, también ha colaborado con Vanity Fair y aunque pocas veces habla de su trabajo relacionado al deporte, éste es bastante grande. Por ejemplo, para los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 fue contratada por el Comité Olímpico de Estados Unidos para crear el libro "Olympic Portraist", cuya portada es una fosa de clavados tomada desde la parte más alta con un primer plano donde destaca el trampolín de tres metros

Olympic Portraits, de Annie Leibowitz, primera edición vía Bonanza

Ahí puedes observar a Michael Johnson —uno de los velocistas más grandes de la historia— también en posición previa al arranque mirándote de frente, donde destacan sus ojos y la tradicional cadena de oro que le colgaba del cuello. También percibes muchos contrastes. La cara angelical de la gimnasta Dominique Moceanu sin maquillaje, con las facciones de una niña que está más cerca de la adolescencia y las dos manos detrás de su cabeza mostrando los poderosos músculos saltados, bíceps y tríceps de horas y horas de gimnasio que no hacen tono con lo inocente de su rostro.

Años antes de la foto en zapatillas rojas, la sexualidad de Lewis fue cuestionada. "Por eso dudo en un principio", recordó Joe Douglas. "Sé que corro el peligro que me tachen de homosexual", comentó hace unos años Lewis cuando le preguntaron de la imagen. Con el tiempo se convirtió en uno de los retratos más icónicos que haya realizado un atleta olímpico.

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"Me siento como una artista conceptual que utiliza la fotografía", dijo recientemente Annie, quien entre sus trabajos más importantes está la última imagen que tomó en vida de John Lennon, desnudo y en posición fetal, a un lado de Yoko Ono dándole un beso en la mejilla.

Aquel año de 1994 Pirelli no sólo aprovechó la fotografía de Leibovitz, sino que además hizo un comercial con una duración de un minuto donde Carl empieza a correr a toda velocidad y va pasando por algunas ciudades de Estados Unidos como San Francisco y termina cuando corre para escalar la Estatua de la Libertad, sube hasta lo más alto y se lanza desde ahí. Fue un éxito rotundo.

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El retrato y la fotografía deportiva artística ha evolucionado. Después de Annie han existido publicaciones anuales como la de ESPN que lleva por nombre Body Issue, donde los atletas más importantes del mundo posan en desnudos artísticos.

Leibovitz ha retratado a estrellas de Hollywood, políticas, activistas, deportistas y una de sus últimas fotos fue con Serena Williams recargada en una pared, desnuda de la espalda para arriba, con los ojos cerrados y el pelo agitándosele. Además de capturar a Caitlyn Jenner, la atleta transgénero quien en su vida masculina llevaba el nombre de Bruce. "Lo que me gusta es que ha abierto el concepto de que tal vez haya más de dos géneros sexuales", dijo Annie sobre Jenner.

Carl Lewis no se arrepiente de la decisión que tomó, aunque el tiempo necesario para realizar la sesión fotográfica fue largo: viajes a Arizona y Nueva York y finalmente la sesión se realizó en Houston. Annie fue la autora de la idea y la fotografía. ¿Cómo lo convenció?, le prometió que sería una fotografía artística e icónica. Y Leibovitz cumplió el trato.