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Recordando a Pat Summitt, la mujer más importante del basquetbol

Recordamos a la legendaria entrenadora de basquetbol, Pat Summitt y su aportación al deporte.
Jim Brown - USA Today Sports

Nunca se habla suficiente del papel de las mujeres en la historia del basquetbol. Cuando se hace, los nombres suelen ser los de siempre, Cheryl Miller, Rebecca Lobo, Lisa Leslie, Becky Hammon, Jeanie Buss, Maya Moore, Diana Taurasi o Elena Delle Donne solo por mencionar algunas. Todas han sobresalido a su manera y han cambiado por completo el panorama de las mujeres tanto como jugadoras como entrenadoras.

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Sin embargo, siempre habrá una que se tiene que mencionar por encima de todas las demás. Una mujer que influyó en tantas personas que cuando se habla de los mejores entrenadores de todos los tiempos, su nombre tiene que estar ahí, la ex entrenadora en jefe de la Universidad de Tennessee, Pat Summit. Alguien a quien todos le debemos mucho.

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Su carrera empezó a los 22 años cuando tomó las riendas del equipo de basquetbol femenil en la Universidad de Tennessee. Las cosas no serían tan buenas al principio ya que al ser un deporte en su mayoría masculino no recibía el apoyo que se ve hoy. Ella era la que manejaba la camioneta para los juegos e incluso se encargaba de lavar los uniformes de las jugadoras. Dos años después sería seleccionada como jugadora para la selección nacional de Estados Unidos y en 1984 tomaría el trabajo de entrenadora. Bajo su tutela, la selección femenil terminaría invicta y ganaría su primera medalla de oro.

Su impacto y éxito en Tennessee serían algo descomunal. Terminaría su carrera con 1,098 victorias en la NCAA (convirtiéndose en la entrenadora más ganadora en la historia, sin importar el género o la división), 18 apariciones en el Final Four y ocho campeonatos nacionales. A eso hay que sumarle 16 campeonatos de temporada regular en la Conferencia del sureste (SEC) y otros 16 campeonatos en el torneo de la SEC. Ganaría el premio a la entrenadora del año de su conferencia ocho veces y siete el de entrenadora del año de la NCAA. Sería inducida al Salón de la Fama en el 2000, recibiría el premio a Mejor Entrenador del Siglo XX y en el 2012 recibiría la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor reconocimiento que un civil puede recibir en los Estados Unidos. Como si fuera poco, en sus 38 años como entrenadora, jamás tuvo una temporada perdedora. O sea, del 76 al 2011, toda jugadora que se quedó los cuatro años de carrera estuvo en por lo menos un Final Four.

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Ahora, ¿saben de algún entrenador en cualquier nivel amateur o profesional que cuente con esas credenciales?

Sin embargo, su papel más importante fue el que fungió fuera de la cancha a través de lo que hacía en ella. Fue Summit, junto con su interminable perseverancia, la que le empezó a demostrar al país y al mundo que las mujeres podían y debían estar jugando en el mas alto de los niveles. Fue ella la que se encargó de que las becas atléticas en el básquet dejaran de ser sólo para hombres, cosa que tendría repercusiones inmediatas en toda disciplina atlética alrededor del país. Gracias a ella, el papel de la mujer en este deporte es uno clave. Recordemos que antes de todo lo que hizo, el basquetbol femenil en preparatorias gringas era seis contra seis y se jugaba sólo en media cancha para que no se cansaran ya que nadie podía ver cómo un grupo de mujeres podrían aguantar el mismo desgaste físico que un grupo de hombres.

Hoy la historia es otra, las jugadoras cuentan con las mismas becas atléticas que los hombres, tienen su propia liga profesional de basquetbol que sigue siendo la única liga femenil exitosa en Estados Unidos, hay referees mujeres y estamos muy cerca de ver una entrenadora en la NBA. Lo más cercano por el momento es Becky Hammon, asistente de los Spurs de San Antonio y nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo y esfuerzo de Pat Summit.

Summit murió este pasado 28 de junio por complicaciones de Alzheimer. Es, sin duda, una de las pérdidas más grandes que este deporte pudo tener pero debemos estar muy tranquilos ya que fue alguien que cambió el juego y pudo ser testigo de los resultados. El basquetbol, y el deporte en general, son mejores gracias a ella.

Descanse en paz, entrenadora.