Río 2016 y su inauguración profana
Foto: Danilo Borges/ Copa2014

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rumbo a río 2016

Río 2016 y su inauguración profana

En Brasil predomina el futbol antes que el atletismo, la verdadera competencia importante de unos Juegos Olímpicos. Para Río, Maracaná será la sede inaugural.

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos marca cada cuatro años el momento cumbre del deporte en todo el mundo, cuando prácticamente todos los países se reúnen en paz para poner a prueba sus capacidades atléticas y llevar al límite al cuerpo humano.

El guión de la gran fiesta inaugural fue más o menos el mismo por mucho tiempo. En 120 años de los Juegos de la Era Moderna se han hecho adiciones con el paso del tiempo. El Juramento de los Atletas existe desde Amberes 1920. El encendido del pebetero, desde Berlín 1936. Hay costumbres muy arraigadas, como que Grecia encabece el desfile de los deportistas, que difícilmente van a cambiar, y una que Río decidió romper fue ni más ni menos que la sede de la ceremonia.

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Si no escarbamos en la historia del olimpismo parecería que la elección fue lógica. Maracaná es el gran templo del futbol brasileño, el deporte que levanta pasiones y en el que, además, han cosechado sus mayores éxitos, con cinco títulos mundiales y con la formación de leyendas como Pelé, Garrincha, Zico, Romario, Ronaldinho… Vaya, tampoco es necesario explicarlo muy ampliamente.

Estadio Maracaná, sede de la inauguración de los Juegos Olímpicos. Foto: Wikimedia Commons

La decisión se tomó desde agosto de 2011. La entonces ministra de deportes, Márcia Lins, explicó que "decidimos que el que va a abrir y cerrar será el Maracaná por la representatividad en el imaginario mundial", además de "su simbolismo, glamour e historia".

Vaya, sí. El episodio del "Maracanazo", a días de su inauguración en 1950. Ya fue sede de una Final de Mundial (técnicamente el "Maracanazo" no fue una Final, ese Mundial se decidió en una ronda de grupos y aquel Brasil vs. Uruguay fue el partido que definió al primer lugar). ¿Cuántos clásicos sudamericanos ante Argentina? Es la catedral del futbol en el Cono Sur, pero…

Pero resulta que el deporte central de los Juegos Olímpicos no es el futbol, sino el atletismo. Quizás por eso, en la sede de esta disciplina tradicionalmente se realiza la ceremonia inaugural y queda instalado el pebetero.

¿Por qué el atletismo? Esta disciplina en conjunto es la más completa, con 47 pruebas (24 de hombres y 23 de mujeres), que representan el 15 por ciento de todo el programa olímpico (el 85 restante se reparte entre otros 41 deportes), y por su variedad abarca casi todas las capacidades del cuerpo humano.

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De hecho, oficialmente el Estadio Olímpico de Río 2016 sí es el del atletismo. El Joao Havelange (vaya, hasta en eso meten los brasileños al futbol), que fue la sede principal de los Panamericanos de 2007, será también el lugar donde se desarrollen las pruebas de pista y campo.

El Estadio Joao Havelange será la sede del atletismo olímpico. Foto: Wikimedia Commons

El "Engenhao", como es conocido popularmente, o bien, el Nilton Santos, nombre que toma cuando juega ahí el Botafogo, tiene una gran desventaja: su capacidad es de 47 mil espectadores, mucho menos que sus homólogos de ediciones anteriores (el de Londres 2012 tenía 80 mil y el "Nido de Pájaro" de Beijing tenía 91 mil).

Para ser Estadio Olímpico, vaya, sede de la apertura y clausura, es pequeño. Para los Juegos Panamericanos, evento para el que fue inaugurado en 2007, quedó perfecto, del vuelo de sus sucesores, el Omnilife de Guadalajara (50 mil) y del Rogers Centre de Toronto (53 mil). El Comité Organizador de Río 2016 no vio necesario ampliarlo porque está Maracaná y porque ¿a poco creen que más de 46 mil personas van a querer ver a Usain Bolt en los Juegos Olímpicos?

Quitando el sarcasmo (sí, fue sarcástica esa pregunta), esta decisión de Río probablemente marque tendencia. Después del caos que se armó por el desuso posterior de las instalaciones de Atenas 2004 y Beijing 2008, el Comité Olímpico Internacional ha puesto en la agenda el legado de los Juegos para las ciudades sede, que inician precisamente por asegurarles un uso futuro a los foros de competencia y optimizar los gastos en sus construcciones.

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Por décadas se volvió una tradición (que casi todos los millenials no vieron) ver a los atletas de cientos de países desfilar sobre el tartán en la inauguración. Desde Barcelona 1992 se tapa la pista durante el Desfile de las Naciones para protegerla y finalmente para Río 2016 ésta descansará, en otro lugar, a unos ocho kilómetros de distancia, el 5 de agosto durante la inauguración.

Para Tokio 2020 volverá la tradición. El Estadio Nacional, que fue la sede de los Juegos de 1964, fue demolido el año pasado y ahí se reconstruye para ser el recinto principal de los siguientes Olímpicos, lugar de las ceremonias de apertura y clausura, además del atletismo.

Para 2020, la tradición volverá en el remodelado estadio Nacional de Tokyo. Foto: LonelyPlanet / Wikimedia Commons

Pero… ¿y para 2024? Hasta el próximo año conoceremos la sede. ¿Dónde les gustaría que fuera la inauguración de esos Juegos? Puede ser en Saint-Denis (París), en el Olímpico de Roma, un renovado Estadio Ferenc Puskas en Budapest o la enésima remodelación de un clásico: el Coliseo de Los Ángeles.

Tal vez, algún día, veremos una en el Estadio Azteca… Vaya, todo es posible.