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DeAngelo Williams convirtió su edad en una bendición

DeAngelo Williams corrió para 143 yardas la noche del lunes; el número más alto de yardas para un jugador de su edad desde Emmit Smith en 2004.

La parte más difícil para un corredor de la NFL es mantener el nivel digno de un corredor de la NFL. Esta posición requiere habilidad y voluntad para abalanzarse primero con la cabeza hacia un muro de toneladas de humanidad, literalmente, cientos de veces en un solo partido; por lo general estas características suelen pertenecerle a los jugadores de 27 años más que a los de 30. La inexperiencia es lo equivalente a la virtud, ya que la experiencia implica desgaste. La transición de un jugador All-Pro a uno al borde del retiro es rápida y a nadie sorprende; es parte del trabajo.

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La noche del lunes en Washington, el corredor suplente de 33 de Pittsburgh, DeAngelo Williams, ocupando el lugar del suspendido Le'Veon Bell, corrió 143 yardas, tuvo dos anotaciones en 26 acarreos, y añadió seis atrapadas para 28 yardas. Aunque las cifras se vieron beneficiadas por una defensa de Washington especulativa, la noche también fue un excelente ejemplo del talento que ha permitido a Williams rendir tanto a etas alturas. A pesar de su antiguo papel como "dash" de Jonathan Stewart en sus días de gloria en Carolina, Williams es un corredor clásico muy completo por sus fuertes hombros, pies ligeros, y una visión tan afilada como cuando tenía 20 años. Es una bola de boliche cuando lo taclean y un bailarín de tap sobre las bandas. Aún más impresionante es la forma en que hace ver su edad como una bendición; sabe qué habilidades poner en juego dependiendo de las circunstancias como sólo un veterano sabe hacerlo. En un deporte diseñado para desgastarlo, Williams sigue siendo muy útil.

Detrás de la línea de Pittsburgh que claramente aplastó el frente de Washington, Williams trabajó el centro durante gran parte del encuentro, moviéndose de un lado a otro antes de arrojarse al frente para ganar yardas. Para alguien colocado en el centro donde se da la mayoría de los impactos, Williams se llevó muy pocos golpes dolorosos, a la vista, en contraste con el corredor de Washington, Matt Jones, quien terminó sus escapadas como alguien que recibe una descarga de escopeta sobre un chaleco antibalas.

Sin embargo, la corrida consumada de Williams llegó por la banda izquierda. Con poco menos de seis minutos en el reloj y los Steelers arriba por ocho puntos con el juego controlado pero no concluido, Williams recibió el balón y analizó el panorama detrás de su línea de protección. Después realizó el movimiento más sutil para librarse de dos marcas con sólo un cambio de dirección con ayuda de sus hombros, y 15 yardas después estaba en la zona de anotación para colocar el partido fuera del alcance de su oponente.

Para el final del juego, Williams se había convertido en el primer rusher de su edad en acumular cifras tan impresionantes desde que Emmit Smith corrió 127 yardas a sus 35 años en 2004, pero también estuvo a la altura de sus colegas de esta campaña luego de ser el segundo corredor con 100 yardas o más en la primera semana. Los días de DeAngelo Williams están contados; incluso su espectacular actuación fue empatada por Ben Roethlisberger y Antonio Brown, gracias a ocho pases de rutina y dos anotaciones. Las líneas ofensivas de la NFL de ahora les pertenecen a los mariscales de campo y receptores; el trabajo de los corredores es proveer un poco de contraste y bloquear hasta donde puedan. Es un trabajo difícil en el que los jugadores no duran mucho. A pesar del espectáculo del lunes por la noche, el mejor desempeño de la semana fue secundario. El triunfo verdadero estuvo en volver al campo.