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FIGHTLAND

Aquella vez que John Huston peleó con Errol Flynn

La pelea causó tal sensación que algunos periódicos mandaron la noticia de la muerte de Mussolini a la página dos

Errol Flynn interpretando a un boxeador en Gentleman Jim

Era el 29 de abril de 1945, las tropas aliadas invadían Alemania, Benito Mussolini recién había sido asesinado y en Los Ángeles, la élite de Hollywood salían de fiesta en casa de David O Selznick. Selznick, productor de películas ganadoras del Oscar como Lo que el viento se llevó (1939) y Rebecca (1940), era uno de los jugadores más importantes de Hollywood. Así que si te invitaba a su casa, sacabas tus mejores ropas.

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Según los periódicos de la época, la fiesta de Selznick fue todo un suceso, "acudieron muchos famosos y casi famosos". Fue todo un "quién es quién" de Hollywood, una reunión de cuerpos hermosos y egos inflados, y terminaría con una espectacular y sangrienta pelea. Los combatientes fueron dos de los nombres más grandes de la historia del cine, pero tenían más en común que sólo la elección de su carrera. Ambos estaban obsesionados con actrices de primera línea y ambos eran famosos por su habilidad pugilística.

En la esquina azul estaba John Huston, el director de gran aguante etílico detrás de clásicos como El tesoro de la Sierra Madre (1948) y La reina de África (1951). Pero en 1945, Huston era todavía una joven promesa con solo tres largometrajes a su nombres. Había causado revuelo con su debut, El halcón maltés (1941). Sin embargo, su carrera en Hollywood se vio interrumpida cuando se apuntó para combatir a los nazis.

John Huston (izquierda) y Eroll Flynn (derecha)

Como miembro del Cuerpo de Señales del ejército, Huston filmó películas de propaganda para el gobierno de Estados Unidos. Pero en 1945 se encontraba entre trabajos y de vuelta en California. Solo que no estaba particularmente contento de estar en casa. Según el historiador Mark Harris, Huston quedó desencantado con su último documental, La batalla de San Pietro (1945), y ansiaba volver a la vida civil. Estaba además a la mitad del divorcio de su segunda esposa, Lesley Black, y no estaba de humor para hacerle la plática a las estrellas de cine. Como explicó en su autobiografía, "Acababa de regresar de trabajar con héroes de verdad, así que no estaba de humor para soportar a los héroes de la pantalla grande".

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En otras palabras, el Mayor Huston quizá era la peor persona para invitar a una fiesta animada; la peor exceptuando a su oponente australiano.

En la esquina roja estaba Errol Flynn, la intrépida estrella de El capitán Blood (1935) y de Las aventuras de Robin Hood (1938). Flynn era uno de las estrellas más taquilleras de Hollywood, pero para cuando llegó la guerra, al actor lo rechazaron del servicio militar después de haber fallado en sus pruebas físicas. A pesar de la imagen de masculinidad invencible que proyectaba en la pantalla, el cuerpo de Flynn estaba atacado por toda una serie de asuntos de salud, incluyendo malaria, tuberculosis e incontables enfermedades de transmisión sexual.

En lugar de viajar al extranjero, Flynn interpretó papeles de soldados en películas como Dive Bomber (1941) y Objective, Burma! (1945). Mientras que en la pantalla era un héroe, Flynn se estaba haciéndose de mala fama en la vida real. En 1942, el galán australiano fue acusado de violar a dos menores de edad, pero logró atravesar el proceso judicial sin consecuencias. Ese mismo año, celebró su cumpleaños golpeando a un mayordomo casi hasta matarlo. Y el año anterior Flynn había cacheteado a una columnista de sociales. Tampoco ayudaba que el actor estaba luchando con su adicción al alcohol.

Básicamente a Flynn le encantaba buscar problemas, y cuando vio a Huston en la fiesta de Selznick, decidió que sería divertido buscarle pleito. Y claro, también estaba todo el asunto de su complicado triángulo amoroso.

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Aunque Huston y Flynn no se conocían, estaban separados por un único grado de Olivia de Havilland. Una de las mayores estrellas de la Warner Brothers, de Havilland había conseguido una nominación al Oscar por su papel en Lo que el viento se llevó, aunque era también famosa por su relación con Errol Flynn. Los dos estelarizaron ocho películas juntos y eran considerados por mucho una de las mejores parejas de la pantalla grande. El público sospechaba desde hace mucho que Flynn y Havilland eran pareja fuera de cámaras, pero la actriz negaba haber "consumado" la relación.

"La química estaba ahí", dijo de Havilland más tarde. "Ahí estaba".

Quizá Flynn se ensañó con Huston porque el director había llegado mucho más lejos con la estrella de cine. Los dos se conocieron en el set de la segunda película de Huston, In This Our Life (1942) y de inmediato quedaron prendados. Cuando se trataba de mujeres (o de alcohol, aventuras o cualquier cosa para el caso), Huston era un hombre de grandes apetitos. Estaba en su segundo matrimonio cuando conoció a de Havilland, y se mantenía ocupado con varios amoríos además. Y aunque después dijo que Huston quizá haya sido el amor de su vida, Olivia se cansó de lo mujeriego que era John y lo dejó por un piloto del ejército.

Pero Huston nunca dejó de pensar en de Havilland, y Flynn también estaba encantado con ella. Así que cuando el actor vio al mayor dirigiéndose hacia él, dijo algo acerca de Olivia que no era muy caballeroso. Hay todo un debate acerca de qué fue lo que Flynn dijo en realidad, pero lo que sea que haya salido de su boca, no le cayó nada bien al director. Enfurecido, Huston respondió diciendo, "Eso es mentira, e incluso si no lo fuera, solo un hijo de puta lo repetiría". La presa había caído en la trampa, y Flynn le preguntó a Huston si quería "hacer algo al respecto".

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El director estaba encantado de corresponderle.

Borracho, enfurecido y listo para pelear, los dos se enfilaron hacia el jardín de Selznick. En breve estaban lanzando puñetazos y quebrando huesos, pero estos dos no eran cualquier tipo tirando ganchos a lo loco. Tanto Flynn como Huston tenían bastante experiencia boxeando, desde la adolescencia.

De joven, Huston medía casi 1,80 y fue el campeón ligero de su preparatoria antes de abandonarla a los quince años. Huston cambió la biología y la química por la dulce ciencia y se abrió camino con los puños por todo California, incluso peleando con nombres y pesos falsos. Para cuando la nariz quebrada le frenó la carrera, Huston había amasado un record de 23-2 y un título de Campeón Ligero de Boxeo Amateur.

John Huston en el set de Fat City

A pesar de un intento fallido de regresar unos años después (de nuevo le rompieron la nariz), Huston nunca le perdió el amor al deporte. Además de escribir dos cuentos acerca de boxeadores, más adelante dirigiría la película sobre pugilismo Fat City (1972). Estelarizada por Jeff Bridges y Stacy Keach, la película fue filmada en Stockton, California, donde Huston había competido cuando era adolescente.

En cuanto a Flynn, supuestamente era el peleonero de su escuela primaria en Sydney. "Era más grande que los demás", escribió el actor en su autobiografía. "Era un atleta, bastante bueno en tenis, nado, boxeo y estaba listo para pelear si me molestaban".

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En 1927, Flynn entró en el mundo del boxeo amateur, peleando contra pesos completos y recibiendo elogios por su "elusividad" y su recto de izquierda. Según el biógrafo Thomas McNutly, Flynn fue conocido por su "baile engañoso". Conforme giraba alrededor del rival, Flynn miraba rápidamente hacia sus pies. El oponente seguía su mirada institivamente y ahí aprovechaba el actor para mandar al rival al suelo.

Cuando Flynn finalmente entró a trabajar para Warner Bros., lo colocaron bajo la tutela de Mushy Callahan. Un ex campeón de junior welter, Callahan le enseñó a boxear a algunas de las estrellas más grandes del negocio, incluyendo a Frank Sinatra, Paul Newman y Elvis Presley. Y cuando Flynn fue elegido como el legendario Jim Corbett en Gentleman Jim (1942), Mushy fue el hombre que le ayudó a Errol a mejorar su repertorio.

Callahan quedó impresionado en realidad con el talento de Flynn y dijo, "Junto a [James] Cagney, Errol Flynn es el mejor peleador en el estudio Warner… Puede recibir castigo y no le da miedo acortar la distnacia". De hecho, según el periódico The Sydney Morning Herald, Flynn era un boxeador nato, tanto que el equipo de publicidad de Warner Bros., inventó una historia enloquecida que decía que había competido por Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos de 1928 y que le había" sacado el relleno a varios muchachos de distintas nacionalidades".

Errol Flynn en Gentleman Jim

Flynn, sin embargo, no estaba en gran forma durante Gentleman Jim. Debido a su excéntrico estilo de vida y varios temas de salud, a Flynn le costaba trabajo respirar durante las escenas de boxeo e incluso sufrió un ataque cardiaco leve. Así que cuando se enfrentó con Huston, Flynn no estaba en sus mejores condiciones, aunque sí le llevaba 25 libras de ventaja al director. Además, Flynn estaba mucho más sobrio que su esbelto oponente. Las probabilidades estaban a favor del actor, pero Huston, por su parte, estaba motivado por una furia vengativa.

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No que le sirviera de mucho.

Después de que ambos se quitaron los abigros, Flynn mandó al director de boca sobre la cochera de grava de Selznick. Huston cayó sobre sus codos, pero en lugar de rendirse, se levantó… solo para terminar en el suelo unos segundos después. Huston cayó por lo menos diez veces en su pleito de una hora, y todo el castigo que sufrió le pasó factura a los brazos del director. Con los años, Huston se quitaría varios fragmentos de hueso de su codo derecho, pero en ese momento, en casa de David O. Selznick, su mente se estaba aclarando y la sangre le hervía.

"¿Ya tuviste suficiente, John?", preguntó Flynn parado sobre el director. "¿Quieres rendirte?"

"¿Qué pasa, Errol?", respondió Huston. "¿Eres una gallina?"

Aunque estaba recibiendo una paliza, Huston estaba impresionado por la etiqueta de combate de Flynn. Cada que caía al suelo, Flynn se alejaba y le permitía pararse. "La pelea se llevó a cabo siguiendo estrictamente al marqués de Queensberry, así que me quito el sombrero ante Errol Flynn", escribió el director más tarde. "Ninguno de los dos cometimos ningún faul y no hubo nada de qué quejarnos después".

Solo que eso no es exactamente cierto, ya que Errol traía un anillo en la mano durante toda la pelea. Flynn aprovechó mucho su joyería; le abrió el labio a Huston, y le dejó una cortada sobre el ojo. El director estaba comenzando a parecer un desastre sangriento, pero la pelea continuaba y Huston comenzó a encontrar a su rival. Usando su largo alcance, golpeaba al cuerpo del actor, y le rompió dos costillas. En respuesta, Errol remontó y le rompió la nariz a Huston.

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En un cambio de táctica, Flynn intentó varios movimientos de lucha, con la intención de usar su peso a su favor. Como sabía que no tenía oportunidad ante un hombre más pesado, Huston hizo todo lo que pudo para zafarse de los amarres y mantener al actor a la distancia. Y mientras los dos peleaban, se iba juntando un grupo cada vez más grande de estrellas. Los nombres más famosos de Hollywood estaban ahí, saliendo a ver a Huston y Flynn ensangrentarse en el jardín de David O. Selznick.

Entendiblemente, Selznick no estaba muy contento cuando vio el agarrón en su jardín. Asumió que Flynn era el instigador, y el productor se lanzó en contra de Robin Hood, e incluso lo retó a pelear ahí mismo. Pero el actor estaba golpeado y herido, con un tremendo ojo morado y un par de costillas rotas. Huston y su rostro ensangrentado tampoco estaban mejor, y los dos terminaron en hospitales separados, para evitar la publicidad innecesaria.

Claro, los reporteros se enteraron rápido del pleito. Según la historiadora Karina Longsworth, la pelea causó tal sensación que algunos periódicos mandaron la noticia de la muerte de Mussolini a la página dos. Cuando se le preguntó acerca del incidente, el Mayor Huston al principio negó que la pelea hubiera sucedido —era militar, después de todo— pero su rostro parchado era difícil de ignorar.

Pero a pesar de las palabras altisonantes y las narices rotas, los hombres no permanecieron resentidos durante mucho tiempo. A la mañana siguiente después de la pelea, Flynn telefoneó a su rival para checar cómo estaba. Durante su breve conversación, Huston dijo que había disfrutado mucho de su pelea y que esperaba con ansias la revancha. El padre de John, el actor Walter Huston, incluso propuso que la segunda parte fuera en el Hollywood Bowl y que se cobrara la entrada para donar el dinero a alguna obra benéfica.

Desafortunadamente para los aficionados a las peleas, Flynn y Huston II nunca sucedió. Al contrario, los dos crearon algo parecido a una amistad. Un año antes de su muerte, Flynn estelarizó la película de aventuras en África, The Roots of Heaven (1958) dirigida por Huston, y cuando no estaban filmando, estaban en la sabana, cazando. En lugar de intercambiar golpes, intercambiaban alcohol e historias. Parece que después de la guerra de una hora, Huston y Flynn salieron con la boca ensangrentada pero sonriente. Pusieron a prueba su violencia y hallaron un lugar en común para golpearse hasta el olvido.

Eso, o quizá simplemente acordaron no volver a mencionar a Olivia de Havilland nunca más.