Carter Capps podría ser demasiado raro para el Beisbol de Ligas Mayores

Por supuesto que sabes quién es Carter Capps. Después de todo, se trata del lanzador de relevo de los Marlins de Miami, y si eres como la mayoría de la gente, ya tienes un conocimiento enciclopédico de los relevos de los Marlins. Por definición propia, ya sabes que Capps es muy bueno y que tiene la mecánica de lanzamiento más rara jamás vista en el béisbol desde…bueno, posiblemente la mecánica más rara de lanzamiento, punto.

Lo bueno que es Capps ya es una cuestión de récords hasta este punto. Ha ponchado un sorprendente 49% de los bateadores que se ha enfrentado. Esto nos deja con dos grandes preguntas acerca de su mecánica. La primera, Dios mío, ¿qué carajos es eso? La segunda, ¿cómo es que dicha mecánica pueda ser legal?

La respuesta a esa segunda pregunta, hasta el momento, es sí; hasta la fecha ningún ampáyer de las Ligas Mayores o manager opuesto ha empezado un caso en su contra. La MLB no ha hecho nada para frenarlo. Es como si un risueño pequeñín entrara a una tienda de dulces, te sonriera adorablemente, agarrara un dulce y se dirigiera a la puerta de salida con una risita. No sería algo bueno si fuera tu hijo, pero un solo dulce no va a arruinar el negocio. Sería un problema si el niño regresara en 20 minutos con su clase completa de primer año y comenzaran a llenar sus bolsas.

Capps no arranca de forma extraña. Se para sobre el plato de lanzador como cualquier otro pitcher y sube su pierna izquierda mientras libera la pelota de su guante. Ahí es donde termina la banalidad. Para este punto, al tratar de empujar su pierna hacia delante, Capps usa su pierna trasera/de apoyo para…bueno, empujar todo. Capps se despega del plato, pero en lugar de utilizar ese impulso para acelerar su brazo, avienta todo su cuerpo hacia delante y aterriza en el montículo. El efecto visual es como si estuvieras viendo a alguien frenar su mecánica de lanzamiento normal, brincar un riachuelo —Oye, ¿de dónde salió eso?— y después continuar la mecánica del otro lado. La mayoría de las mecánicas de lanzamiento, como probablemente te has dado cuenta, no presentan interrupciones.

Ese pequeño salto que da Capps a mitad del lanzamiento es objeto de controversia. Solo en el béisbol un saltito tiene la capacidad de escandalizar a toda la escuadra asustadiza, pero bueno, esto es béisbol y ni modo. El problema es que el salto de conejo de Capps acorta, efectivamente, los 60 pies y seis pulgadas de distancia entre el pitcher y el plato de home por casi un pie. Dado el hecho de que las bolas rápidas de Capps ya promedian 98 mph, se vuelve cada vez más "injusto" de lo que a algunas personas les gustaría.

Esta injusticia puede verse en la destrucción que Capps ha ocasionado en sus oponentes. Capps ha lanzado solamente en 24.1 entradas esta temporada, así que tienes que bajar las entradas que califican a 20, pero una vez haciendo eso, el número de ponchados por cada nueve entradas (K/9) de Capps se convierte en el mejor en todo el béisbol. Está exactamente a dos K/9 de ventaja del mejor relevo en el béisbol Aroldis Chapman, y 2.5 arriba de los grandes relevos Andrew Miller, Cody Allen, Dellin Betances, y de todos los demás porque eso es lo que "el mejor en béisbol" significa. Capps se ha enfrentado a 94 bateadores esta temporada y 46% de ellos han sido ponchados. Es algo de locos. Además Capps solo ha permitido el 6.6% de carreras de los bateadores que enfrentó este año. Esto es bastante loco también.

Pero a nadie realmente le importa el 6.6% de lo que sea. Capps lanza 98, lo hace de forma extraña, y es cuestionable si lo que hace es justo o no. Y de nuevo nos regresamos al ejemplo del niño agarrando el dulce. Todo estará bien en el béisbol si Capps es el único saltando del plato como si hubiera pisado popo de perro, pero si los demás comienzan a hacerlo, entonces podrías tener un problema.

O, para ser más exactos, los bateadores tendrían un problema. El martes pasado, Capps se enfrentó a Xander Bogaerts de los Medias Rojas con hombres en base. Permitió una carrera, pero la bola rápida que golpeó Bogaerts fue efectivamente de 105.5 mph. No es que la pelota haya viajado a esa velocidad. Nunca lo hizo. Pero como el lanzamiento fue ejecutado más cerca del plato de home, le tomó las misma cantidad de tiempo alcanzarlo que una pelota a 105.5 mph, si hubiera sido un lanzamiento normal. Capps le está sumando entre tres y seis mph a sus pelotas por medio de su juego de avioncito. ¿Crees que no hay relevos allá afuera que les gustaría añadir seis mph a sus bolas rápidas? Hasta hace poco había tipos dispuestos de encoger sus testículos con suplementos que compraban en los estacionamientos de los gimnasios para ese tipo de empuje, así que asumiremos que no rechazarían añadir un saltito a sus entregas.

Hasta ahora Capps es un muy buen relevo con un lanzamiento fuera de lugar. Al igual que el pitcher de relevo de Oakland, Pat Venditte, Capps se cuece aparte, apunta hacia tu amigo y tratas de no tirar tu cerveza mientras exclamas con emoción, "¡mira esa mierda!" Él es divertido, excéntrico, emocionante. Un buen beisbolista, indiscutidamente.

Pero si Carter Capps es la vanguardia de los excelentes relevos con lanzamientos extraños, entonces el béisbol tendrá que firmar con tinta virtual sobre papel electrónico e intentar legislar lo que por más de 100 años no ha necesitado ser legislado —los pasos de cómo un pitcher se relaciona con el montículo mientras hace un lanzamiento. No hay nada peor que le quite la diversión a la diversión como las reglas demasiado específicas —¿verdad, fans de la NFL?—, así que por nuestro bien y el del béisbol, esperemos que Carter Capps esté al final de este callejón sin salida de la evolución del béisbol, el último pitcher que da un brinco a mitad de lanzamiento.