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tramposos seriales

Rosie Ruiz y Roberto Madrazo, los tramposos compulsivos de fondo

Con solo 2 maratones en su breve carrera deportiva, Rosie Ruiz se convirtió probablemente en la más famosa fondista, y también una de las grandes tramposas de la historia.
David Madison - Getty Images

Me es muy difícil recordar algún momento en la historia del deporte mexicano que me llene de más vergüenza que lo sucedido un 30 de septiembre de 2007. Aquel parecía un día normal deportivamente hablando. El Real Madrid ganaba sobre la hora con un gol de Sergio Ramos, Maradona declaraba que si pudiera volver el tiempo atrás no se drogaría, Gary Kaspárov, otrora campeón mundial de ajedrez, era elegido candidato único de la oposición rusa para buscar suceder a Putín en la presidencia y el etíope Haile Gebrselassie rompía el récord del mundo al correr el Maratón de Berlín en 2:04:26.

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Pero justo en este evento, el Maratón de Berlín, una historia paralela sucedía. Un político mexicano, priista para no variar, Roberto Madrazo Pintado, sorprendía a todo el mundo al terminar la extenuante prueba de 42 kilómetros en 2 horas y 41 minutos, una marca descomunal para alguien de 55 años. Toda una hazaña de no ser porque durante su recorrido, Madrazo tomó un "atajo" por así decirlo, que le ahorró cerca de 12 kilómetros de recorrido. Evidentemente fue descubierto y pronto, los medios de todo el mundo pusieron sus ojos en el pinche tramposo que tan sólo un año antes había sido candidato a la Presidencia de México.

No cabe duda que hasta para hacer trampa se requiere de más inteligencia. Foto: Victor Sailer / AP

Pero la aventura de Madrazo no fue la primera de su especie y tampoco la más famosa (menos mal). Años atrás, una corredora de origen cubano llamada Rosie Ruiz sorprendió al mundo al ganar la Maratón de Boston de 1980 con un tiempo de 2:31:56. Este tiempo se convertía en el récord de la competición y en la tercera mejor marca femenil de todos los tiempos… ¿nada mal verdad? Lo más sorprendente fue que Rosie había mejorado en 25 minutos su marca personal, misma que había logrado hacía sólo 6 meses en el Maratón de Nueva York.

Y entonces surgió la pregunta, ¿quién era Rosie Ruiz? De su vida, sabemos que nació en Cuba en 1953, que llegó a Florida en algún punto de su niñez y que en 1973, tras constantes jaquecas, se le extirpó un tumor en la cabeza. Cinco años después, en una segunda operación, se le puso una placa metálica en el cráneo. Poco después, en 1979, llenó la forma de inscripción para el Maratón de Nueva York. Se le preguntó el tiempo en el que estimaba terminarlo: 4 horas y 10 minutos su respuesta.

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Foto: Archivo AP

La primera sospecha de que algo raro sucedía se dio en la conferencia de prensa. Bill Rodgers, quien ganó el Maratón en la categoría varonil, se mostró sorprendido de ver a Rosie muy fresca para alguien que acababa de correr 42 kilómetros. De hecho, se sorprendió de ver que casi no estaba sudando tras la prueba. Otro hecho extraño fue que en un examen posterior, se le tomó el pulso en estado de reposo y registró 72 pulsaciones por minuto (una maratonista de élite normalmente registra 50 o incluso menos pulsaciones por minuto en las mismas condiciones). Además, en las entrevistas posteriores, se notaba que Rosie no tenía idea alguna de términos que todo maratonista domina. Era una neófita que según su versión, se entrenó a si misma sin ayuda ni consejos de alguien.

Pero la evidencia mayor llegó de la Wellesley College, una universidad femenina que está ubicada cerca de la mitad del recorrido del Maratón de Bostón y que por tradición, todos los años vitorea a la primera corredora que pasa frente a sus instalaciones. En aquella ocasión, la canadiense Jacqueline Gareau fue quien recibió esta porra y nadie en dicha Universidad pudo recordar ver pasar a Rosie frente a las instalaciones. Después, testigos declararon que vieron a Rosie salir de entre el público y reincorporarse a la carrera ya muy cerca de la meta. Ante los escándalos, los organizadores del Maratón de Nueva York realizaron una investigación y descubrieron que 6 meses antes, Rosie había usado el metro para recorrer una parte importante de los 42 kilómetros… sin duda una fichita.

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¿Notan algo extraño? Bueno… todo el mundo lo notó.

Ante esto, la carrera deportiva de Rosie terminó, pero bien dicen que quien es cabrón, siempre lo será. En 1982 fue arrestada en Nueva York por malversar U$60,000 de la compañía para la que trabajaba. Fue condenada a 1 semana en prisión y 5 años en libertad condicional. Se mudó a Florida y en 1983 fue arrestada en Miami por vender 2 kilos de cocaína a 2 oficiales encubiertos. Pasó 3 semanas en prisión y nuevamente, libertad condicional. Cambió de residencia en muchas ocasiones y seguirle la pista se convirtió en algo imposible. Se supo de ella en el año 2000, trabajaba en atención a clientes para un laboratorio médico. Justo en ese año 2000, 20 años después de su hazaña, Rosie aseguró en una llamada telefónica que efectivamente, había corrido y había ganado de manera justa el Maratón de Boston. Que toda la historia había sido una injusticia y que algún día correría de nuevo, solamente que no lo haría en Boston. "He recibido llamados de decenas de maratones a los que les gustaría que yo corriera" dijo en aquella llamada.

Curiosamente, nuestro querido Madrazo declaró algo similar, que él no había hecho trampa nunca en toda su carrera política y que el Maratón de Berlín no era la excepción. "Todo el escándalo del maratón es una jugada política de mis adversarios para desprestigiar un proyecto social que estoy llevando, que oportunamente era llamado "Maratón, una fundación para la competitividad"". Supongo que nadie creyó su versión.

Y bueno, de esta manera y habiendo corrido sólo 2 maratones en su breve carrera, Rosie Ruiz se convirtió probablemente en la más famosa corredora de fondo, y sin duda, una de las más grandes tramposas en la historia.