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¿respetar la tradición o ver por la salud?

¿Y si eliminamos las patadas de despeje del futbol americano colegial?

La NCC considera eliminar las patadas de despeje para proteger a los jugadores de traumas cerebrales. De implementarse el cambio, ¿sería realmente suficiente?
Joe Nicholson-USA TODAY Sports

Las organizaciones deportivas están haciendo cambios con la esperanza de hacer del futbol americano un deporte más seguro y dirigir las críticas directo al juego en sí, al mismo tiempo que los índices de jóvenes que practican futbol americano caen estrepitosamente y los organismos rectores están siendo acusados (de alguna manera) como los responsables de los efectos negativos en la salud de los jugadores.

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La mayoría de los cambios son pequeños, como la prohibición del contacto casco con casco y la expulsión obligatoria por "entrar con la cabeza" primero. A principios de este año, la Ivy League prohibió los entrenamientos con contacto excesivo durante la temporada. No obstante, el organismo rector del deporte universitario, la National Collegiate Athletic Association (NCAA), podría estar a nada de dar el paso más importante hasta el momento que podría alterar una parte esencial de este juego: según CBS Sports, la asociación está considerando eliminar las patadas de despeje en el futbol americano colegial.

"No hay duda de que se trata de la jugada más peligrosa del juego", comentó Bob Bowlsby, comisionado de la Conferencia de los 12 Grandes, para CBS. "Qué tanto tenga que ver y cómo se pueda arreglar no lo sé".

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No se necesita debatir tanto para asegurar que las patadas de despeje son extremadamente peligrosas. Son jugadas donde humanos de gran tamaño aceleran a toda velocidad para chocar con el rival con tanta fuerza como sea posible. El golpe que paralizó al jugador de Rutgers, Eric LeGran, se originó en una patada de despeje. En efecto, cuando la NFL adelantó las patadas de despeje unas cuantas yardas para incrementar el número de touchbacks —es decir, patadas de despeje no regresadas— el número total de conmociones cerebrales reportadas disminuyó.

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VICE Sport propuso el año pasado eliminar las patadas de despeje como una manera potencial de hacer del futbol americano un deporte más seguro. Hacerlo disminuiría el número de golpes en los atletas —no sólo en los partidos, también en la temporada baja y pretemporada, ya que los ensayos de este tipo de jugadas se hacen a toda velocidad en casi todos los entrenamientos—.

Eliminar las patadas de despeje sería un gran paso en la dirección correcta para proteger a los jugadores, y no afectarían al juego tanto como se dice. Por una parte, las patadas de despeje son las jugadas menos necesarias en un partido de futbol americano; además, el 39 por ciento no presentó un regreso de balón el año pasado en su versión universitaria.

Dada la declaración mortificante de la NCAA de que no es "su deber legal" proteger a los atletas, hablar de las patadas de despeje es una sorpresa bienvenida. Es bueno que los líderes del futbol universitario quieran hacer algo al respecto —o, al menos, hacernos creer que hacen algo— que marque una diferencia real en la seguridad. No importa qué decidan hacer, dos preguntas siempre persistirán:

● ¿Acaso este deporte está esperando a que el tema del trauma cerebral se salga de control?

● A largo plazo, ¿qué será suficiente hacer —si es que existe algo— para que este juego sea más seguro para un grupo de jugadores que también son estudiantes, y que (teóricamente) van al campus a cultivar sus cerebros en la misma institución que pone los logos en sus cascos?

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Los regresos de patada son emocionantes y violentos. Foto por Matt Kartozian-USA TODAY Sports

A comparación de las mejoras a las reglas de años pasados, eliminar las patadas de despeje sería un paso gigantesco.

¿Qué podría seguir? Algunos, incluyendo John Madden, han discutido eliminar la posición de tres puntos —la posición en la que los jugadores se agachan con una mano tocando el suelo— la cual es usada por los jugadores en la línea de golpea para abalanzarse sobre sus oponentes en cada serie ofensiva, casi siempre acompañado de contacto con la cabeza. No se trata de una idea descabellada, ya que ha sido apoyada por el Dr. Julian Bailes, neurocirujano y director de la liga juvenil Pop Warner de americano, e incluso hasta el comisionado de la NFL, Roger Goodell, dijo que podría pasar.

"Abogué ante la NFL hace años para que prohibieran la posición de tres puntos sobre la línea defensiva", comentó Bailes para VICE Sports. "Contamos con varios jugadores de la NFL en esa posición que no tuvieron una sola conmoción pero que fueron diagnosticados con ETC (encefalopatía traumática crónica, enfermedad neurodegenerativa asociada con traumas cerebrales repetitivos)".

Más allá de esto, las opciones son más drásticas. Investigaciones han demostrado que deshacerse de los cascos podría reducir las conmociones, ya que es más posible que los jugadores eviten en contacto cabeza con cabeza. Sin embargo, esto incrementaría dramáticamente las posibilidades de que los jugadores sufrieran fracturas fatales en el cráneo; desde un punto de vista alejado de la medicina, esto convertiría al futbol americano en algo más parecido al rugby. Otra opción sugerida es que los árbitros monitoreen los sensores en los cascos que miden la fuerza en que cada jugador utiliza la cabeza como arma; solución dudosa que pretende que los sensores distingan la intención del golpe.

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Desde luego, el cambio más grande podría ser quitando partidos y acortando las temporadas, lo que disminuiría el riesgo de ser golpeado. Pero este es el problema principal: la única posibilidad infalible para prevenir y reducir los traumas cerebrales es jugar menos.

Es una aproximación correcta y de sentido común. Pero también implicaría renunciar a algo que amamos, al mismo tiempo que generaría menos dinero. Estos dos factores son incentivos lo suficientemente poderosos para mantener el status quo.

¿De verdad quieren renunciar a los emocionantes regresos de balón? Foto por Geoff Burke-USA TODAY Sports

Hay tanto que desconocemos de los verdaderos riesgos en el deporte. Aún no sabemos que tipo de golpes ocasionan los peores efectos en la salud, y no sabemos cuántos golpes son demasiados golpes, o si existe un número mágico. Lo que si sabemos es que los atletas que juegan futbol americano enfrentan un mayor riesgo de sufrir lesiones cerebrales a corto plazo, y daños permanentes a la larga más que un velocista o un tenista.

Prohibir las patadas de despeje es un comienzo. Pero no es la solución a todos los problemas. Se aproximan, inevitablemente, más cambios. Porque si no sabemos qué cantidad de golpes es segura, o al menos lo suficientemente segura, ¿entonces quién puede asegurar con plena confianza que la mejora más reciente a las reglas significa que los problemas de este deporte están solucionados? Por el momento, el camino correcto parece apuntar solamente hacia una dirección, y no precisamente del agrado de todos: si quieres proteger cerebros, tendrás que jugar lo menos como sea posible.