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"The Fits" y la evolución del boxeo en el arte

Un filme independiente estrenado este año es la mejor apreciación estética del boxeo en la pantalla grande.

Cientoveintidós años después de que William K.L. Dickson filmara un sexto round entre Mike Leonard y Jack Cushing, el cine de boxeo sigue siendo uno de los géneros más fiables y duraderos, sin embargo, a pesar de que es consistente, ya no presenta mucha innovación.

En el transcurso del último siglo y el cambio del mismo, se han desarrollado y asentado ciertos patrones y las obras de este año, como Hands of Stone, The Bleeder, y Bleed For This, parecen sugerir que este género cinematográfico está en riesgo de estancarse.

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No es por un problema de calidad. Hands of Stone no ha sido favorita de los críticos, pero The Bleeder y Bleed For This han sido bien recibidas, aunque siguen un patrón que ya hemos visto muchas veces en el cine, tanto que comienza a sentirse como la primera combinación básica que enseñan todos los entrenadores: una historia real (inspirada por un boxeador real). Nos presenta el ya tradicional viaje del héroe, montajes de entrenamiento en algún momento del filme. Después, vemos una victoria —ya sea deportiva, moral o ambas— dentro del ring.

Cuatro décadas después de que Rocky nos deleitara en pantalla, nos hemos conformado con un patrón con el que todos, con pocas excepciones, podemos predecir la narrativa y clímax de cada película.

Pero hay una película este año que nos da nuevas esperanzas para el pugilismo en el cine. The Fits, un filme independiente que se estrenó en el Festival de Sundance del pasado enero y fue estrenada en cines durante el verano (en los Estados Unidos), que no es una película de boxeo. O tal vez sea más preciso decir que no sólo es una película de boxeo. La directora, Anna Rose Holmer la describe como una película de danza. Es sobre la histeria colectiva que existe en grupos de mujeres adolescentes, parecida a la que se presenta en filmes comoPicnic At Hanging Rock y The Falling. Pero el boxeo es parte del mundo que representa, y la manera en que Holmer, sus guionistas, coreógrafos y estrellas trabajan con el deporte es emocionante y refrescante. No es parecido a nada que hayamos visto antes.

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Toni, de 11 años de edad, interpretada por Royalty Hightower, asiste a un gimnasio en el centro de Cincinnati y entrena con su hermano, pero pasa más y más tiempo viendo al equipo de bailarinas. Eventualmente, Toni se une al equipo y poco a poco encuentra su ritmo tanto en la coreografía como en la estructura social del grupo. Pero se van presentando peligros en camino a su auto-descubrimiento: una por una, las chicas más grandes de su grupo están sufriendo ataques y convulsiones.

Con pocos diálogos, The Fits cuenta la historia con movimiento, como un video de entrenamiento convertido en un filme de 72 minutos y enriquecido con un personaje más profundo y una narrativa más interesante que la clásica "volverse mas fuerte" o "aprender a pelear". Y esos movimientos son tan fuertes, tan precisamente representados, que pueden cargar el peso de la historia y temas como la adolescencia, género, raza, y sentimiento de pertenencia.

Desde el inicio de la película, donde conocemos a Toni haciendo abdominales mientras las cuenta una por una perdiendo el aliento, The Fits atrapa al espectador en un universo de ensueño, pero que al mismo tiempo es bastante verosímil. Desde el conteo de combinaciones que hace Toni, hasta los golpes que se practican tras ella y el sonido de los guantes golpeando en el costal, el filme reproduce los sonidos de cada sentimiento que se genera en un gimnasio de box de forma realista.

Con el enfoque de Holm en cuanto al movimiento y la impresionante habilidad de Hightower y sus co-protagonistas para contar la historia a través de sus movimientos, el filme incorpora el pugilismo a una estética nueva y emocionante, que nos da una experiencia completamente diferente. Si alguna vez encontraron la belleza en un golpe, o historia en el movimiento de pies, este filme tiene algo poderoso y único esperándolos.

El boxeo puede ser una parte pequeña en el filme. Después de todo forma parte de un ambiente masculino que Toni deja atrás para ser parte de un equipo de chicas bailarinas, mismo que se convierte en parte fundamental de su historia. Aunque el boxeo no es lo que hace que la película sea buena, el filme convierte al boxeo en una pieza de arte y nos da un acercamiento distinto a una tradición muy antigua.

El boxeo hizo su debut en el cine hace 122 años, cuando se convirtió en el primer deporte en filmarse. Seguramente, más obras como The Fits nos aseguran de que la ciencia dulce tenga el potencial para seguir siendo plasmada en la pantalla grande durante muchos años más.