"Entiendo que Yamaha prefiera que gane Rossi: así venden más motos"

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Este miércoles, al acabar el último día de entrenamientos en Sepang, los equipos se apresuraban a desmontar los boxes y a meterlo todo en cajas para salir zumbando hacia el aeropuerto. En Yamaha, especialmente en el lado de Jorge Lorenzo, las caras eran de satisfacción absoluta.

Después de llevarse el último título de uno de los campeonatos más explosivos de la historia, al mallorquín se le pudo ver más sereno y confiado que nunca… y en ese plan se sentó a hablar con nosotros.

¡Hola, Jorge! Dinos: ¿cómo llegaste a Malasia después del invierno?

¡Hola! Bueno, pues aunque mucha gente se lo tome a broma después de estos días, no he llegado en las mejores condiciones. Haber ganado el Mundial retrasó un poco el arranque de la preparación física. Además he estado muy resfriado, con antibióticos, muy congestionado.

Aún así, todo salió muy fácil y tuvimos más diferencia que nunca sobre los demás: alrededor de un segundo en todas las circunstancias. Eso no lo había logrado nunca antes. Y hacerlo aquí, donde todavía no he ganado en MotoGP, pues sorprende más.

¿Tu confianza es consecuencia del título?

Sí, evidentemente te quedas con un buen sabor de boca… pero si hubiese perdido el Mundial habría llegado aquí e ido igual de rápido, estoy seguro.

¿Qué significó esa tercera corona para ti?

Pues yo diría que habría sido muy frustrante perderla. Fui el más rápido con diferencia en la mayoría de las carreras, y el equipo fue el que mejor trabajó. Perderlo por la mala suerte que tuvimos en grandes premios puntuales me hubiese dado rabia.

¿Qué sacaste de todo lo ocurrido?

El año pasado nos encontramos con el peor neumático que podía haber tenido por mi estilo de pilotaje. Por eso empecé tan mal. Ya pasó en 2014, sobre todo en las primeras carreras. Luego lo modificaron y le dieron un poco más de agarre en el perfil, pero nunca me llegué a sentir tan bien como en 2013, 2012 o 2010. Eso me hizo sacar el máximo y aprender a sufrir en circunstancias desfavorables.

Entre Alemania 2014 y Valencia 2015 soy quien más puntos ha acumulado. Sufrir tanto me ha hecho más fuerte. Seguramente, si en su día no hubiera llegado Bridgestone, ahora tendría más títulos.

Tus rivales aseguran que cuando estás enchufado eres inalcanzable, pero también hay quien duda sobre tu fuerza mental en momentos clave…

Hay quien dice que Lorenzo no es muy fuerte mentalmente, pero cuando analizas toda mi trayectoria en MotoGP —dejando a un lado mi primer año, 2008, y 2014, cuando terminé el tercero— pues o he ganado o he quedado segundo. Que no está mal, ¿no? [ríe]

Es muy complicado hacer lo que yo he hecho. Si no eres psicológicamente duro es imposible, y por eso no entiendo esas críticas. Si estoy un poco mejor físicamente y más convencido, pues puedo subir un poco el nivel. Pero cuando estoy un pelín mal también estoy allí, luchando por ganar el Mundial.

Lin Jarvis sostiene que Ducati está tentándote. ¿Te ves muchos años en Yamaha?

Hasta en los momentos más difíciles he dicho que mi idea es retirarme aquí… y no solo eso, sino que después del tercer título cada vez veo más factible convertirme en el piloto con más éxitos de la marca. Sería un sueño.

Sin embargo, de la misma forma que yo le doy prioridad a este equipo, es importante que ellos valoren todo lo que yo le he ofrecido. Después del título de Valentino en 2009, el único que ha ganado con Yamaha he sido yo.

¿En algún momento del año pasado llegaste a sentirte infravalorado?

A mí nunca me ha preocupado que Rossi sea más mediático y tenga más fotógrafos a su alrededor. Y hasta veo normal que Yamaha prefiriera que ganara él por la popularidad que tiene, porque a lo mejor así habría vendido más motos.

A mí lo único que me importa es tener el mismo material porque confío mucho en mis posibilidades, y sé que con esas reglas de juego lo haré bien. En ese sentido, esta empresa es japonesa y muy seria, y siempre me ha apoyado al máximo.

¿Qué te dijo el equipo tras tu victoria en el campeonato del mundo?

Es verdad que ciertas facciones se quedaron con una sensación rara, un poco distinta a si solo hubiera habido un piloto de Yamaha en la pelea por el título. Todo el follón previo hizo que algunos se mostraran un poco tibios, pero creo que fue consecuencia de lo que pasó en Sepang.

¿Y a Rossi cómo le ves?

Parecía imposible que Valentino se mantuviera a este nivel hasta su edad, pero lo está haciendo. Si sigue así puede que se plantee otra renovación de un par de temporadas más.

Hace algún tiempo yo no me imaginaba compitiendo muchos años en la élite del MotoGP… pero ahora pienso que si soy competitivo y disfruto cada vez más de mi deporte, ¿por qué no voy a alargar mi carrera?

En tus negociaciones con Yamaha, ¿se te pasa por la cabeza vetar a Rossi?

Jamás. Nunca he vetado a Valentino ni a ningún compañero, ni siquiera cuando tuve la oportunidad de hacerlo. Siento mucho estos colores y soy consciente de que Rossi es muy beneficioso para la marca, tanto en la pista como fuera de ella.

Es bueno que siga aquí. Tenemos una estructura muy completa y acabamos ganar el título de pilotos y de constructores: eso sin una pareja competitiva es imposible.

Hace un par de cursos, cuando dominaba Marc Márquez, había quien aseguraba que realmente las Yamahas no estaban tan lejos de las Hondas. Y sin embargo, ahora sí que parece que la Honda sea un desastre.

El valor te lo dan las estadísticas, sobre todo si las comparas. Al fin y al cabo, desde que llegué al MotoGP demostré que era posible batir a un fenómeno como Rossi. De hecho, cuando hemos tenido la misma moto, mis números han sido mejores que los suyos, y eso que está considerado el mejor piloto de la historia. Tu nivel, tu calidad y tu valor es el de los resultados.

¿Te alivió comprobar que la alianza Márquez-Honda no era invencible?

En 2014 parecía que Marc iba a arrasar cinco o seis años seguidos. Luego te das cuenta de que nada es para siempre, y de que Fangio tenía razón cuando decía que hay que luchar para ser el mejor pero sin llegar a creérselo.

No podemos relajarnos, sino aprovecharlo si estamos bien, porque tarde o temprano los demás llegarán.

Sigue al autor en Twitter: @uri_puigdemont