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Un derbi cada fin de semana: así es la liga más pequeña del mundo

Dos equipos se disputan cada año el campeonato de clubes más minúsculo del fútbol mundial, la liga de las Islas Sorlingas.
Jugadores del Garrison y el Woolpack colocan la portería antes del derbi que disputan cada fin de semana. Imagen vía FIFA

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El fútbol no entiende de fronteras ni de cualquier otro tipo de elemento delimitador. Por ejemplo, el otro día conocimos a la peña más pequeña de España, una extraordinaria pareja que no necesita a nadie más para vibrar con los partidos de la SD Compostela. Lo cierto es que, en ocasiones, dos son multitud, y eso es precisamente lo que ocurre en las Islas Sorlingas, un diminuto archipiélago británico de apenas 2 000 habitantes.

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Como buenos británicos, el fútbol forma parte de la vida diaria de los vecinos de Saint Mary's —la isla más poblada de un total de 140 que forman el archipiélago—, que cada fin de semana disfrutan del derbi más disputado del planeta. El motivo es evidente, y es que desde 1950 solo quedan dos equipos en la Isles of Scilly Football League. Desde entonces, los Garrison Gunners y los Woolpack Wanderers se disputan el título de liga… y dos copas y una Charity Shield.

Parece una broma, pero en las islas se lo toman muy en serio. "Nunca sabemos si la gente se ríe de nosotros", explicaba Anthony Gibbons, presidente de la liga, a The New York Times. Con el auge de los medios digitales, cada año se acercan a la isla nuevo reporteros con ganas de contar su curiosa historia, y con razón.

Un paraíso para los turistas, pero un infierno para la población joven, que no encuentra oportunidades laborales. Imagen vía Pollemma

En total son 20 jornadas que se disputan entre octubre y mayo, aunque los equipos nunca son los mismos; es una de las tradiciones más peculiares de la competición, y los capitanes se reúnen como si estuvieran en el patio de colegio y eligen uno a uno a sus compañeros hasta completar las plantillas. Parece un sistema demasiado aleatorio, pero la liga no acostumbra a decidirse hasta la última jornada.

Al cabo de cuatro o cinco jornadas, está claro, los jugadores se conocen a los rivales de arriba abajo. "Jugar contra el mismo equipo cada semana es mejor que dejar de jugar a fútbol", decía Chas Wood, exjugador, entrenador y directivo de la competición, en un reportaje de la FIFA. El campo se improvisa en un descampado y cada finde, una hora antes de la cita, varios jugadores se reúnen para pintar las líneas y colocar las porterías.

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En alguna ocasión, el único árbitro de la isla ha tenido que parar el partido porque un jugador se ha torcido el tobillo con una madriguera de conejos. "He arbitrado bajo el granizo, nieve, lluvia torrencial, niebla densa, rayos y truenos", recordaba al Times.

Hasta una marca se gastó un pastón para llevar a tipos como David Beckham o Steven Gerrard a pasar unos días en la isla

La dureza de la vida en las islas, que cada año pierden a gran parte de su población joven, es evidente. Solo la industria del turismo ha sobrevivido al paso del tiempo, así que la mayoría de adolescentes abandonan la isla entre los 16 y los 25 años en busca de oportunidades. Este hecho provoca que cada vez sea más difícil completar las plantillas.

La supervivencia del derbi más frecuente del planeta, y de la liga más pequeña del mundo, está en serias dudas, igual que el futuro de las Islas Sorlingas. "Vivimos juntos, trabajamos juntos y jugamos al fútbol juntos, y así es como debería ser", explicaba Mike Green, que lleva más de medio siglo en la isla, a la BBC.