Trevor Story y el año del prospecto inesperado

Para estas alturas, sin duda has escuchado del shortstop de los Colorado Rockies, Trevor Story.

Aquí tienen un breve repaso para aquellos que viven debajo de una piedra —o para aquellos fans del beisbol que deciden ignorar a los Rockies—. La semana pasada, Story se convirtió en el primer jugador en conectar cuadrangulares en cada uno de sus primeros cuatro partidos. Después, el domingo, se convirtió en el jugador más rápido en lograr siete home runs en una temporada.

Ha logrado conectarle a lanzadores abridores y relevistas, bolas rápidas y bolas quebradas, errores y lanzamientos bien ejecutados. Ha bateado cuadrangulares en casa y a domicilio, con y sin bases ocupadas, en contra de zurdos y diestros. Lo ha hecho todo —incluyendo, al parecer, la certeza de que José Reyes no será más el shortstop habitual de los Rockies cuando regrese, si es que lo hace, del limbo en el que cayó luego de su arresto en temporada baja por violencia doméstica.

Story ha hecho algo más también: ha logrado que la primera semana de la temporada sea más especial que de costumbre. Si hay dos cosas que al beisbol le encanta hacer es poner etiquetas a ciertos comportamientos "de inmediato" y declarar patrones nacientes como "el año de [lo que sea]". Con una semana disputada, el 2016 ha sido el año del prospecto no anunciado. Además del caso Story, el diestro Ross Stripling de Los Angeles Dodgers lanzó un juego sin hit en las ocho entradas de su primera apertura, mientras que el primera base de los Houston Astros, Tyler White, arrancó el lunes conectando .556/.591/1.167; es en serio.

No es como si Story, Stripling, o White fueran totalmente desconocidos para los fans de hueso colorado. Estamos en la era de la información. Hace décadas, encontrar datos sobre prospectos no pertenecientes a la élite era una propuesta dudosa. En nuestro días, el ascenso del cazatalentos —aquellos que acuden al llamado para alcanzar la inalcanzable meta de proyectar a jóvenes jugadores— ha provocado que más y más jugadores sean cubiertos y cada vez menos jugadores relativamente desconocidos lleguen a las mayores. Y antes de que rechaces la credibilidad de todos esos informes, valdría la pena destacar que un número creciente de cazatalentos han sido contratados por equipos.

Uno de esos cazatalentos que se convirtió en profesional es Al Skorupa, quien se unió a los Oakland Athletics durante la temporada baja. Antes de eso, resulta que escribió un informe sobre Story. En el informe, Skorupa calculó que Story llegaría a las mayores en el 2017, y lo registró con un grado de 40-50 en hits y en poder. Skorupa proyectó a Story para que se convirtiera en shortstop de segunda división, destacando que podría encajar en la generación de Jed Lowrie de shortstops con más ofensiva que defensiva.

Sin duda, Story nos ha mostrado más a la ofensiva que en defensa —cómo no podría hacerlo— pero, ¿es posible que haya sido subestimado como jugador prospecto?

El mejor ejemplo contemporáneo de un jugador que claramente sobrepasó su estatus como prospecto de inmediato es Yasiel Puig —en caso de que olvidemos su tibia respuesta a su fichaje inicial—. Pero hay una diferencia importante: Puig fue un fichaje internacional; Story, originalmente un selección adicional de primera ronda, ha estado en los radares de cazatalentos desde que estaba en la preparatoria. No obstante, Story empezó la temporada clasificado modestamente dentro del sistema de los Rockies por algunas de las compañías más respetadas en la industria: Baseball America lo colocó en octavo; Baseball Prospectus en el décimo sitio; y Keith Law lo puso en el sitio 11 (cabe mencionar que Law escribió que era "posiblemente demasiado bueno para ser solo el jardinero de utilidad de alguien").

La razón por la baja estima hacia Story tuvo que ver con su arriesgado perfil. Tal y como Christopher Crawford, escritor de Baseball Prospectus, explicó que el meollo con Story era su fuerza y su rápido bateo, pero que sufría para contactar la pelota con frecuencia —una preocupación que sigue en pie, dado que ha hecho contacto en menos del 70 por ciento de sus intentos al bate en grandes ligas, según Baseball-Reference.

Son puntos justos y válidos. Aún así, no puedes más que apoyar su arranque impresionante y esperar que siga así. Después de todo, el éxito de Story apela a lo que muchos aman del beisbol: el sentimiento de que cualquier cosa puede pasar en cualquier campo, o en cualquier serie. Dicha sensación es puesta a prueba con más frecuencia en esta era de la información. Contamos con números para casi todo, y aunque es innegable que hace a los espectadores más listos —o al menos más informados—, corre el riesgo de darnos un falso sentido de la precisión.

Ascensos como los de Story deberían hacernos más humildes, o ya mínimo hacer que cuestionemos nuestra confianza en nuestras creencias. En este caso esto implica hacer preguntas como, ¿La semana exitosa de Story debería obligarnos a revisar nuestros reportes? Por lo general, la gente respondería que no, ya que solo se trata de una semana ( por su parte, Crawford dijo eso)…pero qué tal si consideramos lo que Bill James llamó trascendencia característica, es decir, una actuación por encima y más allá que solo los mejores logran alcanzar. ¿Es posible que Story ya haya demostrado de qué está hecho para ser más de lo que pensamos que era? La respuesta es diferente para todos, y este tipo de discusiones nos llevan, inevitablemente, a argumentos circulares sobre pequeñas pruebas y todo eso que no terminarán hasta que Story tenga suficiente tiempo en las mayores para demostrarlo.

Pongámonos todos de acuerdo sobre esto: no importa cómo se desarrolle el cuento de Story, podemos estar agradecidos por habernos dado algo diferente durante la primera semana de beisbol, y un recordatorio de por qué amamos los deportes. Nunca puedes estar seguro de lo que verás, incluso en una era donde todo parece que deberíamos estar preparados para ello.