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Boston Celtics

Len Bias, el 'nuevo Jordan' a quien la cocaína destruyó

La trágica historia de Len Bias, el jugador de baloncesto estadounidense que parecía destinado a competir con Michael Jordan por el trono en la NBA, nos recuerda que la cocaína y el deporte no casan en absoluto.
Foto: Isaac Brekken/AP

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La relación entre los atletas y las sustancias dopantes es prácticamente tan antigua como la historia del deporte mismo. El deseo de ganar, los premios millonarios o simplemente un ego desbordado hace que se pierda la esencia de la sana competencia y que se esté dispuesto a todo por ser el mejor… o al menos por parecerlo.

Las historias de dopaje se remontan a los Juegos Olímpicos de la Grecia clásica, donde algunos atletas al parecer usaban setas para mejorar su rendimiento. En la Roma clásica, los conductores de cuadrigas suministraban ciertas sustancias a sus caballos para que corrieran más: podríamos considerarlo el óxido nitroso de la Edad Antigua. Los creadores de Need for Speed estarían orgullosos.

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Por definición, el dopaje persigue potenciar artificialmente el rendimiento del organismo: en otras palabras, obtener una ventaja física sobre el resto de competidores. Sin embargo, en las últimas décadas el auge de las drogas recreativas ha puesto un nuevo caso sobre la mesa: los atletas que 'se dopan' por el gusto de hacerlo y no para obtener ventajas.

Sin duda, el primer caso que nos viene a la mente es el de Diego Armando Maradona. Un talento fuera de serie, cierto, pero también un tipo con una personalidad autodestructiva. Conoció la cocaína estando en Barcelona y se desmadró en Nápoles: en 1991 le suspendieron por dar positivo en un partido del Calcio.

La escena más famosa de la relación entre Maradona y las drogas, sin embargo, llegó en el Mundial de EEUU, en 1994. La imagen de la enfermera llevándose de la mano al Diego tras un partido frente a Nigeria dio la vuelta al mundo: "Me cortaron las piernas", declararía el argentino posteriormente.

Podemos hablar de muchos casos de deportistas adictos a la cocaína: en el fútbol, por ejemplo, tenemos al argentino Claudio Caniggia, al rumano Adrian Mutu y al portero colombiano René Higuita, que incluso aseguró haber conocido al narcotraficante Pablo Escobar.

El caso más divertido, sin embargo, seguramente sea el del delantero del Liverpool FC Robbie Fowler. Los aficionados del Everton FC, el rival ciudadano de los 'reds', acusaron a Fowler de ser adicto a la cocaína: Robbie, ni corto ni perezoso, celebró un gol de penalti 'esnifando' la línea de fondo justo frente a los fans del rival.

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En el fútbol, sin embargo, la cocaína no ha hecho ni mucho menos tantos estragos como en otros deportes. La tenista Martina Hingis dio positivo en 2007: aunque la presencia de la droga era muy baja y ella aseguró que jamás había consumido, fue suspendida por dos años. Para evitar males mayores, la suiza decidió retirarse.

La historia más dramática, no obstante, la protagonizó un jugador de baloncesto: Len Bias. ¿Que quién es? Bueno, hablemos un poco de él.

El estadounidense Leonard Kevin Bias era el deportista perfecto. Medía 2,03 metros y disponía de un talento fuera de serie. Jugó para la Universidad de Maryland y rápidamente llamó la atención de todo el mundo. Su potencia física y su gran manejo de la presión en los momentos decisivos le llevaron a ser elegido Jugador del Año en la Conferencia de la Costa Atlántica dos veces consecutivas.

A Bias, que llevaba el número 34, se le llegó a considerar "el alero más completo que jamás haya salido de una universidad". Incluso tuvo el honor de ser el primer jugador en la historia en ser comparado con Michael Jordan: Mike había sido drafteado tan solo dos años antes, así que la comparación con él se convirtió en algo inevitable.

Michael Jordan y Len Bias frente a frente en un partido universitario.

En el draft de 1986, Len Bias era una de las joyas de la corona, el objeto del deseo de muchos equipos. Finalmente, fueron los Celtics de Boston quienes se llevaron el gato al agua: Red Auerbach, presidente del equipo, lo llevaba siguiendo desde hacía 3 años y finalmente pudo añadirlo a su plantilla.

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El año anterior, Boston había ganado el anillo de campeón de la NBA, así que la incorporación de Bias hacía pensar que la dinastía podría mantenerse. "Construiré el equipo en torno a él, porque es tan bueno que nadie podrá pararle", declaró K.C. Jones, el entrenador de los Celtics en aquel entonces. Fue la segunda selección global, sólo detrás de Brad Daugherty, elegido por los Cavaliers de Cleveland.

El draft de 1985 se celebró en el Madison Square Garden de Nueva York. Tras el evento, y las posteriores sesiones de firmas de autógrafos y eventos publicitarios, Bias iba a regresar con su familia a Maryland. El ambiente era festivo: su vida iba a cambiar, Len era ya un jugador de la NBA y el candidato número 1 a disputarle a Michael Jordan el trono.

Las comparaciones no se hicieron esperar. Como respuesta al contrato entre Nike y Jordan, Reebok ofreció a Bias un macrocontrato al día siguiente del draft: 1,62 millones de dólares por 5 años. ¿Cómo no iba Bias a celebrarlo?

Bias, protagonizando varias acciones con la camiseta de la Universidad de Maryland. Foto vía Icon SMI,Getty Images.

Esa noche, Bias salió con sus amigos de la residencia universitaria en la que pasó su último año como colegial. Fueron varias horas de celebración, mucha cerveza, alcohol… y cocaína. Si, cocaína, algo relativamente nuevo en la vida de Bias, que sin embargo pensó que la ocasión bien lo merecía.

La fiesta fue muy loca. Poco después de las 6 de la mañana del día siguiente, Len comenzó a sentirse mal. Primero tuvo dificultades para respirar: después se desvaneció y comenzó a convulsionarse. Sus amigos lograron controlarlo, pero un segundo ataque llegó de inmediato.

Brian Tribble, uno de sus amigos, llamó al Hospital Leland y una ambulancia vino a buscar a Bias. El jugador llegó al hospital en pésimas condiciones: se intentó reanimarle e incluso se llegó a pensar en un trasplante de corazón, pero al final todo fue inútil. A las 8:55, su cuerpo fue cubierto con una sábana: Len Bias había muerto de una arritmia inducida por una sobredosis de cocaína.

Si bien la cocaína se llevan consumido desde inicios del siglo XX, el 'boom' de su uso se vivió entre los años 70 y 80. La muerte de Len Bias golpeó muy fuerte a la sociedad estadounidense: muchos descubrieron que aquel polvo blanco que parecía inane ponía en serio riesgo su vida. Solo dos meses después del fallecimiento de Bias, los EEUU aprobaron un presupuesto de 1.600 millones de dólares para reforzar la lucha contra las drogas en todo el país.

La muerte de Len, por cierto, no fue la única desgracia que golpeó a la familia Bias: apenas un lustro más tarde, Jay Bias, hermano de Len y también jugador de baloncesto universitario, fue asesinado a balazos en un aparcamiento tras un arranque de celos de uno de sus amigos. James y Lonise Bias, los padres de los hermanos fallecidos, decidieron dedicar el resto de sus vidas al activismo contra el uso de drogas y la posesión de armas.