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Cómo un cambio de escenario alteró la Serie de Campeonato de la Americana

Los bats de los Blue Jays despertaron tras cambiar de parque y volver a casa en el Rogers Centre. Su situación pasó de oscura a manejable, y posiblemente algo mejor.
Photo by Peter Llewellyn-USA TODAY Sports

Es gracioso ver cómo un cambio de estadio y un angustiado Johnny Cueto pueden cambiar toda una alineación.

Los Blue Jays se fueron en blanco en el Juego 1 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el Kauffman Stadium, frío y amigable para los lanzadores. Acumularon tres carreras en su siguiente juego, y tuvieron que ir a Toronto con un déficit de 2-0.

Un paseo al norte de la frontera en el ambiente controlado del domo del Rogers Centre, un paraíso de cuadrangulares, es exactamente lo que la mejor ofensiva del béisbol necesitaba. Después de no visitar lo profundo en los primeros dos juegos de la serie, los Blue Jays reventaron un trio de pelotas profundas en lo que fue, en su mayoría, una masacre ante los Royals. Toronto lo logró frente a la gran adquisición de Kansas City en la ventana de transferencias, quien fue tragado por el escándalo de la grada y pulverizado por los campeones de la Liga Americana Este.

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Los Blue Jays siguen vivos. Al igual que en la Serie Divisional cuando Toronto cayó 2-0 ante los Rangers, en el Juego 3 sacó la casta y mostró señales de vida. De la misma forma, en medio de todo ello estaba el shortstop superestrella que los Blue Jays negociaron para que fuera el jugador que marca diferencia en ambos lados del campo. Lo ha estado haciendo con su manopla todo este tiempo, pero en el bate ha estado un poco callado desde que se mudó del Coors Field.

Todo eso está cambiando. El cuadrangular de tres carreras de Troy Tulowitzki ayudó a mantener con vida a los Blue Jays en contra de un equipo de los Rangers que estaba a nada de dar una grandísima voltereta. Su home run de tres carreras en el primer juego de Toronto en casa disputado en la SCLA desde 1993 prendió a una fanaticada que estaba esperando cualquier excusa para explotar.

Tulowitzki, un bateador de orden medio en cualquier equipo, ha bateado en el turno 6 para los Blue Jays durante los playoffs después de una descolorida segunda mitad con el club que terminó rompiéndole un hueso de su hombro. Todavía no, Tulo está calentando —algo que mete miedo para un equipo que ya cuenta con algunos de los bates más poderosos que quedan en la postemporada—. Ha conectado la pelota varias veces recientemente, y tiene más hits en sus dos últimos juegos de los que logró en sus seis partidos anteriores de postemporada.

Después del batazo de Tulowitzki al jardín central, los casi 50,000 aficionados no dejaron de apoyar y presionaron a Cueto en casi todos los lanzamientos hasta que una doble carrera impulsada de Kevin Pillar terminó con su actuación. Cueto se convirtió en una calamidad ante un público hambriento de triunfos que gritaba "Queremos a Cueto" poco después de que se había retirado de la lomita. Es una noche que Cueto jamás olvidará por todas las razones equivocadas.

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Por sus recientes altibajos, este es el tipo de esfuerzo que tiene que infundir confianza en una ofensiva de los Blue Jays por momentos similar a la de Kansas City más que a la de ellos. Los Jays no solo vencieron a Cueto, lo masticaron y lo sacudieron. Enfrentó a seis bateadores en la tercera entrada y fue incapaz de registrar un out antes de que Ned Yost diera fin a la pesadilla y lo mandara a las regaderas. Las 11 carreras, dos por medio de un monstruoso home run de dos carreras de Josh Donaldson, es el número más alto que Toronto ha anotado en los playoffs.

Marcus Stroman ha estado sensacional desde su regreso por una lesión de rodilla, pero no fue así el lunes. Se veía venir, pero al final no importó, ya que su ofensiva alzó la mano y tuvo un juego que, para los Blue Jays, se sintió que debió suceder con anterioridad.

Incluso Ryan Goins conectó un cuadrangular (a Kris Medlen) después de colocar a los Jays en el marcador con un imparable de dos carreras. También jugó como siempre lo hace de manera brillante a la defensiva, y tuvo el mejor juego de su carrera después de una pifia que resultó ser el comienzo del fin para Toronto en el Juego 2.

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Goins vino de atrás. Los Blue Jays vinieron de atrás. Y en lugar de que Toronto se viera obligado a imitar a los Red Sox del 2004 con R.A. Dickey tratando de rescatar la temporada con un déficit de 3-0, recibirá a Chris Young en la lomita del Rogers Centre con la posibilidad de emparejar la serie.

La situación de los Blue Jays ha ido de sombría a manejable, y hasta tal vez mejor. Aunque los lanzamientos de nudillos de Dickey son impredecibles, Young es un pitcher de bolas altas en un estadio que tiene problemas para quedarse con ellas. Una victoria más, y será una serie para el mejor de tres con David Price y Stroman capaces de lanzar en dos juegos.

La cosas podrían estar peor. Podrían ponerse peor. Vaya diferencia que pueden lograr una victoria y un cambio de escenario.