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De Londres a Los Ángeles: La lucha libre británica se apodera del mundo

La lucha libre profesional británica experimenta un renacimiento sin precedentes.
Image: www.RobBrazierPhoto.com

"Durante años, el mundo intentó dejar atrás la percepción de que la lucha libre profesional británica era sólo Big Daddy y Giant Haystacks", dice Andy Quildan, dueño de la promotora más famosa del Reino Unido, RevPro. "Muchas personas no se dan cuenta que existe una escena independiente próspera en la Gran Bretaña. Ha sido una barrera que hemos tenido que derribar".

No hay nada malo en decir que la lucha libre profesional británica pasó unas cuantas décadas sin rumbo intentando, desesperadamente, replicar el éxito de compañías en Estados Unidos y Japón. Numerosas promotoras mal administradas han ido y venido, y por lo mismo una gran cantidad de luchadores no han podido dejar atrás los obscuros pasillos para ascender al escenario principal.

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En los últimos cinco años todo ha cambiado. La escena británica está experimentando un renacimiento sin precedentes, encabezado por un puñado de compañías y luchadores que han tomado este deporte en serio y por rumbos emocionantes.

Al igual que RevPro, la promotora PROGRESS comienza a hacer ruido. Desde el 2011 han logrado reunir una base de fanáticos comprometida, la cual les ha ayudado a vender completamente cada uno de sus espectáculos. Conocida como "Punk Rock Pro Wrestling", PROGRESS fue cofundada por el comediante stand-up, Jim Smallman, quien cree que el éxito se debe a que una cantidad importante de promotoras está madurado y haciendo crecer sus marcas.

"Un grupo de compañías británicas —como PROGRESS, RevPro, y ICW en Glasgow— han sabido posicionar su producto. Todas han aprendido de las demás, mostrado respeto, y a partir de ahí crecido", Smallman comentó para VICE Sports.

Will Ospreay (de blanco) ha ganado fama en todo el mundo // www.RobBrazierPhoto.com

Contar con numerosas promotoras en Gran Bretaña es para aplaudirse, pero la lucha libre profesional no puede prosperar si sus atletas no están dispuestos a darlo todo. Afortunadamente, la nueva camada de luchadores británicos están sobrepasando las expectativas no sólo en su país, sino en todo el globo.

Aunque apenas tiene 23 años, Will Ospreay está encaminado para convertirse en una estrella internacional. Desde que debutó en 2012, Ospreay —apodado "The Aerial Assassin" (asesino aéreo)— ha tenido un rápido ascenso, adueñándose numerosos galardones.

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Este año, el nacido en Essex ganó el prestigioso torneo Best of the Super Juniors, organizado anualmente por New Japan Pro Wrestling (NJPW). Creado en 1988, el torneo ha sido conquistado en años anteriores por luchadores del calibre de Eddie Guerrero, Jushin Liger, y Koji Kanemoto, al igual que la estrella actual de la WWE, Finn Balor.

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"Recuerdo cuando Will me dijo que se iba con NJPW", rememora Smallman. "Me alegré mucho por él porque supe que sería muy bueno para su carrera. Debutó con nosotros cuando tenía 18 años y desde entonces ya destacaba. Ahora con 23 años es uno de los mejores luchadores del mundo".

El sentir de Quildan es muy similar: "Cuando Will se presentó después de ganar el torneo Best of Super Juniors, recibió una de las reacciones más calurosas que jamás he visto. Los fans lo vieron crecer y evolucionar. Fueron parte de su éxito y querían compartirlo con él. Fue un momento hermoso, lo conmovió hasta las lágrimas".

A sus 23 años, el potencial de Ospreay luce ilimitado. ¿Pero qué hay de sus contemporáneos y rivales? Si lo que buscas es un villano hecho y derecho encontrarás muy pocos que puedan hacerle frente a "The Villain", Marty Scurll, un hombre que siente su personaje.

"No sólo soy un luchador británico, soy una estrella de rock desquiciada, mírame", grita Scurll de 28 años. "Cuando la gente viene a ver a 'The Villain' en vivo les cambia la vida por completo. Afortunadamente porque mi personaje existe, he aportado a la lucha libre británica su renacimiento desde las épocas de Big Daddy y Giant Haystacks en la década de los 80".

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Su camino hacia la cima ha visto a Scurll capturar el campeonato británico de peso completo RevPro y el campeonato mundial PROGRESS. Después se presentó la oportunidad en los Estados Unidos, donde Scurll ha tenido mayor su éxito hasta la fecha.

Marty Scurll y su espectáculo // www.RobBrazierPhoto.com

The Battle of Los Angeles (BOLA) es un torneo anual organizado por la compañía estadounidense de culto PWG, la cual se ha ganado su reputación para predecir quién será el siguiente luchador revelación de la lucha profesional. Scurll ganó la edición del 2016, derrotando a Ospreay y Trevor Lee en la final, al igual que a Cody Rhodes —el hijo de la leyenda de la lucha libre, Dusty Rhodes—.

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"Gané BOLA, el cual en mi opinión es el torneo más grande de la lucha libre a nivel mundial", dice Scurll. "Cody Rhodes dejó a la WWE para competir en BOLA. Los mejores 24 talentos en el mundo y yo lo gané. Vencí a todos. Fue una gran victoria, sí, pero ya pienso en la siguiente. No estaré contento hasta conquistar todo el mundo de la lucha libre".

Smallman añade: "En estos momentos, el apogeo de la lucha libre británica significa que más gente nos ve ahora que antes. El mejor ejemplo de ello fue el torneo BOLA de este año. Creo que ocho luchadores de nuestra plantilla participaron y eso es bueno. Se lo merecen porque son chicos dedicados".

En la clausura de BOLA, Scurll levantó su trofeo en medio del ring, cara a cara con su compatriota, el campeón de PWG y ganador de el torneo Battle of Los Angeles de 2015, Zack Sabre Jr.

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La Isla de Sheppey en Kent quizá no luzca como un lugar para iniciarse en la lucha libre, pero produjo al hombre que llaman "The Technical Wizard" (el mago de la técnica). A diferencia de muchos luchadores modernos, quienes utilizan movimientos poderosos, velocidad y ataques aéreos, Sabre emplea una serie compleja y poco ortodoxa de agarres para someter y paralizar a sus contrincantes.

Sabre (de rojo) luchando contra Ospreay // www.RobBrazierPhoto.com

Aunque, a primera vista, Sabre no luce como un luchador. Viste un corte delicado, su físico no es precisamente musculoso, y no tiene miedo de expresar su postura política de izquierda en Twitter. ¿Cómo es que luchadores como Sabre y Scurll han prosperado en una industria conocida por su hostilidad?

"Chicos como Zack y Marty han picado piedra por muchos años y perfeccionado su arte; empezaron desde niños y ahora son hombres", explica Quildan.

Compitiendo en el Classic WWE de peso crucero, Sabre llegó hasta la semifinal del prestigioso torneo, donde el estándar de las peleas está por encima del nivel acostumbrado. Para una organización que ha echado mano de viejos estereotipos cuando se trata de luchadores británicos, fue refrescante ver a Sabre se tratado como un atleta serio y dedicado, y no sólo un personaje.

Sabre no tiene miedo de portar la chamarra de la Unión // Imagen vía

"Me alegra que la gente comience a prestar atención al hecho que tenemos excelentes luchadores en Gran Bretaña", añade Quildan. "Es lo que más me enorgullezco, y eso que sólo es la punta del iceberg".

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Ya que estos tres luchadores escalan cada vez más hacia la cima, es muy probable que más luchadores talentosos comiencen a tener un impacto verdadero en la escena internacional.

"Siempre que veo a uno de estos chicos hacer las cosas en cualquier nivel, me alegro por ellos", dice Smallman. "Son buenos chicos que se han esforzado muchísimo y se lo merecen. Siempre y cuando la escena sea tan fértil como lo es ahora, y los luchadores vean que existe una manera de llegar a la WWE o NJPW, entrenarán más para darse a conocer".

Existe una gran cantidad de luchadores a nada de dar el salto al estrellato, pero el camino es largo. Las inversiones corporativas potenciales y las mejoras en las producciones podrían ofrecer distintas rutas hacia el éxito, pero Smallman teme que la burbuja explote si las promotoras no son más cuidadosas.

"El exceso de personal es un problema. Si la gente asiste a un espectáculo mal organizado donde pelean algunos de nuestros luchadores no podrán ver el verdadero alcance de la industria", comenta. "Entre más próspera sea la escena, más gente creerá que podemos dirigir una compañía de lucha libre. Si todos lo hacen bien, seguiremos aquí dentro de 10 años".

A pesar que la industria debería hacer caso a las advertencias de Smallman, hay mucho más de qué emocionarse y enorgullecerse cuando se trata de la lucha libre británica. Nadie representa esta confianza mejor que Marty Scurll: "Quiero que mi trabajo y el de 'The Villain' dure para siempre, más allá de mi yo físico. Fui colocado en este mundo para ser luchador e inspirar a las generaciones venideras. Quiero que la gente aprecie mi trabajo y piense, 'Wow, este tipo es el más grande de todos los tiempos'".

@gregzeene