La tragicomedia del Arsenal en los octavos de la Champions League
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La tragicomedia del Arsenal en los octavos de la Champions League

Si Arsenal queda eliminado ante el Bayern en sus próximos dos partidos de octavos de final, será su séptimo fracaso consecutivo en la Champions League. ¿Costumbre o maldición?

"Hegel menciona en alguna parte que todos los hechos grandiosos del futbol y personajes aparecen, por decirlo de alguna forma, siete veces. Olvidó agregar: la primera como tragedia, y las seis veces siguientes como farsa".

- Karl Marx, cita incorrecta.

Si Arsenal queda eliminado ante el Bayern de Múnich en sus próximos dos partidos de octavos de final, será su séptimo fracaso consecutivo en la Champions League. Si esto le sucediera en la vida real a un corredor de obstáculos, nosotros, como sociedad, probablemente lo convenceríamos de que se cambiara de deporte. Si el corredor en cuestión tropezara siete veces durante una carrera, una y otra vez en el mismo lugar, sería una pérdida grave de dignidad para el atleta. Cuando se trata de la competición premier de Europa, el Arsenal se encuentra en la misma situación: golpeado, raspado, cubierto de polvo, y apenado por el desastre que ha dejado atrás.

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Aunque resultaría fácil correr a Arsene Wenger y terminar con esta pesadilla de una vez, la realidad de los últimos fracasos del club londinense en la ronda de octavos de la Champions es mucho más compleja que un asunto de banquillo. Por supuesto, la incompetencia tiene que mucho que ver pero es sólo uno de los factores de este extraño patrón. El club ha evolucionado y cambiado desde su primera eliminación ante el Barcelona en la temporada 2010/11, y podríamos estar de acuerdo que ha mejorado gradualmente en los últimos seis años. Sin embargo, el conjunto que ahora presume entre sus filas a Mesut Özil y Alexis Sánchez no ha logrado más, hasta el momento, que aquel equipo de Robin van Persie, Cesc Fàbregas, Emmanuel Eboue, y Alex Song.

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Quizá la pista del extraño patrón se encuentra en los rivales que Arsenal ha enfrentado a través de los años. Contando todas las eliminaciones en octavos desde 2011, han perdido contra Barcelona, AC Milán, Bayern, Mónaco —su derrota más decepcionante—, y Barça una vez más. Tal vez con excepción de Mónaco, los demás han sido increíbles rivales en lo más alto de su nivel (en ese entonces el AC Milán había ganado la Serie A y tenía jugadores como Clarence Seedorf, Mark van Bommel, Zlatan Ibrahimovic, y Robinho en todo su esplendor). Con excepción de la campaña 2011/12 en la que Arsenal estuvo en lo alto del grupo con Marsella, Olympiakos, y Borussia Dortmund, los Gunners han enfrentado rivales de alto calibre porque han quedado en segundo lugar de grupo.

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Existe una desventaja psicológica en ello, porque sugiere que a partir de la fase de grupos el Arsenal es inferior y fácil de vencer. Cuando los jugadores no logran quedar primeros de grupo, la idea de ganar seis partidos y la final debe ser algo absurda e improbable. Entonces, cuando se enfrentan a un equipo invicto y primero de grupo, como pasó con el Barcelona en el 2010-11 y 2015-16, la mentalidad no está pareja. Desde luego, el Barça siempre es un rival difícil de vencer, pero llegar al encuentro con este tipo de inseguridades nunca ayuda.

Para ser justos, en su apretada eliminación del 2011 ante Barcelona, el Arsenal estuvo muy cerca de derrotar sorpresivamente al que sería el campeón de Europa. De no haber sido por la descabellada expulsión de Robin van Persie por patear el balón segundos después de que el árbitro había silbado, los Gunners tal vez habrían avanzado a la ronda de cuartos de final. Sin embargo, las secuelas de este resultado y las derrotas posteriores ante el Milán y Bayern, provocaron que el club cayera en una desventaja psicológica mayor. En años recientes hasta parece como si el Arsenal se sintiera intimidado por los octavos de final.

Cuando un equipo ha sido eliminado varias veces en la misma etapa, no es difícil ver por qué esto podría ser un obstáculo mental. Sin duda esto fue lo que afectó al Arsenal en 2015 cuando jugó contra Mónaco, compromiso que en teoría era su mejor oportunidad para dejar atrás la maldición. A pesar de tener un sólido equipo con ÖZIL, Sánchez, Olivier Giroud, y Santi Cazorla, los Gunners perdieron el partido de ida 3-1 en el Emirates. Para el segundo tiempo de dicho partido los jugadores estaban tan desmoralizados que le permitieron a un acabado Dimitar Berbatov anotar.

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Arsenal ganaría 2-0 el juego de vuelta, pero no fue suficiente para avanzar por los goles de visitante. Uno de los aspectos más extraños de las eliminaciones en octavos del Arsenal es que, ya desde hace muchos años, juegan muy mal en el partido de ida y después logran hazañas parciales que siempre se quedan cortas en el compromiso de vuelta. En 2012, fueron apaleados por el Milán 4-0 en San Siro para terminar ganando 3-0 en el juego de vuelta. En 2013, perdieron 3-1 ante el Bayern en el Emirates, antes de ganar 2-0 en el Allianz gracias a Carl Jenkinson y Lukasz Fabianski.

Este patrón parece mucho más representativo de un equipo con un problema psicológico crónico. En las tres temporadas mencionadas, ¿por qué el Arsenal se esperó hasta la vuelta para revertir el marcador? Es como si el equipo se convenciera que de todas formas quedaría eliminado de la competición antes de que el balón rodara.

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La temporada pasada contra el Barça, el Arsenal ni siquiera tuvo un segundo partido decente para consolarse. Fueron derrotados 3-1 en el Nou Camp, para después comerse dos más en casa. En ese entonces, los Gunners llevaban dos partidos ganados de seis en liga antes de su compromiso de ida de Champions en el Emirates. Después, perderían dos juegos más contra el Manchester United y Swansea, empatarían con los Spurs, y quedarían eliminados de la FA Cup por el Watford.

Este es otro inconveniente para el Arsenal en la Champions League, ya este torneo parece coincidir siempre con su mala racha en liga. En la era moderna se ha hecho básicamente obligatorio para los Gunners arrancar o terminar de forma sólida la temporada. Cuando el Arsenal fue arrollado en 2012 en San Siro, habían perdido tres de sus últimos seis compromisos en liga. Cuando perdieron ante el Bayern en 2013, arrastraba dos derrotas y dos empates en siete juegos de liga. ¿Coincidencia o costumbre?

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Regresemos al problema en el banquillo. Es difícil hablar de los fracasos consecutivos del Arsenal en octavos de final sin mencionar a Arsene Wenger. Aunque Wenger no puede hacer mucho cuando su equipo mete la pata ante equipos como Mónaco, sus propias limitantes en el escenario europeo han contribuido a su rendimiento mediocre en fase de grupos.

Para ser justos con Arsene, en la campaña actual las cosas parecen ir viento en popa. El Arsenal terminó invicto en su grupo, pero de todas maneras les tocó el Bayern en el sorteo, lo que podría acabar con su buena suerte, incluso cuando el club bávaro no luce tan bien. Incluso habríamos estado tentados a darles el beneficio de la duda, si no fuera por las malas señales en liga que han mostrado en las últimas seis temporadas.

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Desde aquella era dorada entre 2005 y 2012 cuando el futbol inglés aportaba ocho finalistas en Champions League, la Premier League se ha relegado del futbol europeo. Con esto dicho, quedar eliminado seis veces consecutivas en octavos es considerado un gran logro, y es característico de un equipo que se ha quedado atrás más que cualquier otro. De los equipos que quedan en la competición, pocos se animarían a meter las manos al fuego por el Arsenal teniendo en frente al Sevilla, Napoli, Atlético, Barcelona, Juventus, y Real Madrid.

Ya sea un problema psicológico, de personal o dirigencia, el hecho es que el Arsenal parece incapaz de competir al nivel más alto de Europa. A pesar de la aparente evolución del equipo en los últimos años, la competencia europea ha progresado mucho más rápido. Su participación en la final de 2006 parece algo inalcanzable ahora, y es casi imposible imaginarse que puedan vencer a la Juve o Real Madrid en su camino hacia la grandeza. En efecto, mientras la constancia de sus eliminaciones parece un chiste, lo trágico es su inevitable condición.

@W_F_Magee