Los Spurs contra los Warriors en tres actos

FYI.

This story is over 5 years old.

playoffs nba 2017

Los Spurs contra los Warriors en tres actos

San Antonio busca evitar que Golden State consume la proporción áurea de la trilogía contra los Cavs

ACTO I

El tiro ha estado cantado desde el principio de temporada: La trilogía de las finales Cavs-Warriors. Los de Golden State obtuvieron el primer contacto sangriento, mientras que Cleveland esperaron un año para la venganza que culminaría en un improbable primer título profesional después de la sequía de 52 años que vivió la ciudad gracias a un esfuerzo sobrehumano de parte de LeBron James.
Al final todo se trata de una regla de tres: tener tres de algo, lo que sea, no sólo combina la brevedad y el ritmo, sino que es también la mínima cantidad de información para crear un patrón: "Veni, Vidi, Vici"; "Liberté, égalité, fraternité", "tres tristes tigres". Los griegos tenían la frase "omne trium perfectum": todo lo que viene en tres es perfecto. Quien haya acuñado un término entendía de patrones o trataba de convencer a su pareja de ser parte de un trío. Tal vez ambas. Los griegos siempre estuvieron adelantados a la curva.

Esta edición tendría que ser la que definiría todo. La tercera es la vencida; third time is a charm, la que desempata el chinchanpú. Pero ¿qué tal que no? ¿qué pasaría si alguien tuviera la capacidad de arruinar la fiesta y sorprendernos?

Publicidad

Les presento a los Spurs de San Antonio. Uno pensaría que después de veinte años seguidos de calificar a la post-temporada y cinco títulos en ese inter, no serían necesarias las introducciones.

Los Warriors se llevaron el primer encuentro con un gran cierre a pesar de estar perdiendo por alrededor de 20 puntos buena parte del encuentro. La salida de Kahwi Leonard del aprtido sentención el partido. Leonard se resintió del tobillo lastimado, y los Warriors, junto a la masa de villamelones millonarios de Sillicon Valley, regresaron al partido hasta arrebatárselo a los Spurs.

Con ese golpe inicial, los Warriors descansados, y después de demostrar su dominio para reaccionar cuando el rival los deja vivir, tienen que ser los favoritos. Cabe aclarar que acabo de borré el término 'abrumadoramente' favoritos en la oración anterior.

ACTO II

Juego 6 de las semifinales de conferencia oeste en casa de los Rockets, equipo que fue vaticinado por muchos como quienes no sólo podrían dar el campanazo ante los Spurs, sino también a los mismísimos Warriors con su juego de alto octanaje, puntería certera y una fe ciega en lanzar un obsceno volumen de triples. Cuando todas las piezas caen en su lugar, verlos jugar es equiparable a cuando el personaje titular domina las maquinas de pinball en Tommy, la opera rock de The Who.

Todo pintaba favorable para que los de Houston forzaran un decisivo juego siete: el juego seis era en su casa, el quinto y anterior, apenas y lo perdieron de visitantes durante una última posesión donde el colmilludo veterano Manu Ginobilli bloqueó el tiro de James Harden; de último minuto se anunció que la estrella de los del Álamo, Kawhi Leonard no jugaría por lesión, Tony Parker estaba descartado para todos los playoffs después de lastimarse el cuádriceps y LaMarcus Aldridge había brillado por su ausencia a lo largo de la serie.

Publicidad

Lo que acontecería en el juego seis sería no sólo inesperado, sino un tributo al legendario ingenio de Gregg Popovich y al espíritu del trabajo de equipo de los Spurs.

Pau Gasol, el veterano español de mil batallas regresó a la alineación titular e hizo un trabajo estelar defendiendo el pick and roll entre Harden y Clint Capela. Toda la velocidad lateral y atletismo que Pau ha perdido con el tiempo lo compensa con tener una envergadura que deja pendejos a los molinos de Don Quijote y que molestó toda la noche a Harden y lo frustró al grado de tener una de las peores actuaciones de su vida en playoffs. Y vaya que ha tenido varias malas. En esta ocasión tiró 2-11, sin encestar un tiro dentro del arco de los tres puntos, contribuyendo negativamente a la causa con 6 perdidas de balón y 6 faltas y a lo positivo con solamente 10 puntos.

Los Spurs por su parte no concedieron faltas, ni tiros abiertos en el perímetro. Danny Green defendió con la intensidad del clásico vato intenso que no te cede ni un centímetro cuando cascareas. Todos conocemos a uno de estos y lo detestamos con pasión.

LaMarcus Aldridge tuvo su juego de redención después de una temporada donde ha sido el objetivo de toda clase de críticas y abuso de parte de la prensa y la afición, tirando 16-26 con 12 rebotes y finalizando con 34 puntos en 36 minutos, siendo imparable ante unos Rockets que adolecían de la defensa del lesionado Nene.

Publicidad

Al final del día, los Spurs eliminaron a los Rockets con un marcador de 114-75, en una de esas noches donde nada pareció salirle bien a los de Houston.

ACTO III

Nos lo vienen prometiendo desde hace varias temporadas, pero por fin podremos presenciar un agarrón entre los Warriors y Spurs. Y es que durante el meteórico ascenso de los primeros en las dos temporadas pasadas, fueron los segundos los que quedaron debiendo, siempre quedándose corto y sin cumplir la profecía de ese enfrentamiento legendario.

¿Justificará el bombo y platillo? Difícil de saber. Por un lado, los Warriors llevan una semana de descanso contra apenas dos días que tendrán los Rockets. Tony Parker está fuera por lesión todos los playoffs y aunque se presume que Leonard jugará en la serie, perdió el último juego.

Por otro lado, Popovich y su pandilla de profesionales se la saben de ida y de regreso. Son parte de un sistema que valora la inteligencia y el juego desprendido sobre todas las cosas. Los Spurs son la única franquicia en el deporte profesional en los Estados Unidos cuyo único mandato es ganar. Más allá de vender localidades, conectar con la comunidad y otras actividades, ellos están enfocados en esto exclusivamente.

Si Steve Kerr regresa a las bandas como coach (ha estado ausente durante casi toda la temporada debido a una lesión de la espina) tendrá un agarrón de mentes maestras contra Popovich. Pero tampoco exageremos, por más que Kerr sea uno de los mejores entrenadores en la historia, Popovich es probablemente el mejor de todos. En toda la historia.

Ya me estoy saboreando a Danny Green persiguiendo a Steph Curry en el perímetro; a Klay Thompson haciendo lo propio contra Manu, a LaMarcus Aldridge obligando a Draymond Green a salir de la pintura para defender su tiro de media distancia y el mano a mano entre Kevin Durant y Kawhi Leonard, dos de los cinco mejores jugadores de basketball en la actualidad.

Será un gran encuentro, cuya lógica indica será para los Warrios. Pero si algo nos han enseñado los Spurs es como no les interesa nuestro análisis. Lo suyo, lo suyo, lo suyo, es ganar y sólo me atrevo a aseverar una cosa: la serie no se decidirá en tres juegos. Es imposible