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Billy Walters, el apostador que venció a Las Vegas

La historia de uno de los apostadores más grandes en la historia de Las Vegas
Foto: AP

Recientemente ha saltado a la fama el caso de Leigh Herbert, un residente inglés, carpintero de profesión, que tras una borrachera decidió hacer una apuesta imposible: 5 libras esterlinas a que el Leicester sería campeón de la Premier League. A inicios de la temporada, esto era poco menos que una locura, ya que dicho equipo apenas había logrado salvar la categoría un año atrás. Hoy, a 13 jornadas de que termine la temporada, Leicester marcha como líder solitario de la Premier, a 5 puntos de distancia de sus más cercanos perseguidores (Arsenal y Tottenham). De mantenerse en el sitio de privilegio, nuestro amigo Herbert ganaría la nada despreciable cantidad de 25,000 libras ($696,478.07, al tipo de cambio del 14 de febrero).

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Todos conocemos o al menos, hemos escuchado/leído historias de adictos al juego que lo pierden todo buscando un dinero fácil. Como ejemplo, en el Súper Tazón que acaba de celebrarse en San Francisco los casinos de Las Vegas reportaron utilidades que superaron los 160 millones de dólares, tan sólo con un partido. Quizá, el caso que más sonó en México fue el del chino Zhenli Ye Gon. Si, aquel a quien se le encontraran 205 millones de dólares en efectivo en una casa de las Lomas de Chapultepec. Resulta que además de narcotraficante, el "angelito" era un apostador empedernido que en tan sólo 3 años perdió más de 130 millones de dólares en los casinos de la Ciudad del Pecado. Era considerado tan buen cliente, que dichos casinos le regalaron 2 autos de lujo (Un Rolls Royce y un Lamborghini) como agradecimiento por su lealtad. Mal negocio sin duda.

Foto: Aristegui noticias

Sin embargo, también existen historias de éxito, gente que ha logrado vencer al sistema y hacer de las apuestas un lucrativo medio de vida. Historias de personas que lograron que los casinos se asusten al verlos y que amasaron fortunas en los distintos juegos de azar (esto sin considerar el poker, ya que ahí la competencia es contra otro jugador y gane quien gane, el casino cobra). Por cuestiones naturales, estas historias son las menos, pero hay una que destaca de forma particular.

Billy Walters es el nombre de nuestro héroe. Un hombre que nació en Munfordville, Kentuchy y que con una frase logró definir su vida: "Si estás comprometido a ser un apostador profesional y quieres ser el mejor en eso, debes pasar cada momento, cada caminata, pensando en una forma de vencer al sistema" Su infancia la pasó con su abuela, ya que su madre (alcohólica) y su padre (jugador profesional de póker) pasaron poco tiempo con él y sus hermanos.

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Debutó en el mundo de las apuestas siendo un niño. Con sólo 9 años, trabajaba repartiendo periódicos y un buen día, apostó todo lo que había ahorrado, U$75.00, con el dueño de una tienda a que los Yankees ganarían la Serie Mundial del 55 vs. Los Dodgers. Ahí llegó su primera derrota.

Si bien durante varios años reportó ganancias promedio de 15 millones de dólares, esto no siempre fue así. Antes delograr el éxito pasó por momentos de gran dificultad. En más de una ocasión llegó con alguna de sus esposas (hoy exesposas) a informarles que tendrían que mudarse ya que había apostado la casa y la había perdido. De hecho cuenta que al menos en 15 ocasiones vivió situaciones de bancarrota total. ¿Ustedes no se divorciarían también?

Fue en la década de los ochentas cuando decidió dejarlo todo atrás y emprendió una nueva vida en las Vegas, acompañado sólo de una muy mermada cuenta bancaria y una fuerte adicción al alcohol. Llegó y rápidamente contactó a unos expertos en el incipiente mundo de la computación. Con ellos, comenzó a trabajar en los primeros algoritmos de apuestas deportivas. Primero eran apuestas mínimas, pero muy rápido se encontró manejando millones de dólares semanales para los distintos corredores de la zona. La misión principal de Walters en dicho grupo era buscar las apuestas más débiles para poder explotarlas. El éxito llegó rápidamente y su reputación creció como la espuma. Por supuesto, el ganaba una jugosa comisión de cada movimiento realizado.

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Foto: Casino Royale Hotel

En pocos años, y tras dejar la bebida, la vida de Walters era otra. Una gran fortuna personal y miembro de la élite de Las Vegas, se volvió propietario de diversos negocios, entre ellos 3 campos de golf. Le molestaba que lo consideraran tan sólo como un apostador, prefería que lo vieran como un emprendedor que encontró un área de oportunidad y supo cómo explotarla

Jack Sheehan, un apostador que conoció en Las Vegas y con quien desarrolló una gran amistad decía de Walters que su ética de trabajo y de estudio sobre las apuestas era increíble. "Si tú y yo tuviéramos U$300 millones, nos dedicaríamos a jugar golf o a descansar en la playa, pero Walters no es así, él trabaja y estudia con la misma energía que en sus primeros días, cuando vendía coches en un lote de autos usados"

Cuando tienes tanto éxito en algo, es imposible no llenarte de enemigos, pero si tu éxito proviene de las apuestas, estos enemigos serán del más alto nivel. Durante décadas, el FBI ha estado sobre él, buscando fraudes, malos manejos, relaciones con la mafia o algo sucio en lo cual puedan involucrarlo, pero Walters ha logrado salir limpio de todas las investigaciones. Siempre se jacta de ser extremadamente cuidadoso en sus negocios, buscando que todo sea legal, aunque siempre esté al borde de la ley.

Pero el FBI no ha sido el peor de sus enemigos. A inicios de la década de los ochentas, cuando comenzaba a crecer en el negocio, el conocido mafioso Antonio Spolito mandó a su gente a platicar con él. Walters sabía que esto era una amenaza definitiva y decidió abandonar la ciudad. No regresó a Nevada hasta 1986, cuando Spolito fue encontrado muerto.

Foto: ESPN

No todo en la vida de Walters han sido éxitos. Su hijo, Scott Walters fue diagnosticado con cáncer en el cerebro cuando era pequeño y su familia tuvo que decidir entre dos panoramas igual de malos. Dejar que el tumor siguiera hasta que le quitara la vida o removerlo mediante una operación que dañaría parte del cerebro, ocasionando una discapacidad permanente. Hoy, a sus más de 40 años de edad, Scott tiene la capacidad mental de un niño pequeño.

Para finalizar y en defensa de Billy, es importante mencionar que aunque su estilo de vida ha sido polémico y durante décadas ha sido investigado en todos los niveles, sólo en una ocasión enfrentó un juicio por apuestas ilegales en el cual por cierto resultó inocente.

No todas las historias de adicciones tienen un final dramático, Para Billy, su adicción y su perseverancia, acompañado de una inteligencia fuera de lo común le han permitido vivir un estilo de vida lleno de lujos y poder, algo que sin duda lo coloca como parte de la élite de Las Vegas.