Katie Taylor y el futuro del boxeo femenil

El fin de semana pasado, los fans del boxeo presenciaron la apabullante actuación de la estrella ucraniana en ascenso, Vasyl Lomachenko, sobre el formidable boxeador jamaiquino, Nicholas Walters, durante siete asaltos. Del otro lado del charco esa misma noche, otro de los talentos esperados del boxeo hizo su primera aparición profesional sobre un ring. La irlandesa Katie Taylor, quien ha sido catalogada como la mejor boxeadora amateur de todos los tiempos, venció contundentemente a Karina Kopinska en una pelea desigual que duró tres rounds; después de su magnífico despliegue boxístico, se espera que Taylor lleve a las mujeres hasta lo más alto de este deporte.

Katie Taylor lleva el boxeo en su sangre. Su padre y entrenador, Peter Taylor, ganó el campeonato irlandés semipesado el mismo año que Katie nació, y sus dos hermanos también son partícipes de la dulce ciencia. Su madre no se queda atrás, ya que es réferi de boxeo. Originalmente, su padre no tenía intenciones de incluir a Katie en la tradición familiar, pero a sus 11 años Katie expresó el deseo de aprender, y recibió un par de guantes como regalo de Navidad.

Desde entonces, Taylor ha sido muy dominante en su disciplina. Incluso algunas personas se refieren a ella como el equivalente femenino de Vasyl Lomachenko, y aunque es difícil imaginarse a alguien de cualquier género empatar los logros del fenómeno ucraniano, Katie se le acerca bastante. Desde el 2005, ha ganado prácticamente todos los torneos amateur de trascendencia que existen, incluyendo seis campeonatos europeos, cinco en Estados Unidos, cinco campeonatos mundiales, y una medalla olímpica de oro en el 2012. En efecto, Taylor ha sido atribuida como una de las figuras principales para atraer más atención el boxeo femenil por sus participaciones en peleas de exhibición cuando los mandamases de este deporte aún decidían si dejaban participar o no a las mujeres en los Olímpicos.

Different status, same electrifying result— Conán Doherty (@ConanDoherty)26 de noviembre de 2016

En su patria, Taylor ya es más o menos un ícono nacional. Todo mundo se detiene cuando Taylor se sube a un cuadrilátero. Fue la abanderada en los Olímpicos de Londres 2012, y regresó a casa con los honores más altos de dicha competición —tan solo la novena medalla dorada en la historia de su país—. Ha sido la motivación para que muchas jovencitas se calcen los guantes y vean de otra forma su posición en la vida como mujeres. En general, se ha convertido en un ejemplo a seguir.

Sus únicas derrotas se dieron al final de su carrera amateur, una justo antes de su participación en el Campeonato Mundial de 2016, una más en la misma competición, y por último en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Río 2016, pelea que muchos opinan Taylor ganó. Luego de haberse "desilusionado" con el ámbito amateur, Taylor dio el paso al boxeo profesional y promete crear una revolución.

"Me gustaría hacer lo que Ronda Rousey ha hecho en UFC y convertirme en una aclamada boxeadora capaz de elevar el perfil del boxeo femenil", Taylor dijo en una entrevista. "UFC toma muy en serio a sus peleadoras y les dan un trato igualitario en sus eventos, eso es muy importante".

Esta es, posiblemente, una de las diferencias más notables entre el boxeo y el MMA. Peleadoras como Ronda Rousey se han ganado el respeto del público —no por ser buena peleando "para ser mujer", sino por ser una excelente peleadora— y se ve reflejado en su habilidad para adueñarse de las carteleras principales. El debut de Taylor se transmitió en vivo por Sky Sports junto con la velada principal, lo cual es monumental para el deporte en muchos aspectos. Para poner esto un tanto en perspectiva, Showtime no ha transmitido una sola pelea femenil desde el 2001, HBO nunca lo ha realizado, y PBC (Premier Boxing Champions de Al Haymon) transmitió su primera pelea femenil con Heather Hardy en agosto de este año. Esto es de suma importancia porque se relaciona directamente con la cantidad de dinero que ganan los peleadores (los boxeadores que salen en televisión reciben parte de las ganancias además de lo recaudado en taquilla), y el salario es uno de los indicadores principales para la igualdad en cualquier industria. El hecho que Taylor tenga la oportunidad de recibir minutos al aire habla de sus habilidades y del impacto que está generando en este deporte.

Pero al igual que muchos grandes prospectos, también existen límites para lo que se puedan prometer. Hay un apoyo evidente de los medios con Taylor, y uno tendría que cuestionarse hasta qué punto la fama es verdadera. Taylor tiene 30 años, unos cuantos por debajo del máximo nivel físico en la mayoría de los atletas. Es incierto qué tanto pueda abarcar su carrera en tan poco tiempo.

Sin embargo, a Taylor no parece importarle. Su siguiente pelea será en contra de Viviane Obenauf (9-1), y será transmitida en vivo en la cartelera preliminar de Anthony Joshua vs. Eric Molina este fin de semana. Así que sin importar si Taylor es en realidad todo lo que se dice de ella, indudablemente es una talento que vale la pena ver por el empuje que está logrando en el boxeo femenil.