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Double Pass: el secreto mejor guardado del fútbol formativo europeo

Double Pass, una empresa belga semidesconocida, ha jugado un papel clave en el desarrollo del fútbol formativo en Alemania y Bélgica... y ahora quiere desembarcar en Estados Unidos.
Witters Sport-USA TODAY Sports

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Según el último ranking de la FIFA, las selecciones de Alemania y Bélgica son las dos mejores del mundo, sólo superadas por Argentina (que llegó a la final de la Copa América recientemente y por lo tanto ha dispuesto de un torneo más para escalar posiciones). Tanto alemanes como belgas disponen de lo que comúnmente se llama 'generaciones doradas'; los dos países tienen un gran número de futbolistas estelares en la mayoría de posiciones del campo. Esto podría parecer una bonita coincidencia, pero… ¿y si no lo fuera?

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En la larga lista de cosas que Alemania y Bélgica tienen en común, aparte de la riqueza y la posición geográfica, hay una que recientemente esta tomando un cariz oscuro: las federaciones de ambos países llevan un tiempo trabajado con una empresa belga llamada Double Pass. Esta pequeña compañía se dedica a observar y evaluar las academias juveniles en ambas naciones para posteriormente aplicar un sistema de incentivos y recompensas que impulsa al desarrollo de las mismas. La mera mención de la palabra 'auditoría' suele ser suficiente para poner a la gente a dormir; en este caso, sin embargo, el trabajo de Double Pass ha sido clave para entender el éxito formativo de ambas naciones.

La empresa está creciendo: en 2012, Double Pass comenzó a trabajar con más de un centenar de clubes ingleses —el número exacto varía un poco por culpa de los ascensos y descensos—. Este año acaba de firmar un contrato con la Federación de Fútbol de Estados Unidos. Necesitaremos una década o más para averiguarlo, pero la idea es que Double Pass intente devolver a Inglaterra a su antigua gloria entre los equipos de élite… y quizás podría ayudar a Estados Unidos a crecer y a producir por fin una auténtica superestrella.

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Cuando llegué a la sede de Double Pass en Dilbeek —un pequeño pueblo al lado de Bruselas— en un lunes nublado a finales de mayo, no estaba seguro de haber llegado al lugar correcto. Double Pass opera en siete países de tres continentes diferentes y parece que ya no tenga posibilidades de expandirse. Entre sus cientos de clientes figuran algunos de los clubes más importantes del mundo: Arsenal, Manchester United, Borussia Dortmund y Bayern de Múnich, entre otros, han contratado sus servicios.

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Al llegar, casi me esperaba de encontrar la oficina en uno de esos rascacielos impresionantes del centro de Bruselas, donde se ubican las sedes de la Unión Europea y de multitud de grandes empresas internacionales… pero no. De hecho Dilbeek es todo apartamentos nuevos y clínicas dentales. Hay también un concesionario de Harley Davidson al lado de la carretera. Se parecía más a cualquier pueblo aleatorio en EEUU que a una localidad próxima a una gran capital europea.

Todo era extrañamente silencioso. Llegué el lunes de Pentecostés, que es fiesta nacional en Bélgica —un fallo del cual no me había percatado al reservar mi viaje. Cuando me enteré del grave error mandé un rápido correo electrónico de pánico a Hugo Schoukens, director de Double Pass, pidiéndole si le representaba un problema que nos viéramos. "En el fútbol no hay días de fiesta", me contestó al cabo de unos minutos. "Por lo tanto estamos aquí a su completa disposición".

Y tenía razón. Cuando entré en la oficina me encontré a Schoukens con un puñado de empleados detrás de sus ordenadores, todos sentados, muy concentrados y con pinta de trabajar mucho.

El centro de la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica. Foto de Steve Collis, Creative Commons.

Schoukens es un ex banquero de 57 años. Su pelo es de color arena y las arrugas en su frente recuerdan un poco a las de Arsène Wenger; a diferencia del entrenador alsaciano, sin embargo —y tal vez debido a su anterior carrera—, su estilo en el vestir es más desenfadado.

Me senté junto a una mesa muy larga que tenía forma de U en el amplio salón de reuniones de la empresa. Schoukens me presentó la empresa de forma breve mediante un PowerPoint. Con un acento holandés muy marcado, un entusiasmo impresionante y un montón de gestos de comillas en el aire, el director de Double Plass describió la misión de su compañía diciendo que servía para "crear más jugadores buenos". "¿Y cómo se logra eso?", pregunté. Con una "optimización estratégica", dijo, realizando de nuevo el gesto de las comillas.

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Afrontaré los aspectos prácticos de la famosa "optimización estratégica" más tarde, ya que eso implica un análisis de datos muy precisos y una serie de estrategias supercomplejas con cierto aire de secretismo. Para explicar Double Pass, primero hay que entender el mercado de sus servicios.

Double Pass realiza auditorías y acreditaciones, algo que en Estados Unidos se suele asociar con las universidades. En EEUU, aquellas universidades que llegan a un cierto nivel de importancia pueden recibir 'acreditaciones' de empresas independientes, lo que básicamente significa que reciben un 'sello de aprobación' por la empresa en cuestión. Con el tiempo la acreditación se traduce en normalidad, ya que las universidades ven valor en esos 'sellos' y se ajustan para llegar a los requisitos necesarios para adquirirlos.

En lugar de auditar y acreditar a universidades, Double Pass trabaja con las academias de fútbol juvenil. Alemania, por ejemplo, ha protagonizado una impresionante mejora en el fútbol juvenil tras la gran reforma que acometió la Federación del país germano (DFB, de sus siglas en alemán) después del desastre de la Eurocopa del 2000. Es difícil imaginarlo ahora, pero en la copa de Europa del 2000 Alemania fue uno de los peores equipos del torneo: terminó último en su grupo y anotó solamente un gol, gracias a Mehmet Scholl, que le permitió sacar un mísero empate contra Rumanía.

Después de ese fracaso, los alemanes empezaron a hacerse preguntas para poder resolver el problema. Algunas fueron más de auto-reflexión, como "¿qué salió mal?", y otras con la vista puesta en el futuro, del estilo "¿cómo podemos arreglar el sistema para que no vuelva a suceder?". El problema de Alemania era, simplemente, que llevaba mucho tiempo sin producir jugadores de primer nivel.

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Para arreglar la situación, la DFB decidió que el país necesitaba invertir más en las academias juveniles, empezando poco a poco desde ahí. En la temporada 2001-2002, la DFB comenzó decidiendo que los clubes en la liga se iban a concentrar más en sus categorías inferiores. El proyecto comenzó con sólo dos clubes de la Bundesliga y a partir de ahí se fue expandiendo.

En 2005, la DFB, se dio cuenta de que no tenia la posibilidad de garantizar calidad en las más de cien academias juveniles alemanas. Tenían la experiencia para determinar si una academia era buena o no, pero no podían asegurar una objetividad absoluta: al final, todo el mundo en la Federación terminaba teniendo lealtad a un club u otro, y eso hacía imposible que la evaluación fuese completamente realista.

"Creo que siempre es bueno tener a un tercero, una parte neutral, para poder empezar", me dijo Schoukens.

Ahí es donde entra Double Pass.

La compañía empezó evaluando las academias juveniles alemanas por primera vez en la temporada 2005/2006. Las evaluaciones se ejecutan cada temporada mediante tres ciclos. En primer lugar, los equipos tienen que revisar un impresionante número de documentos: registros financieros, información sobre la infraestructura del club y 'briefings' que describen la filosofía de juego del club. Cuando este paso se cumple, se realiza la primera visita in situ.

Así es como Armind Kraaz, el director de la academia del Eintracht de Frankfurt, describe una típica visita: "Vienen dos días a la semana para hacer entrevistas y otros dos días para observar. Se fijan en lo que decimos a nuestros equipos durante el partido, presencian las charlas en el vestuario antes del partido y a la media parte, y se colocan al lado de los campos para ver cómo actúan los entrenadores. Entonces, evalúan si los técnicos realmente siguen la filosofía del club y utilizan los conceptos correctos para lograrlo".

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Thomas Müller y Julian Draxler, dos productos de la cantera alemana, levantan el trofeo de campeones del mundo. Foto de Witters Sport, USA Today.

Double Pass utiliza los datos guardados como base para realizar las calificaciones de la academia que tiene que evaluar. Así, las academias alemanas se han valorado de 0 a 3 estrellas. En Inglaterra, donde comenzaron un sistema similar en el año 2012, las categorías van del uno al cuatro.

Las academias con una mejor puntuación reciben más dinero de sus federaciones nacionales; en algunos países, los clubes de mayor calificación también reciben más dinero en concepto de indemnización si una de sus promesas se marcha a jugar a otra entidad.

En Bélgica, donde la compañía evalúa tanto los equipos profesionales como los amateur, las cosas son un poco diferentes. Los equipos de jóvenes no tienen promoción o descenso, a diferencia de los clubes de alto nivel; más bien, se mueven hacia arriba o hacia abajo sobre la base de la calificación de la academia. Cuanto mayor sea la calificación, mayor es el nivel de la competencia a la que están expuestos los jugadores de cada academia.

"Si las academias pierden la puntuación que necesitan para jugar a ese nivel, pueden tener graves consecuencias", explica Paul van den Broecke, un 'project manager' de Double Pass nacido en Gante. Van den Broecke, de 40 años, supervisa las operaciones en Bélgica, donde el sistema de evaluación ha creado una especie de competencia entre los clubes. Las academias, de hecho, anuncian su calificación con el fin de atraer a los jugadores de mayor calidad. "Si el club no recibe la calificación que el jugador requiere… bueno, es bastante fácil cambiar de club en Bélgica".

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Si un club no es feliz con su calificación, Double Pass proporcionará comentarios detallados explicando en qué tiene que mejorar. Si así lo solicita, la empresa llevará a cabo una reevaluación. De esta manera, como explica Schoukens, los clubes están "inspirados, estimulados y apoyados".

Sin embargo, esto no significa que los clubes siempre estén contentos con Double Pass. Le pregunté si su empresa había recibido alguna vez un correo electrónico desagradable.

"¡Oh!", exclamó Schoukenscon una carcajada.

"Correos electrónicos, llamadas telefónicas…", intervino Van den Broecke.

Schoukens, recordando la primera ronda de acreditaciones de la compañíaen Bélgica, me contó una historia. "Te puedo asegurar que dos clubes nos llamaron y estuvieron una hora y media acusándonos e insultándonos. Pero eso forma también parte de nuestro trabajo".

"Sí", añadió secamente David Pauwels, un gerente de proyecto de 30 años. "La parte divertida."

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El sistema de calificación de Double Pass crea una cultura de competencia entre las academias, y ello impulsa la inversión; no es esto, sin embargo, lo que convierte a Double Pass en una empresa única. El ingrediente secreto de la compañía es la forma en que define su academia ideal y cómo la evalúa.

Este "optimización estratégica" que mencionaba Schoukens gira en torno a lo que Double Pass llama sus ocho dimensiones o "factores críticos de éxito". Cada uno de ellos representa decenas, incluso cientos de datos individuales y observaciones que sus empleados acumulan en el seguimiento de las academias. Las ocho dimensiones son las siguientes: estratégica y de planificación financiera; de identificación del talento y desarrollo; personal; de estructura organizativa y toma de decisiones; de apoyo deportivo y social; de comunicaciones y cooperación; instalaciones y equipos; y de efectividad.

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"No es sólo una lista de control", explica Pauwels. "Es un sistema de 'software' real en el que están vinculados entre sí todos los criterios. Luego, sobre la base de este modelo, podemos extraer conclusiones sólidas. Ese es nuestro producto más tangible".

La selección nacional de Bélgica antes de un amistoso en 2013. Foto de David Richard, USA Today.

El 'software' de Double Pass da a cada academia una puntuación en cada una de las ocho dimensiones; en conjunto, la puntuación se entiende mejor como un indicador de la profesionalidad. Las academias deben tener objetivos específicos sobre la filosofía táctica y sobre los tipos de jugadores que quieren producir. A partir de ahí, pueden preguntarse si están cumpliendo realmente las metas que se han impuesto.

Cuando el Eintracht de Frankfurt se evaluó por primera vez, recibió sólo dos estrellas y ha sido reevaluado en dos ocasiones, además de las evaluaciones periódicas que recibe cada tres años.

"Todo", dijo Kraaz, recordando lo que Double Pass dijo que el Eintracht necesitaba mejorar. "Cientos de cosas: más campos; mejor personal y más cualificado, con licencias de entrenamiento de más nivel; mejor organización; mejor comunicación interna… lo que fuera. Encontraron puntos de mejora en todas partes. Ningún club es perfecto al 100 por ciento. Eso no es posible".

"Cuando llegaron por primera vez, teníamos bastante miedo. No sabíamos lo que la DBF quería hacer. ¿Pretendían decirnos cómo teníamos que trabajar? ¿Querían, ya sabes, hacerse cargo de las estructuras de nuestro club? Teníamos muchas dudas y miedos. Pero después de la primera evaluación nos sentimos muy bien: obtuvimos mucha ayuda de su parte. Double Pass ve nuestro trabajo desde el exterior: son neutrales, objetivos".

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Hoy en día, la academia del Eintracht tiene tres estrellas y se encuentra entre las mejores de Alemania. Cuenta con alrededor de 160 jugadores de edades entre los 10 y los 18 años que trabajan en las mejores instalaciones y con entrenadores de alto nivel. La academia, además, cuenta con plan de formación basado en un modelo de juego que a largo plazo da excelentes frutos. La temporada pasada, en el primer equipo del Eintracht jugaron cuatro futbolistas procedentes de su cantera; solo el Schalke 04 y el Friburgo superaron esta cifra, con cinco cada uno.

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La historia del origen de la empresa se parece más a un cuento de Silicon Valley que a un relato de la cuenca del Ruhr. Todo empezó en 2002, cuando Schoukens decidió regresar a la escuela. Hacía quince años que trabajaba como banquero y durante gran parte de los años 90 se dedicó a entrenar a juveniles y a dirigir la academia del Anderlecht, el club más exitoso de Bélgica. Cansado de la banca, Schoukens pensó que un Master en Gestión Deportiva le permitiría disponer de más oportunidades en el mundo del fútbol.

Schoukens se encargó de buscar un tema adecuado para su tesis. Pablo De Knop, el rector de la Universidad Vrije de Bruselas, se la dirigió. Jo Van Hoecke, profesor en la universidad, había desarrollado recientemente un 'software' y una filosofía dedicadas a medir la productividad y la organización de academias de gimnasia. La federación de fútbol belga había oído hablar del programa de Van Hoecke y quería usarlo para medir sus academias de fútbol, pero Jo no sabía nada sobre fútbol. Necesitaban un experto en balompié, así que Schoukens eligió el tema para su tesis.

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Una vez adaptado el 'software', la federación belga lo puso a prueba. "Esta tesis", explica Schoukens, "fue el primer paso para pensar que en el futuro podríamos ofrecer este servicio a ligas y federaciones más allá de Bélgica". En noviembre de 2004, Schoukens, Van Hoecke y un experto en informática fundaron Double Pass como empresa 'spin off' de la universidad. Double Pass pagó royaltis sobre la propiedad intelectual durante varios años hasta que finalmente compró la participación que la universidad tenía en la empresa.

Schoukens no estaba cómodo diciéndome el dinero que la empresa pagó para comprar la propiedad intelectual, y tampoco quería estimar el valor de Double Pass. Aún así, el holandés nos contó que Double Pass tendría 56 empleados a finales de la temporada 2015-2016, frente a los tres de 2004.

La mayor parte del crecimiento de la compañía probablemente tendrá lugar en Estados Unidos, donde la compañía ha comenzado un proceso de selección para contratar a nuevos empleados. Schoukens también me aseguró que la compañía estaba negociando con un puñado de otras federaciones de todo el mundo. A día de hoy, ya se están ejecutando programas en Hungría y Japón.

La estructura de desarrollo en los Estados Unidos no es nada parecida las estructuras de Europa; la llegada de Double Pass a Estados Unidos representa el mayor reto de la compañía hasta la fecha. Por un lado, EEUU plantea un problema geográfico único: el territorio es enorme. Solo Texas tiene casi el doble de tamaño que Alemania y es 23 veces más grande que Bélgica.

En Bélgica, Double Pass cuenta con una cartera de cerca de 600 equipos, y los jugadores tienen acceso rápido a docenas de clubes, independientemente del lugar en el que vivan: esto facilita el intercambio de jugadores entre clubes. Pero ese no es el caso en EEUU, donde Double Pass sólo podrá funcionar con los 88 clubes del sistema de academias de desarrollo del país norteamericano. Algunos de estos clubes están afiliados a equipos de la MLS, pero muchos son clubes de aficionados independientes. Una estructura como la de Bélgica, donde los clubes son promovidos a mejores ligas en base a las evaluaciones de Double Pass, parece un buen modelo para EEUU… pero la distancia y el tiempo complican las cosas.

El portero estadounidense Tim Howard frente a los belgas. Foto de Mark J. Rebilas, USA Today.

A pesar de las dificultades y del carácter impaciente y ambicioso de los inversores estadounidenses, existe el convencimiento de que Double Pass logrará grandes éxitos en América.

"Creo que el consenso general es, en mi opinión, muy positivo", asegura Jonathon Colton, el director técnico del Bethesda Soccer Club estadounidense. "Double Pass va a impulsar el cambio y a proponer preguntas difíciles, y eso es lo que necesitamos para nuestro país y para el fútbol en este momento."

Su entusiasmo es comprensible. El proyecto Double Pass representa la tipología de negocio a largo plazo, la planificación estratégica y la apertura al cambio que el fútbol de EEUU necesita para competir un día por el Mundial. Seguramente los Estados Unidos aún tienen un largo camino por recorrer para alcanzar a Alemania y Bélgica, pero la forma en que la federación está preparando la estrategia para la próxima década es muy interesante.

"El desarrollo del talento es hoy el núcleo de lo que sucede en el fútbol, pero no era así hace 10 años", explica Schoukens. "En ese momento tuvimos un montón de ligas y federaciones por inspirar, para decirles que si no invertían en el desarrollo de sus talentos nunca podrían tener éxito. A algunas federaciones aún tenemos que darles ese mensaje. Toda la fuerza que tienen las ligas y las federaciones debería concentrarse en el desarrollo de sus talentos".

No hace falta que os creáis la palabra de Schoukens si no queréis: solo hace falta mirar la actual clasificación de la FIFA o preguntar a cualquier profesional del fútbol en Alemania o Bélgica sobre hasta qué punto Double Pass ha ayudado a desarrollar el fútbol en ambos países. La respuesta de Kraaz lo sintetiza en una palabra: "Mucho".