La pelea entre Mayweather y McGregor debe concretarse para dar vuelta a la página

Después de todo, supongo que la pelea entre un campeón de UFC y uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos no es la broma que creí al principio. El sábado pasado durante una parada publicitaria en Inglaterra, Floyd Mayweather Jr. ordenó a su audiencia alistar sus teléfonos para lo que estaba a punto de anunciar. El centro de su monólogo fue el campeón ligero de UFC, Conor McGregor.

"Cuando me enfrenté a Arturo Gatti, peleé ante su gente: él era el que mandaba, yo no. Lo derroté, no lloré, no me quejé", dijo Mayweather de acuerdo a Fight Hype. "Cuando peleé con Óscar de la Hoya, él era el que mandaba, yo no. No lloré, no me quejé, le gané, y me convertí en el mandamás. Saldré del retiro sólo para pelear con Conor McGregor. No quiero escuchar más excusas sobre la cantidad de dinero o UFC. Firma el acuerdo con UFC para que me puedas enfrentar en junio. Así de fácil y sencillo: vamos a pelear en junio. Soy el que manda, tú no".

En cuestiones prácticas, las palabras de Mayweather significan poco: aún queda por resolver l cantidad de la bolsa, el peso, y si la UFC ofrecerá su consentimiento a McGregor. Por lo mientras, el comentario más reciente de McGregor sobre la pelea fue un retuit del incidente de la camioneta de Mayweather que terminó en llamas.

Pero ahora que Mayweather declaró públicamente su salida del retiro, lo que hace un año parecía una mera pelea de palabras para mantener a Mayweather y McGregor relevantes en el mundo deportivo ha tomado un giro inesperado. Ambos han mostrado un interés constante para subirse al ring. McGregor cuenta con una licencia de boxeo en California, y el presidente de UFC, Dana White, ofreció a Mayweather una bolsa inicial (rechazada) de 25 millones de dólares. Hace diez años, Mayweather nunca habría aceptado, luego de derrotar a Óscar de la Hoya, meterse a la jaula con Sean Sherk. Pero ahora, si UFC considera que existe una ventaja financiera podría inclinarse para que el campeón ligero se calce los guantes de boxeo.

Para la que sería su pelea 50 en el rubro profesional, Mayweather se ha dedicado a poner sus habilidades en duda y, más importante, ha cuestionado si podría aguantar 12 rounds peleando a la defensiva. "[McGregor] está en sus 20, yo en mis 40", comentó Mayweather. "Cualquier cosa puede pasar". En las últimas semanas, Nate Diaz —némesis de McGregor y en ocasiones compañero de entrenamiento del campeón mundial Andre Ward— y Freddie Roach, entrenador de varios rivales de Mayweather, le han dado el beneficio de la duda a McGregor. "Creo que es un gran suceso publicitario, pero si pelearan creo que McGregor tiene una buena oportunidad de hacer algo en dos o tres rounds", dijo Diaz para CSN Fights. "Pero tiene un estilo amateur con movimientos que le durarían seis u ocho minutos, creo que es demasiado amateur para Mayweather".

Si necesitas más razones para contemplar una victoria sorpresiva de McGregor puedes tomar en cuenta su mayor estatura, su ventaja de 2 pulgadas en alcance, su poder para noquear, y su comodidad con la bulla. Cuando se quiere que un espectáculo sea deporte, podemos apegarnos a cualquier cosa para convencernos que una pelea aburrida de 36 minutos inclinada hacia un solo lado no es inevitable.

Los derrotistas opinan lo mismo de la Mayweather-McGregor que de cualquier pelea ilógica en UFC: "Cierra la boca, de todos modos la verás". Tal vez sea cierto, pero la pregunta más relevante tiene que ver con la audiencia y su participación en la transacción boxística para comprar el pago por evento. Personalmente no pagaría por una pelea de este tipo. ¿Pagar para ver a un campeón de UFC convertirse en un mero espectador ante uno de los campeones inmortales del boxeo? Todo indica que el único propósito de esta pelea es engordar sus bolsillos mientras el público recibe una gran bofetada por su ingenuidad. Prefiero gastar mi dinero en un par de Air Force Ones.

Por supuesto, al menos un millón de personas más harán lo contrario, lo cual está bien. Honestamente, esta pelea debería realizarse, si no en junio lo más pronto posible. La pelea Mayweather-McGregor ha capturado la conversación en los deportes de combate por su descabellada cadena de eventos, pero nos está cansando. Es la tercera vez que escribo sobre ello en 10 meses. Y tú, querido lector, caíste en la misma trampa al leer la nota. Es una roncha que cada vez se inflama más y que necesita explotar para que todos podamos dar vuelta a la página.