La UEFA quiere que la final de la Champions se juegue lejos de Europa

El nuevo presidente de la UEFA desde hace poco más de un mes, Aleksander Caferin, comentó en una entrevista exclusiva para The Associated Press que el organismo que encabeza tiene en mente llevar la final de la Champions League lejos de Europa; Nueva York sería la sede más tentativa.

Estoy casi seguro que, al escuchar la noticia, más de un fanático no pudo evitar pensar qué sucedería si en unos años el Super Bowl se jugara en otro continente, en este caso Europa. O peor aún, si el Tour de Francia se organizara en cualquier otra parte menos en el país galo. ¿Absurdo no?

Tal vez por tratarse del deporte más practicado y amado en el mundo, la propuesta de la UEFA es un poco más realista. La Champions League es una competencia con una gitanesca convocatoria, y es cierto que de realizarse en otro continente, la ansiada final no tendría problemas con la venta de entradas, y mucho menos con los niveles de audiencia. Pero hay algo que va más allá del dinero, y que muchas veces los funcionarios de los cargos más choncos de las instituciones deportivas no pueden discernir: la mística que existe en el deporte.

El concepto tal vez suene un poco vago y, hasta cierto punto, reaccionario, pero tratándose de la competencia más prestigiosa del planeta a nivel de clubes, la UEFA no puede darse el lujo de cambiar la tradición por embolsarse "unos cuantos" billetes más a su ya de por sí abultada cartera. ¿Se imaginan a Ronaldo, Messi o por qué no a todo el equipo del Leicester, alzando "La Orejona" con la Estatua de la Libertad en el fondo? Sería algo así como ver al ganador de la Copa MX festejando en medio del césped sagrado de Wembley, es decir, el apego del deporte a un lugar en específico está construido por hazañas, decepciones, tragedias, milagros, peculiaridades; en fin, una cadena de sucesos que quedaron adheridos al imaginario colectivo y cuya esencia se vería amenazada, "dislocada", de trasladarse a un lugar desconocido.

Regresando a la entrevista, Caferin especificó que se tendría que implementar un proceso de candidaturas abiertas para escoger el lugar de la final. "Creo que podría ser una opción para el futuro, pero tenemos que hablarlo. Viajar de Portugal a Azerbaiyán es casi lo mismo o incluso ir a Nueva York". Habló de la importancia de que las candidaturas sean transparentes para evitar cualquier tipo de corrupción o favores.

Es claro que la UEFA quiere expandir su producto más allá de Europa, específicamente China y los Estados Unidos por sus respectivos atractivos financieros, pero también porque la Unión Americana ha crecido muchísimo en los últimos años, futbolísticamente hablando. De todas formas, todo verdadero fanático de la Champions sueña con ir