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Lucha con Dioses: Las artes marciales en textos religiosos

La lucha y la pelea han estado presentes desde los antiguos textos religiosos que describían los combates divinos.

Dana White a menudo ha declarado que todo humano entiende las peleas, están en nuestro ADN. Miyamoto Musashi enseñó que los principios del bushido, el camino del guerrero, se traduce a casi cada esfuerzo humano, incluyendo la religión. Estas dos observaciones no se perdieron ni en el más antiguo de los sabios, pues las artes marciales se pueden encontrar en los textos fundacionales de muchas religiones. En este artículo estudiaremos el pequeño papel que juegan las artes marciales en los textos religiosos de las tradiciones abrahámicas: judaísmo, cristianismo, islam, y mormonismo. Al hacerlo, mi enfoque será estrictamente académico. Este es un artículo de artes marciales, no teología.

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El combate es mencionado en los textos antiguos en el contexto del combate divino, donde la creación sucede mientras los dioses combaten con un monstruo en la batalla, utilizando el cadáver como material para la creación. Los mitos nórdicos hablan de Odín y sus hermanos derrotando al gigante Ymir, haciendo al mundo a partir de su cadáver. El Enuma Elish habla de los dioses de Babilonia derrotando a Tiamat luego dividiéndola en dos partes, como un pescado, usando una de esas mitades para hacer una cubierta para los cielos. Al contraste, los cuentos dela creación del Génesis, tomado de lo que los eruditos llaman la fuente Yahwist y la fuente sacerdotal, la característica de la creación, no por combate divino, sino por la palabra hablada. La creación vía narraciones también es presentada en los cuentos sobre la creación de Memphis, como fue registrado en la piedra de Shabako, donde el dios egipcio, Ptah creó mediante sus palabras. Aunque las historias bíblicas sobre la creación no presentan la creación vía combate divino, el combate divino era conocido por los escribas israelís.

Isaiah 27:1 hace referencia del día que Yahweh utilizará su espada para matar al Leviatán, "la serpiente penetrante… esa serpiente deshonesta… el dragón que está en el mar". Isaiah 51:9, Yahweh cortó e hirió al dragón Rahab. Tales historias son comunes en la mitología semita. En Historias del Antiguo Canaan, de Michel D. Coogan y Mark S. Smith, conocimos que Baal también derrotó a Yam (Señor del Mar)y fue alabado por la diosa Astarte, en un verso similar al que encontramos en el Salmo 104:3:4:

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¡Viva, Baal el Conquistador! ¡Viva, Jinete en las Nubes! El Príncipe Mar es nuestro Preso, El Juez Rio es nuestro Preso.

La victoria de Baal sobre el Príncipe Mar y Juez Rio es paralelo a la reacción del Rio Jordán hacia los israelís que se acercaban en Salmos 114:3: "El mar vio y voló, el Jordán regresó". Mientras que la biblia hebrea presenta elementos de combate divino, la forma más antigua de combate mano a mano, la lucha, también es mencionada en sus páginas.

Génesis 32:24-30, cuenta la historia de cómo el patriarca hebreo, Jacobo, luchó con un ser divino. Luego de enviar a su familia al otro lado del Río Jabbok, Jacobo pasa la noche luchando con "un hombre". En la batalla, la cadera de Jacobo se disloca, pero prevalece y se las arregla para restringir a su oponente. El oponente le ordena a Jacobo dejarlo ir. Jacobo accede bajo la condición de que reciba una bendición de su misterioso enemigo. El misterioso luchador bendijo a Jacobo y le dio el nombre de Israel, el que lucha por Él, "porque como has luchado como príncipe con Dios y con hombres, y has prevalecido. Jacobo luego nombró el lugar de su encuentro Peniel, literalmente, el rostro de El, "porque he visto a Dios cara a cara, y mi vida es preservada".

Muchos eruditos discuten que el misterioso luchador con el que luchó Jacobo era un ángel o un espíritu del rio. Esther J. Hamori, en Cuando los Dioses eran Hombres: El Dios personificado en la Literatura Bíblica y Oriental, argumenta que el misterioso luchador no era más que Dios mismo y que tal antropomorfismo racionaliza las referencias textuales de luchar con Dios y verlo "cara a cara". Cientos de años después de que estas historias sucedieran; el Estado Judío eventualmente se convertiría en vasallaje para el imperio romano. Aunque muchos judíos vivían en Judea, muchos vivieron y se establecieron en comunidades en otras tierras. Mientras los judíos interactuaban son sus culturas anfitrionas, surgieron nuevas preguntas con respecto a cuales actividades grecorromanas eran kosher. Un deporte de espectadores era el combate de gladiadores.

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Una resolución Talmúdica trataba con la cuestión de los judíos asistiendo a peleas de gladiadores. En el Talmud babilonio, el gran rabino Nathan permite la asistencia judía a las peleas de gladiadores por dos razones: "primero, porque al gritar uno podría salvar (a la víctima), segundo, porque uno podría dar evidencia (de muerte) para la esposa (de una víctima) y entonces permitirle volver a casarse". Éstas reglas para las peleas de gladiadores es evidencia suficiente de que los judíos asistieron a eventos de gladiadores, para garantizar una examinación hacia su compatibilidad con la religión. Tal vez, el gran rabino Nathan incluso era fanático. Otro maestro del judaísmo familiar con los combates grecorromanos era Saúl de Tarso, el apóstol Pablo.

Antes de volverse posiblemente el proponente más influyente del cristianismo, Pablo era un fariseo y nativo de lo que ahora es Turquía. También era ciudadano romano, lo que le permitía la "dignidad" de la muerte por decapitación en lugar de la crucifixión. Como hablaba griego, es más seguro decir que Pablo fue integrado a la cultura grecorromana. En Forjado: Escribiendo en el Nombre de Dios, Bart Ehrman argumenta que muchas de las cartas atribuidas a Pablo, en el Nuevo Testamento, son falsificaciones. Incluso así, Ehrman sostiene que la Primera Epístola de los Corintios fue escrita por Pablo. Así que para propósitos de este artículo, la Primera Epístola de los Corintios será utilizada como una representación de lo que sabía Pablo sobre los deportes de combate, en el mundo grecorromano.

En 1 Corintios 9:26, Pablo hace referencia de la sombra de boxeo: "por tanto yo corro, no con incertidumbre, yo peleo, no con otro, sino que golpeo al aire". Como parte de un argumento más grande sobre la resurrección física, Pablo también se refiere a los gladiadores que pelearon con animales en al arena; en 1 Corintios 15:32 dice: "si después de la manera en que los hombres han peleado contra bestias en el Éfeso, ¿qué es ventaja, si los muertos no se levantaran?". Pablo parece referirse a un episodio de su propia vida, tal vez un episodio de persecución donde fue obligado a pelear con un animal en la arena, tal vez. Así que parece que Pablo estaba familiarizado con los deportes de combate grecorromanos, del boxeo a los combates de gladiadores. Sin embargo, el cristianismo y judaísmo no eran las únicas religiones con textos que se refieren a las artes marciales o los deportes de combate. Los textos islámicos también hacen referencia a la lucha.

Junto con el Corán, el Islam utiliza el sunismo, una colección de tradiciones orales que conciernen a la vida y enseñanza de Muhammad. Varias de estas tradiciones orales hacen mención de la lucha, las traducciones al inglés de las mismas se pueden encontrar en sunnah.com. En Riyad as-Salihin (Los Jardines de los Rectos), se cita a Muhammad diciendo: "el hombre fuerte no es el que lucha, el hombre fuerte es el que se controla a sí mismo en un ataque de rabia". En Kitab Al-Libas (el Libro de las Ropas y la Decoración), Ali ibn Rukanah dice que su padre, Rukanah, "luchó con el profeta (PBHU) y el profeta (PBUH) lo lanzó al suelo" estos dos versos sugieren que Muhammad era un buen luchador y que utilizaba la lucha como una analogía de sus enseñanzas. Esto es bastante significativo porque la traducción de quran.com de Sura Al-Ahzab, dice: "Ciertamente has existido en el Mensajero de Allah a menudo". Por tanto, se dice que Muhammad es el ejemplo perfecto de lo que un Musulmán debía ser, haciendo la lucha no sólo permisible, sino noble. Así que debería notarse que en las olimpiadas de 2012, Irán ganó seis medallas en lucha; y que el torneo más prestigioso de lucha de sumisión tiene sede en Abu Dhabi. La Biblia, Talmud y Sunnah hacen mención de los deportes de combate. ¿Qué tal sobre armas? Para esto veremos el Libro Mormón y lo que puede ser explicado como su descripción del Autumn Leaf Strike.

Una de las mejores descripciones del Golpe de Hoja de Otoño fue escrita por Jack Slack. Citando el Libro de los Cinco Anillos de Miyamoto Musashi, Slack describe "el atacar el brazo y mano que sostiene el arma de tu oponente como en el Golpe de Hoja de Otoño, porque atacar la mano obliga al oponente a soltar el arma como una hoja cae de un árbol. En el combate sin armas obviamente no hay nada que soltar, pero desde el esgrima filipino al combate con espadas japonés al esgrima europeo, el principio de golpear la mano que ataca es claramente multicultural".

El Libro de los Mormones habla de un antiguo profeta, Ammon, que fue enviado a evangelizar a los enemigos de su nación. Mientras estaba al servicio de un rey extranjero, Ammon utilizó el Golpe de Hoja de Otoño: "Pero miren, cada hombre que ha levantado su garrote para golpear a Ammon, él aniquiló sus brazos con la espada; porque aguantó sus golpes al golpear sus brazos con la punta de su espada…" (Alma 17:37, con énfasis añadido). La idea de Ammon era intencionalmente utilizar su técnica reforzada por su último duelo: "Y estiró su mano para atacar a Annon. Pero Annon resistió sus golpes, y también aniquiló su brazo y no pudo utilizarlo", (Alma 20:20, con énfasis añadido). Como podemos ver, las artes marciales hicieron presencia en los textos religiosos de las tradiciones abrahámicas; podríamos citar más ejemplos y lo mismo podría decirse por los textos religiosos de India y Asia, pero ese será un artículo para otro día.