Vía Darnay Tripp en Twitter
Hay ciertas reglas no escritas del basquetbol callejero. Cada quien canta sus faltas, no entras si no te toca, pierdes y te vas y, si puedes evitar llevar jerseys de la NBA, mejor. Ni hablar de uniformes completos cuando no puedes jugar a la altura del apellido que esté en tu espalda.Hace unos meses surgió un video donde parecía que a este hombre, la última regla le valió 15 kilos de Mavericks en los 90.
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Este video es sólo de un juego pero se sabe que el hombre hace exactamente lo mismo cada vez que juega. Se pone uno de sus dos uniformes de Jordan y a darle. Obviamente, porque así es el internet, comenzaron las burlas y los memes, pero lo que nadie esperaba fue lo que ocurrió a finales de la semana pasada.Hagamos una pausa dramática.El mismo Jordan contactó a Jeffrey Harrison de 31 años que por cierto, es autista, y le mandó dos cajas gigantes de productos Jordan que incluyen desde ropa hasta tenis que ni ustedes ni yo tendremos jamás. También le mandó una carta y por si fuera poco, habló directamente por teléfono con él y eso es algo que me hace un hombre muy feliz.Miren, vivimos en un mundo que es un asco. Todo está mal todos los días, cada hora hay una noticia peor que la de ayer y gracias a las redes sociales tenemos ejemplos de primera mano de lo malos que podemos llegar a ser como especie. Así que siempre es muy reconfortante encontrar cosas así. A mí, Jordan siempre ha sido presumido así que esperaría este tipo de treta de su gente de marketing, pero que Michael Jeffrey Jordan se haya tomado el tiempo para marcarle a este jugador, desearle puras cosas bonitas y apoyarlo cuando todo internet se le fue encima, es algo muy reconfortante.No tengo más que decir, vean la felicidad, el testimonio de su familia y el momento que estoy seguro cambiaría la vida de cualquiera.
Mucho respeto para Jordan y para Harrison. Sigan su ejemplo y si son fans de algo, séanlo bien, no a medias.