Las inusuales vidas paralelas de los pateadores de NFL

Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.

George Orwell escribió esta frase que se ha vuelto icónica en su libro Rebelión en la Granja y comienzo este texto así porque me pareció una forma muy clara de resumir el tema. Ser jugador de la NFL es un sueño compartido por millones y llegar a la liga más importante (y más lucrativa) del mundo tiene muchísimo mérito. Son contados los que están ahí y ya por eso se les puede aplaudir. Pero siendo honestos, no todos los jugadores de la liga logran el mismo nivel de reconocimiento o admiración. ¿Les parece si ponemos un ejemplo? Si preguntamos el nombre del QB, del corredor y del receptor estrella de los Vaqueros de Dallas que dominaron la década de los noventas más de uno se apresurará a contestar: Troy Aikman, Emmith Smith y Michael Irving. Ahora ¿quién me puede decir —sin necesidad de investigar— el nombre del pateador de despeje de esa exitosísima generación? Ahí se complican las cosas.

Nadie puede negar que aunque el papel de los pateadores dentro de la NFL es determinante en el desarrollo de los partidos, su capacidad atlética y fortaleza física dista mucho de la de sus compañeros. Es por esto que suelen ser considerados jugadores menores. Tal discriminación no es de gratis, ¿los han visto intentar realizar una tacleada? O no vayamos tan lejos, ¿recuerdan a Martín Gramática y su lesión mientras festejaba un gol de campo? Entonces, si la habilidad atlética no es la óptima, algunos de ellos han optado por desarrollar habilidades alternas, talentos que podrían ser considerados contradictorios con el deporte que desarrollan.

Comencemos con el caso de Justin Tucker, pateador de los Ravens de Baltimore. Tucker fue firmado en el 2012 fuera del draft es decir, después de que ninguno de los 32 equipos de la NFL decidiera seleccionarlo. Tras un buen desempeño en los campos de entrenamiento se ganó el puesto titular. Durante su carrera ha ganado un anillo de Super Bowl y realizó una patada decisiva de 47 yardas en postemporada contra los Broncos de Denver. Además tiene el récord en la NFL con el gol de campo más largo en un estadio techado (61 yardas contra los Leones de Detroit en 2013) ¿Pero que hace Tucker en sus tiempos libres? Pues bien, además de ser un ferviente practicante del catoliscismo, Tucker es un extraordinario cantante de ópera. Su calidad es tal que ha recibido invitaciones de la Orquesta Sinfónica de Baltimore y de la Ópera de Nueva York para realizar presentaciones con ellos, invitaciones que no ha podido aceptar por su trabajo en los emparrillados. También ha prestado su voz para musicalizar comerciales y recientemente cantó el "Ave María" en una serie de conciertos benéficos para su iglesia. Por si no lo creen, aquí pueden escucharlo.

Brandon McManus es actualmente el pateador titular de los Broncos de Denver. El inicio de su carrera fue complicado. No fue seleccionado en el draft de 2013 pero poco después los Colts lo seleccionaron sólo para cortarlo poco antes del inicio de la temporada. Para 2014 los Giants lo firman, juega en los 4 partidos de pretemporada pero antes de que iniciara la campaña lo ceden a los Broncos, equipo con el que finalmente encontró cierta regularidad. Ahí ha ganado 2 títulos divisionales y un Super Bowl, en el que por cierto conectó 3 goles de campo y un punto extra. Nada mal. Además, es junto a Sebastian Janikowski y Greg Zuerlein, 1 de 3 pateadores que han conectado dos goles de campo de 56 o más yardas en el mismo partido, todo un récord en la NFL. Si todo esto no fuera suficiente, en 2016 se estrenó como bloguero haciendo recomendaciones gastronómicas. Todo comenzó cuando decidió junto a su esposa que todos los viernes tendrían una cita romántica en la cual irían a un restaurante nuevo para ellos. Así arrancó esta experiencia, sin mayor pretensión que dar a conocer los platillos que disfrutó la pareja. Meses después, su trabajo como escritor ha tenido gran repercusión en su ciudad, éxito que también es impulsado por el hecho de que el blog está alojado en el sitio web oficial de los Broncos de Denver.

El caso de Chris Kluwe ha sido quizá el más mediático. Como pateador de despeje tuvo una buena carrera. Ocho años con los Minnesota Vikings en los cuales acumuló diversos récords en la franquicia fueron su época de gloria, sin embargo durante este tiempo tuvo muchas diferencias con los dueños del equipo por sus constantes declaraciones a favor del matrimonio igualitario. Su labor como activista jamás lo distrajo de sus actividades en el emparrillado. Su activismo ha ido desde participar en marchas de la comunidad LGBTTTI, en documentales e incluso en el programa de Ellen DeGeneres siempre defendiendo sus puntos de vista.

De igual forma, en 2011 atacó fuertemente a 4 jugadores de la liga (Peyton Manning, Drew Brees, Vincent Jackson y Logan Mankins). Esto porque tras las negociaciones entre el sindicato de jugadores y los dueños de equipos de la NFL, se llegó a un acuerdo que implicaba condiciones especiales para estos 4 atletas por considerarlos "empleados élite", lo cual lo consideró como una injusticia para el resto de la liga. Por supuesto que con esto ganó muchos enemigos. El 6 de mayo de 2013 los Vikings lo cortaron argumentando aspectos deportivos y tras un fugaz paso por los Oakland Raides se retiró del profesionalismo en enero de 2014.

Otra historia interesante de su vida se dio producto de uno más de sus hobbies. Además de ser futbolista, Kluwe es el bajista de una banda de metal progresivo llamada "Tripping Icarus". En 2011, cuando los Vikings contrataron al QB Donovan McNabb, Kluwe le ofreció cederle el jersey #5 con el que McNabb había jugado toda su carrera y que en Minnesota le pertenecía a Kluwe a cambio de que el mariscal de campo mencionara a su banda de metal en al menos 5 conferencias de prensa distintas, además de que realizara un donativo de U$5,000 dólares a una caridad y que le comprara un cono de helado. Al final, Donovan sólo mencionó a la banda en su primera conferencia de prensa, haciendo referencia a ella en repetidas ocasiones. La historia terminó con McNabb teniendo el número 5 los pocos meses que permaneció en la franquicia, Kluwe usando el 4 por un año para después perderlo en favor de Brett Favre que lo exigió a su llegada a la franquicia.

Cómo podemos ver, los pateadores en la NFL son tipos peculiares. Finalmente son especialistas en un oficio que sólo tiene 32 vacantes a nivel mundial y salvo contadas excepciones, la misma incertidumbre laboral los lleva a explorar distintos campos de acción. En México tenemos el caso de Raúl Alegre cuyo paso por la NFL puede considerarse exitoso. En sus 9 años como profesional, ganó 2 Super Bowls, fue seleccionado al Juego de Estrellas en 1 ocasión y logró una efectividad del 73.7% en sus goles de campo. Ya retirado, ha logrado cimentar una buena carrera como especialista en distintas cadenas televisivas.