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NFL

¿Son mejores los quarterbacks de ahora o es más fácil lanzar en nuestros tiempos?

Aunque parezca que la mayoría de los equipos no tienen a un mariscal de campo franquicia, el porcentaje de pases completos en la NFL está por las nubes.
Photo by Steve Mitchell-USA TODAY Sports

Hoy en día, Ryan Tannehill de los Dolphins de Miami es considerado un fracaso como mariscal de campo franquicia por sus detractores, pero la semana pasada Bill Barnwell destacó un dato interesante en su columna. Barnwell menciona, al tocar el tema sobre el rendimiento de los mariscales de campo de la NFL y su declive, que el índice de pases completos de Tannehill habría sido uno de los mejores en 1985. De igual forma, sus yardas por intento de pase y su porcentaje de intercepciones lo habrían colocado dentro de los diez mejores quarterbacks de aquellos tiempos.

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Y aunque pareciera que la mayoría de los equipos no cuentan con un mariscal de campo franquicia en estos momentos, los porcentajes de pases completos a lo largo y ancho de la liga están en su máximo nivel.

NFL QBs completing 63.3% of passes this season, on pace to be the highest league-wide completion percentage in NFL history. Hm.

— Chris Sprow (@SprowESPN)November 1, 2016

(Después del partido del jueves por la noche de la semana 10, el porcentaje de pases completos estaba en 63.4).

¿Pero acaso los mariscales de campo son ahora más talentosos o tienen menos trabajo que antes? Mucho ha cambiado desde 1985. En ese entonces, la ofensiva de Bill Walsh, la cual se apoyaba de rutas sincronizadas en lugar de pasar el balón al jugador desmarcado, seguía siendo una estrategia bastante nueva. Los jugadores podían estar por debajo del promedio en cuantos a pases y no caer al fondo de la liga. En 1989, la temporada más vieja en la escala de DVOA según Football Outsiders, estar tres por ciento debajo del promedio te colocaba en el lugar de la NFL. En la actualidad, terminarías en el sitio 26. Todo mundo, excepto Brock Osweiler y Blaine Gabbert, puede lanzar un balón de americano un poco mejor.

Ok, no todos los quarterbacks de la actualidad saben lanzar un ovoide. Foto por Kirby Lee-USA TODAY Sports

Las estadísticas de los mariscales de campo de nuestros días son sólo un reflejo de su talento, sino también la culminación de procesos que se han dado en la liga a lo largo de la década.

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El incremento en el énfasis de contactos ilegales e interferencias de pase han hecho a los receptores más efectivos.

Después de que los Patriots derrotaran a los Colts en el partido de campeonato de la AFC en la campaña 2003-04, el gerente general de los Colts, Bill Polian, se quejó de que los árbitros no habían ejercido las reglas escritas sobre contactos ilegales como deberían. Y por esto el comité de competición enfatizó aún más las reglas. El número promedio de yardas aéreas por juego incrementó inmediatamente a más de diez la temporada siguiente. Como los receptores ya no podían ser empujados mientras ejecutaban sus rutas de escape, la situación favoreció a los mariscales de campo en general. Y mientras las defensivas de la NFL se acostumbraban a los cambios, los receptores lograron ser más efectivos, rápidos y ligeros porque ya no tenían que taclear hasta el final de su recorrido.

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Este año, las penalizaciones por interferencia de pase han incrementado de 15.05 faltas por semana en 2015 a 18.3 en 2016. Básicamente toda jugada que puede terminar en una penalización por interferencia acaba de esta forma.

La presencia de jugadas preparadas y de pantalla han facilitado las cosas para completar pases.

Las jugadas preparadas (packaged plays), una invención exitosa más del futbol americano universitario, son cada vez más comunes en la NFL hasta el punto de sorprendernos si no vemos mínimo una en cada partido. Los pases que se producen por este tipo de jugadas son mucho más fáciles de atrapar que aquellos que definieron los primeros años del 2000.

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Los jóvenes quarterbacks como Carson Wentz se han beneficiado de este tipo de jugadas. Foto por Brad Penner-USA TODAY Sports

En esencia, una jugada de este tipo es un concepto que puede otorgar, mínimo, tres opciones y, máximo, siete alternativas al quarterback, dependiendo de la lectura de ciertos oponentes y el número de jugadores en el área. Si hay cinco jugadores en la zona, una jugada preparada probablemente se convierta en un intento terrestre. Si existe cobertura hombre a hombre y un safety libre, una jugada de este tipo se convierte en una pase pantalla. Y si algún tipo de zona puede ser identificada, el mariscal de campo cuenta, por lo general, con un lanzamiento en su arsenal que pueda vencer a la defensiva.

Más conceptos de futbol americano universitario facilitan el arranque de los jóvenes quarterbacks y obtiene mejores resultados.

Carson Wentz no ha podido mantener su grandioso arranque esta temporada, pero los Eagles pudieron sacar lo mejor de sí a la ofensiva en los primeros juegos, incluso sin contar con receptores de renombre porque fueron capaces de bloquear y correr una ofensiva corta fácil de superar. El éxito de Dak Prescott en Dallas no sólo se ha dado gracias a la línea ofensiva y sus corredores —complementada por la agilidad de piernas de Prescott en la zona roja—, sino también porque las jugadas preparadas han definido sus lecturas y las han hecho más fáciles.

Cody Kessler, ¿el ejemplo perfecto de la NFL moderna? Foto por Tommy Gilligan-USA TODAY Sports

El hecho que Cody Kessler de los Browns de Cleveland, jugador seleccionado en tercera ronda en el draft de este año, esté completando el 66.8 por ciento de sus pases habla por sí solo. Kessler era considerado por los especialistas como un QB suplente capaz de lanzar el balón. En el partido de jueves por la noche, Kessler fue sustituido por fallar jugadas. Estamos hablando del reporte de cazatalentos de un chico que, en 1993, habría completado el 54 por ciento de sus pases.

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Pero así es como la NFL ha evolucionado: no sólo los mariscales de campo salen mejor preparados de la universidad, las reglas y el progreso de los conceptos ofensivos también han incrementado dramáticamente los porcentajes de pases completos. Los equipos de la NFL han mejorado para descifrar qué tipo de lanzamientos se pretenden realizar, y han aprendido a diseñar sus ofensivas para enfatizar las debilidades del rival.

No es sorpresa que la gente considere este tipo de parados ofensivos menos emocionantes. Las yardas fáciles de conseguir son las más aburridas. La emoción nace de jugadas como las de Julio Jones, cuando se mide ante el esquinero y atrapa el balón como si el defensivo fuese un niño. Pero al igual que la base por bola en el beisbol, efectiva mas no emocionante, un simple pase es la forma más fácil para que las ofensivas en la NFL sigan ganando terreno.

Cada innovación en la NFL que tenga que ver con los pases en los últimos 15 años nos ha traído hasta este punto. Cody Kessler completa dos tercios de sus pases y es increíblemente aburrido pero cumple con su trabajo. Los equipos seguirán eligiendo el camino con menos resistencia para llegar a la zona de anotación y para obtener la victoria.