FYI.

This story is over 5 years old.

vince wilfork

La estética del deporte y el cuerpo del atleta redefinen el concepto de belleza | ES | Translation

El arte es abstracto, y el deporte, la belleza de ver un cuerpo perfeccionado para ser saludable también lo es.
Foto de David Butler II, USA TODAY Sports

La relación entre estética y deporte siempre ha sido fundamental para la práctica de éste. Si no fuera así ¿por qué lo veríamos? No vemos a nuestros atletas favoritos practicar y dedicar su vida entera al deporte para simplemente admirar su esfuerzo. No. La belleza de la maestría de una pasión siempre es algo increíble de ver, admirar, codiciar y, aún más, es algo que todos (me gusta creer), sin importar el rubro, desean lograr.

Publicidad

Ya en otro artículo, de manera introductoria, me permití criticar un poco al sublime escritor argentino Jorge Luis Borges por no reconocer que había una esencial similitud entre lo que hacía con sus cuentos y lo que hacía Maradona en sus jugadas, lo cual no es otra cosa que arte. La relación entre arte y deporte es extremadamente conflictiva, dada la naturaleza de ambas prácticas y cómo se podrían definir ambos términos, así que establecer sus diferencias y similitudes podría ser digno de escribir un libro. Entonces, más que hacer esa discusión, quiero esclarecer sus puntos de unión. Platón en la antigua Grecia, en su infinita sabiduría adjudicó la belleza al bien y el deporte es la encarnación máxima de ese principio.

Leer más: El dopaje desde un punto de vista filosófico

Si la belleza y el bien tienen una relación natural, entonces el deporte sería una de las maneras más importantes de conseguirlo. La belleza y el bien en el cuerpo es el signo más claro del deporte: la salud. Por lo tanto, un cuerpo bello —por ejemplo el cuerpo de un atleta— siempre ha sido uno de los estándares de excelencia que ha propiciado el deporte y, de la misma manera, reformula la comprensión de lo que se debería entender como un cuerpo bello, siendo esto a partir de la salud y no de la figura exterior como los medios de publicidad se han encargado de recordarnos toda nuestra vida.

Dentro de pocos días ESPN sacará a la luz su número BODY ISSUE de 2016. En ediciones anteriores han aparecido atletas de cuerpos esculpidos por dioses griegos como Ronda Rousey, Venus Williams, Odell Beckham Jr., entre otros, y es que el enfoque de las ediciones bajo el título Bodies We Want (cuerpos que queremos) hacen honor a los cuerpos de los atletas más dedicados y reconocidos de los Estados Unidos. Sin embargo, en la edición preparada para este año aparecerá Vince Wilfork, el tackle defensivo de los Houston Texans que pesa alrededor de 150 kilos por lo que podemos decir con certeza que no es el típico atleta que sale desnudo en una revista.

Publicidad

El mismo Wilfork estableció que, "Estoy seguro que habrá comentarios de que 'está obeso' y 'él es esto y lo otro'. Pues bueno. Estoy orgulloso de quien soy. Estoy orgulloso de mi cuerpo. La gente podrá decir lo que quiera. No me importa. No perderé el sueño".

Y efectivamente, no debería perderlo. Es más, no debería ni tener que decirlo. Vince Wilfork, pese lo que pese, tenga la complexión que tenga, es una clara reflexión y respuesta de lo que se debe de evitar, no sólo en el deporte, sino en la sociedad. Y esto es, tratar de esquematizar cómo debería de ser un cierto ideal de perfección para todas las personas según una idea mal formulada en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad, misma que te demanda sentirte insuficiente con tu cuerpo por simplemente no ser como el modelo que está enfrente.

Entonces el deporte, que hace un par de párrafos uní intrínsecamente con la estética, se rebela a ella, se rebela a la noción fija del concepto de arte y belleza para hacerlo real, mundano. El cuerpo del atleta así nos acerca a una concepción más heterogénea del arte, menos restrictiva, menos delimitada y mucho más complicada, pero sin duda más real, pues así es la realidad misma, mutable, múltiple y compleja.

El deporte, la expresión más íntima de la excelencia física humana, hace que sea posible admirar, sin tapujos ni prejuicios, el reflejo de lo que es Vince Wilford, si bien la mayoría de las personas no goza de las características físicas que el atleta goza, nos hace comprender la belleza y sutileza que hay en su entrenamiento y en el trato de sus cuerpos y mentes a través de disciplina y constancia. Lo reprochable debería ser decir que sus cuerpos no son bellos.

El arte es abstracto, y el deporte, la belleza de ver un cuerpo perfeccionado para ser saludable también lo es.