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Football

Dopaje en el fútbol: ¿y si las mayores figuras del balompié español

La UEFA ha implementado nuevas y estrictas regulaciones antidoping, pero asegura que el futbol es casi completamente limpio. ¿Será que realmente no hay drogas en el deporte o se hacen de la vista gorda?
PA Images

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Todos recordamos una imagen de Diego Armando Maradona en la Copa del Mundo de 1994: después de marcar ante Grecia, el Diego corrió hacia las cámaras de televisión con los ojos tan fuera de las órbitas que parecía un dibujo animado. En ese punto, pareció claro que algo andaba mal en el futbolista más grande de su generación.

El problema se confirmó gracias a otra imagen de Maradona, igual de caricaturesca pero mucho más lamentable: la que protagonizó junto a la enfermera que se lo llevó literalmente de la mano para que se sometiera a los tests antidopaje que finalmente le acarrearían una suspensión de 15 meses. La foto fue doblemente deplorable: por lo que significaba para una figura como Maradona y por el teatrillo que representó la FIFA a nivel mundial. A día de hoy, el episodio sigue siendo el caso de dopaje más sonado de este deporte.

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A pesar de todo, el dopaje en el mundo del fútbol permanece en la conciencia colectiva como algo menor y totalmente puntual. El atletismo, la natación, el esquí, el tenis y desde luego el ciclismo han tenido casos más sonados; en el fútbol aún falta experimentar un suceso —como la caída en desgracia de Lance Armstrong en el ciclismo— que marque un antes y un después en la lucha contra el dopaje.

Es posible, no obstante, que pronto el fútbol se vea sacudido por un gran escándalo de dopaje. La UEFA implementó recientemente una nueva regulación más estricta, adoptando el esquema del pasaporte biológico de la Agencia Mundial Antidopaje —WADA, de sus siglas en inglés—, que a su vez son parte del "programa antidopaje más duro que el fútbol europeo haya visto jamás".

FOTO armstrong

Esta nueva reglamentación, si se aplica correctamente, podría ser de mucha utilidad. Un estudio reciente encargado por la UEFA reveló cientos de exámenes de dopaje "atípicos" a futbolistas profesionales, algunos incluso en la Champions League y la Europa League. De las más de 4.000 muestras de orina que entraron en el estudio, hasta 68 presentaron resultados que podrían indicar el uso de esteroides anabólicos prohibidos.

El estudio también reveló que el 7,7% de los 879 jugadores que registraron exámenes anormales tenían niveles tan altos de testosterona que fue necesario iniciar una investigación bajo las nuevas regulaciones antidopaje de la UEFA. Si las alarmas no sonaron durante la enloquecida celebración de Maradona hace 21 años, quizás deberían hacerlo ahora.

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A pesar de todo, la propia UEFA parece querer quitar hierro al asuntio. El órgano que controla el fútbol europeo aseguró que daba máxima prioridad a la lucha contra el dopaje tras la última reunión de su Comité Ejecutivo, pero a la vez afirmó que el estudio antes mencionado "no incluye ninguna prueba científica de dopaje en el fútbol".

Sin embargo, una investigación reciente acerca de dopaje en el fútbol europeo no concuerda del todo con las declaraciones de la UEFA.

Estas imágenes del italiano Fabio Cannavaro del año 1999, justo antes de la final entre el FC Parma y el Olympique de Marsella, dieron la vuelta al mundo. El futbolista y su club arguyeron que la sustancia suministrada, el neotón, no se consideraba dopante.

El comunicado que se hizo público como respuesta al estudio, en cambio, sí que usó los datos para subrayar el récord de seguimiento de los exámenes antidopaje del organismo internacional: "[La UEFA] Ha realizado un programa completo de antidopaje durante muchos años con más de 2.000 exámenes por año. Solo dos de estos casos han dado positivo, ambos por drogas recreativas, lo cual demuestra que el dopaje en el fútbol es extremadamente raro", aseguraba el comunicado en cuestión.

El español Eufemiano Fuentes podría ser el guardián de un secreto inconfesable en el fútbol. Fuentes fue el médico protagonista de la Operación Puerto, el caso de dopaje que comenzó hace una década y que revolucionó el ciclismo. Después del juicio de Fuentes en Madrid hace dos años, el escándalo involucró a muchos de los ciclistas más famosos y exitosos del mundo. La investigación fue más allá del deporte de las dos ruedas.

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En una redada en la casa de Fuentes en 2006 fueron confiscadas cientos de muestras de sangre alteradas, todas ellas etiquetadas y documentadas. Según las declaraciones del doctor, solo una pequeña parte confiscada por las autoridades pertenecía a ciclistas, ya que la mayoría de sus clientes competían en otros deportes.

FOTO FUENTES

¿Dónde está el resto, entonces?

De acuerdo con Jesús Manzano, el ciclista español y denunciante del caso Operación Puerto, muchos de ellos se pueden en el fútbol. Durante más de tres horas de juicio en Madrid, Manzano testificó que había visto a "futbolistas bien conocidos" visitar a Fuentes en su clínica; el mismo doctor admitió haber trabajado con varios clubes y figuras de dicho deporte.

"He trabajado con equipos españoles de fútbol de primera y segunda división que han mejorado su rendimiento", dijo Fuentes en una entrevista para uns radio española. "Si hablara, le quitarían la Copa del Mundo y la Eurocopa a España."

Las declaraciones de Fuentes recibieron el soporte del periódico francés Le Monde, que sacó a la luz la lista de sus clientes. El listado incluía a futbolistas del Real Madrid y del FC Barcelona; el club catalán vio su nombre manchado cuando Luis García del Moral, uno de los doctores del equipo de ciclismo US Postal Service de EE.UU que ayudó a Armstrong a doparse, aseguró haber trabajado con el Barça de forma puntual la década pasada.

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El fútbol español en pleno se posicionó contra Fuentes y éste amenazó con nombrar a los atletas a quienes atendió durante su carrera. No obstante, el juez decidió que no era necesario. Al parecer, existe un rastro de sangre —literalmente— que lleva a todos los implicados… pero desgraciadamente es probable que jamás podamos seguirlo.

"Nos hemos dado golpes en la cabeza para poder obtener acceso a las pruebas recogidas", se queja David Howman, director general de la WADA, después que les negaran el acceso al ordenador y al historial de correos electrónicos de Fuentes. Dichas decisiones han ayudado poco para reducir la sospecha de que el sistema judicial español es un cómplice más en la protección de intereses de los gigantes deportivos del país.

A pesar de que las pruebas apuntan en otra dirección, aún existe un rechazo rotundo a la amenaza del dopaje en todo el mundo del balompié. "El fútbol está 100% limpio", aseguró Cristiano Ronaldo. "Tendría que ser una conspiración masiva", comentó Lord Triesman, ex presidente de la federación inglesa de fútbol (FA). El seleccionador español, Vicente del Bosque, insiste que "nunca ha visto un caso de dopaje en el fútbol" y en que no cree que lo haya. La misma UEFA asevera que el dopaje en el fútbol es "extremadamente raro."

Pero otros no están tan seguros.

El ex internacional francés Marcel Desailly aseguró que "el dopaje existe en el fútbol" y que era "tan obvio que sería estúpido negarlo". Stefan Matschiner, un ex agente de atletismo condenado por proveer drogas, asegura que "el dopaje es un problema tan grande como lo es en el tenis, en el atletismo, en la natación y en el ciclismo": "Es parte de la vida diaria de muchos deportistas. Yo mismo he trabajado con futbolistas". La creencia del austriaco es ampliamente compartida por numerosos profesionales médicos en todo el deporte: incluso los entrenadores de fútbol tienen dudas en torno a la pureza del juego.

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"Hemos tenido jugadores en el Arsenal de otros clubes del mundo y su número de células rojas era anormalmente alto", explicó Arsene Wenger en 2004. "Este tipo de cosas te hacen pensar. Hay clubes que dopan a sus jugadores sin que ellos lo sepan. Este club en qüestión puede argumentar que les están inyectando vitaminas y ellos no podran saber que es otra cosa."

Tal vez Wenger se refería al uso del plasma rico en plaquetas (PRP por sus siglas en inglés). Dicha práctica aún no aparece en la lista de prohibiciones de la WADA, lo cual hace que el PRP sea legal a la práctica, incluso cuando la sangre haya sido administrada con otras substancias y aditivos antes de ser re-inyectada en el flujo sanguíneo del atleta.

Todavía hay dudas acerca de la eficacia de las pruebas antidopaje en el fútbol. En una ocasión, Joey Barton reveló que nunca le habían pedido muestras de sangre durante los 13 años de su carrera como profesional, solo le pidieron muestras de orina.

Es verdad que las pruebas se han incrementado en los torneos más famosos e importantes. Por ejemplo, en la Copa del Mundo de Brasil 2014, se realizaron aproximadamente 1,000 exámenes —incluyendo muestras de 736 jugadores. Des de las 576 muestras tomadas en el mismo torneo cuatro años antes, ha habido un incremento significativo. Pero la mayoría de las muestras se siguen realizando semanas antes de la competición.

Las fisuras siguen ahí para poder ser explotadas.

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La UEFA y la FIFA aseguran haber aplicado el tipo de pruebas de dopaje vistas en el ciclismo al fútbol, sin embargo, las medidas en los torneos más grandes están muy lejos de los que se lñevan a cabo en una competición como el Tour de France, donde este año se tomaron 622 muestras —más de tres por participante—.

La actitud del mundo del fútbol es arrogante con la posibilidad de la existencia del dopaje —como si este maravillosos deporte no pudiera verse salpicado por el mismo escándalo que ha englobado a otros deportes—.

A lo mejor, este orgullo desmedido proviene fundamentalmente de la creencia de que el dopaje no condiciona el fútbol y a sus resultados de la forma en que sí lo hace con otros deportes. Es un juego que depende tanto de la habilidad técnica como, si no más, que del físico y de la capacidad atlética. Se juega con los pies y con la cabeza. Así que a diferencia del ciclismo o la natación, la condición y la rapidez de los deportistas no determina los resultados. Sin embargo, esto no significa que se pueda obtener ventaja al mejorar dichos atributos de manera artificial.

Una y otra vez el futbol ha ignorado, tal vez conscientemente, las señales de peligro, pero el informe que ha entregado este mes la UEFA es una señal más de dicha amenaza. El actual presidente de la FIFA, Sepp Blatter —quien de hecho preside la junta de WADA— declaró en una ocasión: "No es una cuestión de combatir el dopaje. No debería hacerse una cacería de brujas."

La FA insiste que el dopaje es visto des de el mundo del deporte con una miagen de transparencia. "Tenemos muy pocos casos con pruebas que hayan dado positivo por substancias prohibidas, lo cual refleja las investigaciones realizadas en todo el mundo del futbol", explicó el portavoz de la organización. Su programa antidopaje para la temporada 2015/16, que ha sido revisado por la UEFA, "combina exámenes y educación para asegurarse de que sea efectivo en la detección y en la eliminación de drogas en el deporte." Dar positivo en un examen en un día de partido ahora puede conllevar una sanción de un año, aunque sea la primera vez, y aún así el futbol parece seguir ignorándolo.

La lista de ex jugadores y figuras de fútbol que ha sacado a la luz la turbia práctica de dopaje es extensa. Por ejemplo, el ex seleccionado argentino Matías Almeyda, quien aseguró en su biografía que él y sus compañeros del Parma eran obligados con regularidad a tomar un suero misterioso antes de los partidos. "Nos decían que era una mezcla de vitaminas" escribe. "Pero antes de entrar al campo podía brincar tan alto que llegaba a tocar el techo."

José Mourinho ha hablado de un tal "Dr. Agujas"que trabajaba en el Chelsea, y no hace falta mencionar el hecho de que la WADA descubrió en 2011 que violaron las regulaciones antidopaje más futbolistas (117) que atletas de cualquier otro deporte. El fútbol no tiene motivos para ser complaciente; de hecho, lo único que puede hacer es sospechar.

@grahamruthven