Es una tentación hablar en metáforas para explicar una realidad tan compleja como la que vive Cuauhtémoc Blanco, alcalde de Cuernavaca. Por ejemplo, habría sido sencillo y obvio decir que ganará este "partido", al anunciar ante los medios que se declara en huelga de hambre en protesta por el juicio político que se sigue en su contra.Porque lo que la metáfora "partido" designa es el complejo atado de razones legales, procedimientos, intereses, inconsistencias y alianzas que componen el conflicto al interior del estado de Morelos por la alcaldía de Cuernavaca. Se supone que Blanco cometió diversas irregularidades, entre ellas, la obtención fraudulenta de su residencia en Cuernavaca, falsificación de firma y usurpación de funciones. El congreso del estado, en un proceso fast track aprobó el juicio político contra el ex futbolista y enviaron el proceso a la Fiscalía General y al Poder Judicial. Hasta que no se resuelva el juicio político, Blanco sigue en funciones.
Después de esta decisión de la legislatura, Blanco organizó la huelga de hambre "hasta que alguna institución asuma la protección del Estado de Derecho y garantice la restitución del equilibrio democrático en el Estado", escribió en su cuenta de Facebook. Además escribió "no me voy a rajar. No me van a ganar a la mala"."Al que obra mal, le va mal", dice Blanco. "Ya es como un golpe de estado". Según él, esto tiene además ramificaciones electorales de cara al 2018. "Voy a tener que ser como los boxeadores, hacerme más fuerte", dijo. "Esto no va a parar". Además, le informó a la prensa que lo fue a entrevistar al pie de la catedral de Cuernavaca donde mantiene su huelga, que lo último que comió fue un "caldo de pollo", y que hasta anoche se estaba echando un "ponchecito sin piquete".Hoy anuncié que estoy en huelga de hambre hasta que alguna institución asuma la protección del estado de derecho: — Cuauhtémoc Blanco (@CuauhtemocBco)17 de diciembre de 2016