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rumbo al centenario

Las mulas chilenas en el viaje más caótico en la historia de la Copa América | ES | Translation

Chile vivió una pesadilla en la Copa América de 1919. Tras un duro viaje a Brasil y una terrible participación en el torneo, sla vuelta a su país fue caótica.
Foto: Fabián Pulido

Desde su creación, la Copa América o también llamado Campeonato Sudamericano estuvo ideado para disputarse una vez por año. Así, tras las ediciones de 1916 celebrada en Argentina, y de 1917 organizada por Uruguay, tocaba turno para que Brasil fuera la siguiente sede en un campeonato pensado para llevarse a cabo en el año de 1918.

Lamentablemente para los países participantes, esto no pudo suceder, y la Copa de 1918 no pudo ser realizada hasta un año después, en 1919. La razón por la que tuvo que suspenderse fue por una severa epidemia de gripe que se vivió en aquel 1918 en Río de Janeiro, única sede del campeonato.

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Superada la crisis en Brasil, el inicio del campeonato era inevitable. Brasil era el favorito por ser sede, sin embargo no se podía discutir que a nivel deportivo, Uruguay y Argentina eran grandes equipos; a esos tres países había que sumarle la participación de Chile.

Arribar a Río de Janeiro fue sumamente complicado para la selección chilena. De hecho, aquella Copa sería un tema infame en la historia de las participaciones de la Roja en Sudamérica. Para llegar a Brasil tuvieron que viajar en tren hasta Buenos Aires en un recorrido sumamente largo y tardado que dejó físicamente agotados a los jugadores de Chile; llegando a la capital argentina, tuvieron que tomar un barco junto a los futbolistas de la albiceleste que los llevara a la sede del campeonato.

El cartel de la Copa América de Brasil en 1919, uno de los torneos que más anécdotas ha dejado. Foto: Conmebol

La participación chilena en Brasil fue terrible. En su debut ante Brasil, el equipo local vapuleó a Chile por 6-0 con gran actuación del "Tigre", Arthur Friedenreich quien marcó tres goles. En el segundo encuentro, Uruguay los venció con marcador de 2-0 y finalmente, en el último juego de la Copa, Argentina los goleó 4-1. En total, Chile se volvía a casa con un saldo de cero puntos, 12 goles recibidos y apenas uno anotado.

Pero el gran problema chileno no pasó solamente por el largo y cansado viaje de ida en tren y luego barco a Brasil, tampoco por la paupérrima actuación en el torneo, el gran conflicto de la Roja estaba por llegar en su regreso a su país.

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La vuelta fue muy parecida a la ida. Barco a Buenos Aires y de ahí un tren hasta Chile. Lo que los jugadores andinos no esperaban era que en medio del crudo invierno sudamericano, una severa tormenta de nieve les impediría atravesar Los Andes. La Roja había sido detenida en la provincia de Mendoza, en el límite entre territorio argentino y chileno.

Cabe destacar que en aquellos tiempos, los propios futbolistas eran los que pagaban los gastos que generaban sus participaciones en los torneos. Debían cubrir su alojamiento, sus comidas y sus viajes.

El Estadio das Laranjeiras, sitio donde se desarrolló la Copa de 1919 y donde Chile no logró más que marcar un gol

Como es sabido, los futbolistas no percibían sueldos estratosféricos que les permitiera viajar y vivir con grandes comodidades. De hecho, la gran mayoría tenía que combinar su carrera como jugador de futbol con alguna profesión, así que el tiempo en el que permanecían fuera de sus labores les impedía ganar más dinero para mantener a sus familias. Así que estar detenido en Mendoza sin llegar a Chile no era lo mejor para sus bolsillos.

La decisión chilena para volver a su país es una de las anécdotas más extrañas en toda la historia de la Copa América. Para cruzar Los Andes y llegar a su país habían decidido subirse a una mula y cruzar a pie hasta su territorio, enfrentándose a un viaje terriblemente largo, agotador y retador por las condiciones climáticas que se vivían.

La selección chilena tardó en llegar a casa dos semanas en lo que es, el viaje más tardado en toda la historia de la Copa América. Se dice que algunas mulas enfermaron en el camino y algunos jugadores tuvieron que compartir animal para dejar descansar a su bizarro medio de transporte.

Aquella Copa América es recordada como una de las más trágicas de la historia. Más allá del problema de logística de Chile, sucedió una desgracia durante el encuentro de la Roja frente a Uruguay cuando el arquero Roberto Chery sufrió en pleno juego un estrangulamiento de hernia que lo obligó a dejar el campo para ser internado de emergencia en un hospital brasileño, perdiendo la vida días más tarde por aquel problema de salud.

Estatua en honor del arquero uruguayo Roberto Chery, fallecido días después de jugar ante Chile. Foto: Cultura Redonda

Así, el recuerdo de Chile en Copa durante 1919 no es recordado como uno de los mejores momentos en toda la historia de la Roja. Literalmente, a los futbolistas les sucedió de todo y bien pudieron al llegar a su territorio hacerse una limpia por lo que les había ocurrido.

Lo bueno para Chile es que al año siguiente, en 1920, les tocaba disputar la Copa América o Campeonato Sudamericano en casa, así que las mulas pudieron quedarse guardadas en algún sitio de una granja sin necesidad de ser utilizadas como medio de transporte.