Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:Uno de los momentos más deseados pero también más odiados y estresantes del fútbol son las series de penaltis. Nadie quiere ver a su equipo enfrentarse al destino desde los once pasos, en especial cuando sabes que tus jugadores no son muy finos definiendo desde esa distancia..El ritual es casi siempre el mismo: te pones las manos sobre la cara, te giras de espaldas para no ver la catástrofe y das más vueltas que un león enjaulado. Por lo general, después de los cuatro primeros intentos por equipo, algún jugador la envía fuera, el palo te roba la gloria eterna o el portero adivina la dirección y se estira como si no hubiera mañana. Cuando pasa esto el sufrimiento es breve…o no.En la quinta división de fútbol de la República Checa, el SK Batov 1930 y el FC Frystak protagonizaron un suceso histórico: el partido acabó 3-3 y en la tanda de penaltis posterior chutaron nada más y nada menos que… ¡52 penaltis!No sabemos si los encargados de chutar eran muy buenos, si se habían puesto de acuerdo para fallar a la vez, o si los porteros habían visto muchos vídeos de Jan Oblak intentando tirarse a su izquierda; lo único cierto es que tras el penalti número quince el sufrimiento se transformó en hastío.El marcador final favoreció al SK Batov 1930, que ganó la tanda por 21 a 20. El partido rompió el récord de más penaltis chutados; hasta ahora, ese honor correspondía a la final de la Copa de Namibia de 2005, disputada entre el KK Palace y Civics, que vio cómo se tiraban hasta 48 penas máximas.