FYI.

This story is over 5 years old.

FIGHTLAND

El judoca que se vengó del brownie de marihuana que lo dejó fuera de Londres 2012

Cuatro después de que un brownie de marihuana lo descalificara de Londres 2012, Nick Delpopolo busca redimirse en Río 2016.
Photo by Michael Madrid-USA TODAY Sports

Hace cuatro años, el judoca estadounidense Nick Delpopolo se convirtió en el blanco de chistes y críticas de los Olímpicos. Luego de quedar en séptimo lugar en la división de los 73 kilogramos en las Olimpiadas de Londres, dio positivo por marihuana y fue descalificado.

La gran decepción de Delpopolo atrajo una cantidad significativa de atención por un par de razones. Primero porque era el primer competidor de EE.UU en dar positivo en la edición de 2012 de los Olímpicos. Pero lo que realmente acaparó los reflectores del internet fue la excusa del entonces practicante de artes marciales de 23 años: había comido, sin darse cuenta, un brownie de marihuana en una fiesta previo a la competición olímpica.

Publicidad

"Mi prueba positiva fue el resultado de mi consumo irresponsable de comida que había sido preparada con marihuana antes de partir a los Juegos Olímpicos", explicó la estrella de judo en un comunicado que hizo público después de su descalificación. "Me disculpo ante el Comité Olímpico de los Estados Unidos, ante mis compañeros y todos mis seguidores. Estoy avergonzado por este error. Espero poder representar a mi país en el futuro y me dedicaré de nuevo a ser el mejor atleta de judo que pueda ser".

Al igual que muchas de las famosas excusas relacionadas con la marihuana como "Era de un amigo, sólo lo estaba sosteniendo" o "No lo inhalé", de alguna forma el pretexto de Delpopolo sonó algo convincente, pero al mismo tiempo como una total mentira.

Las críticas abarcaron desde las burlas sarcásticas (Deadspin calificó al comunicado como "la excusa más tonta de la historia") hasta muestras de apoyo burlonas ("Siempre será recordado como el chico que falló la prueba antidopaje por un brownie de marihuana", opinó un columnista mientras discutía las restricciones de la marihuana). Los acuerdos con patrocinadores se esfumaron. Los trolls del internet lo atacaron. Amigos, compañeros, e inclusive sus entrenadores, le dieron la espalda.

"Entiendo la molestia, mucha gente vive indirectamente de las carreras de los atletas famosos. Estoy en deuda por mi error y me di cuenta que fue una estúpida decisión", escribió Delpopolo el mes pasado en un ensayo para Vox sobre su experiencia. "Nadie más que yo sabe cuánto duele la derrota. Eché a perder mi oportunidad. Me despojé de mis propios sueños, y estaba consciente de las reglas antes de la competencia".

Publicidad

A pesar de considerar por momentos el retiro en el ensayo, Delpopolo siguió comprometido con la promesa que había hecho en su comunicado oficial. Los últimos cuatros años los ha dedicado a enderezar su camino en el judo, mejorando y peleando por su redención.

"No quería que aquel momento en el escenario más grande del deporte definiera el resto de mi legado", declaró a USA Today la semana pasada. "Dentro y fuera del deporte, la gente busca en Google y es todo lo que ve. Si puedo obtener una medalla en estas Olimpiadas, es lo único que recordarán, y será la forma de redimirme".

Su camino hacia la redención ha sido, en palabras de USA Today, "algo que parece sacado de una película. [Nick] se mudó a un barrio pobre en Opa-locka, Florida, con sus tres gatos y su novia para trabajar con el entrenador de judo, Evelio García del Budokan Judo Club, quien lo apoyó en todo momento después de dar positivo. La pareja vivía en un apartamento deprimente y se vieron forzados a comer del menú más barato; Delpopolo entrenaba corriendo por las calles de su vecindario, sin playera, como un tipo de Rocky moderno preparándose para su redención. (Delpopolo dice que sus vecinos, en su mayoría de descendencia cubana, se juntaban para apoyarlo, ya que el judo es un deporte popular en Cuba").

En medio de la introspección, la dedicación, el dramatismo, y la inspiración, un seceso interesante le ocurrió a la regla que había colocado al joven atleta en su camino actual. The New York Times informó que el límite de cannabis permitido por la Agencia Antidopaje para los atletas en competición en el 2012, año en el que Delpopolo dio positivo, era de 15 nanogramos por mililitro. Al año siguiente, la agencia elevó el límite a 150 nanogramos por mililitro. La cantidad de cannabis en el sistema de Delpopolo durante los Olímpicos fue de 32 nanogramos. Tan sólo un año después, su error con el brownie de marihuana habría sido perfectamente legal.

Aunque Delpopolo no guarda rencor, se siente frustrado por otros problemas graves de dopaje que ha visto en su disciplina. Por ejemplo, cuatro miembros del equipo ruso de judo dieron positivo por una sustancia prohibida en competencia este año. Delpopolo comentó a The New York Times que la Federación Internacional de Judo aprobó su participación a pesar de su historial. "Cometí un error, es algo con lo que tengo que vivir", confesó. "Pero hay gente que hace trampa conscientemente".

Conversando con USA Today sobre el mismo tema, al atleta olímpico se le notó más abierto y honesto. "¿Soy un tramposo? No, no lo creo. ¿Ellos son unos tramposos? No lo sé. No tengo la respuesta a esa pregunta. Veremos, pero por ahora si me preguntas si quiero enfrentarme a un ruso, te diría que sí, lo quiero hacer".

Delpopolo tomó el primer paso hacia su redención olímpica —y posiblemente hacia una nueva edición de la Guerra Fría sobre las colchonetas— al ganar el día de ayer su primer enfrentamiento para avanzar a la ronda de octavos.

De acuerdo a su perfil en The New York Times, Delpopolo ya no acepta panecillos de extraños o de conocidos.