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¿Es Neymar el heredero de Messi y Ronaldo como asegura Jay Jay Okocha?

La leyenda nigeriana ve al 10 del PSG como el jugador apto para heredar el trono del mejor jugador del mundo.
Foto: psg.fr

Jay Jay Okocha se ve reflejado en Neymar: "Es el que más se me parece". El jugador más famoso de Nigeria y uno de los más talentosos de la historia dice que el brasileño tiene su estilo porque "yo jugaba con alegría, y uno puede ver que él siente lo mismo, disfruta de su juego. Y no juega para él, juega para el equipo y no sólo para entretener a la tribuna. Utiliza su talento y calidad en pro del equipo".

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Pero advierte que la alegría de jugar al futbol no es suficiente para llegar a convertirse en el mejor del mundo. "Quien quiera ser el mejor, o uno de los mejores, necesita más que eso. Hace falta concentración, trabajo duro y consistencia, pues el talento natural no será suficiente para alcanzar ese nivel. Si entiendes eso, y tienes el talento, entonces puedes competir".

Neymar posee un talento a priori (como sea que se dé) y transmite la algarabía característica de los futbolistas brasileños; quizá, el más halagador y obsequioso de los estereotipos. Su entrega en el Barcelona quedará plasmada, sobre todo, en aquel partido de octavos de final de Champions League, la inverosímil remontada en casa ante el PSG; ironías de la vida. Su concentración se notaba en cada decisión sobre el campo de juego, ahí donde una figura así lo exigía: Lio Messi. Se requiere un nivel de concentración y perspicacia descomunal para poder jugar a la par del argentino, quien parecer tener cada movimiento, cada intención, precargados en su memoria muscular. Lo mismo con Luis Suárez, aunque en un nivel menos apabullante.

Pero la constancia, esa que cuesta tanto trabajo a los nuevos rock stars del deporte aprehender, tal vez para Neymar, en París, le sea más complicado. Neymar no llegó a un club ajeno a la personalidad escandalosa de aquellos provenientes de lugares más cálidos y coloridos. Marquinhos, Lucas, Dani Alves, Thiago Silva y, en su tiempo, David Luiz, y también Di María, Pastore y Cavani, por compartir el mismo espacio geográfico, ayudarán a la estrella de este club a adaptarse rápidamente y a aligerar el choque cultura más recatado, supuestamente, de los franceses. Pero la fortuna de llegar a un club amoldado por tus compatriotas, hasta cierto punto, a tus formas podría ser un arma de dos filos. Similar a los héroes y semidioses griegos a quienes la cólera condenó al abismo, la fiesta y la fama parecen ser la condena de todo futbolista con un salario anual de más de seis cifras.

Foto: PSG

En lo futbolístico, el PSG puede pavonearse de haber encontrado la pieza faltante en su proyecto para conquistar Europa. Guardando las respectivas diferencias, Neymar buscaría, y debería intentar, significar lo que Maradona evoca para la mayoría de los napolitanos. Las cartas están puestas en la mesa para que el brasileño pueda despojarse de la sombra de Messi y forjar el mito donde sólo él sea el héroe; no olvidemos que en aquella noche mágica de Champions, quien acaparó los encabezados y dejó sin elogios, inmerecidamente, a analistas, expertos y comentaristas, fue Messi y su poderosa postal blandiendo el puño derecho.

Un plantel con el talento de jugadores como Marco Verratti, Ángel Di María, Blaise Matuidi, Presnel Kimpembe, y Julian Draxler, por mencionar algunos, deberían darle seguridad a Neymar de poder tomar la batuta y darle una cara menos sosa a un equipo caracterizado por tropezar en las instancias de trascendencia. Al igual que Messi y Ronaldo, Neymar deberá encargarse de provocar miedo en sus rivales, virtud imprescindible si se pretende asaltar el Viejo Continente en busca de la Orejona. Será el encargado de escribir las noche mágicas del PSG en el torneo más prestigioso a nivel de clubes. Porque en París no hay cuentos de remontadas, ni fotos de poses con la Orejona de glorias pasadas, tampoco existen rivalidades capaces de estremecer al mundo; en corto, no hay mucha historia o, mejor dicho, no existe historia de este calibre. Neymar tendrá que ser el creador del mito fundacional del Paris Saint-Germain o salir por la puerta de atrás como el desperdicio más grande de dinero jamás atentado por un club de futbol.

Okocha jamás conoció el peso de las expectativas, el acoso de la prensa, la fama a cántaros, como Messi, Ronaldo, y ahora Neymar las conocen. En París serán muchas las tentaciones, y quizá menor exigencia que en Barcelona, pero no veo cómo Neymar pueda convertirse en el heredero nato del argentino y el portugués. Sí de la mercadotecnia, pero no del esférico.