FYI.

This story is over 5 years old.

Bastian Schweinsteiger

Bastian Schweinsteiger, José Mourinho, y el problema de la nostalgia

Conforme Bastian Schweinsteiger se acerca al final de su carrera en el United, los fans del legendario mediocampista exigen respeto. ¿No será que el verdadero problema es la nostalgia?
PETER POWELL/EPA

Lo único que los seguidores del Manchester United y el Bayern Múnich tienen en común es el color de sus camisetas; pero ahora esto ha cambiado. José Mourinho los hermanó al ofender a ambos grupos.

La cuestión tiene que ver con Bastian Schweinsteiger —el actual mediocampista del Manchester United y ex jugador del Bayern Múnich— y su supuesto trato injusto a manos de Mourinho, quien tomó el cargo como director técnico del United este verano.

Publicidad

Un poco de contexto: Schweinsteiger tuvo 342 participaciones en liga con el Bayern durante sus trece temporadas como titular; ganó la Champions League una vez y la Bundesliga ocho veces. Sus últimos dos títulos de liga llegaron en las dos últimas campañas en Alemania, período en el que, según TransferMarkt.com, el mediocampista se perdió 50 juegos por lesión.

Leer más: El Culto: Ronaldo Nazário

Sin embargo, en el verano de 2015, Schweinsteiger fichó por el Manchester United para jugar bajo las ordenes de Louis Van Gaal. Antes de dirigir al United, Van Gaal había ocupado el puesto en el Bayern de 2009 a 2011, período que coincidió con algunos de los mejores años de Bastian. Tal vez Van Gaal estuvo influenciado por todos los buenos recuerdos, porque es difícil entender la razón por la que Schweinsteiger firmara un contrato hasta el 2018. En su primera temporada, Bastian se perdió otros 24 partidos por lesión.

Louis Van Gaal y Schweinsteiger en el Manchester United. Crédito: PETER STEFFEN/EPA

De acuerdo con informes de Alemania y Inglaterra, el nuevo entrenador del United, Mourinho, le pidió a Bastian que se buscara un nuevo club. Mientras lo hace, se dice que ha estado entrenando con las reservas del equipo.

Los rumores han dado pie a los encabezados sensacionalistas en Alemania que aseguran que Schweinsteiger recibió un mal trato en su cumpleaños. A su vez, esto provocó la indignación en redes sociales por el tiempo en el que todo se dio, incluyendo el hecho que Schweinsteiger recién había regresado de su luna de miel con su esposa, la tenista estrella Ana Ivanovic.

Publicidad

no respect

— Tobi Schweinsteiger (@tobits7)August 1, 2016

¿En realidad este es el problema, Tobi? ¿Respeto? ¿O acaso el problema real es la nostalgia?

El problema con Schweinsteiger, y en realidad con todo aquel jugador exitoso que se acerca inminentemente al final de su carrera, no es un tema de respeto, sino de habilidad a la baja. La razón por la que el "trato" de Schweinsteiger es un problema es porque los fans son nostálgicos por naturaleza. Por otra parte, los entrenadores, al menos los buenos entrenadores, no pueden serlo.

La serie de sucesos —el cumpleaños, la luna de miel— no tiene qué ver en esto. La decisión de Mou es puro negocio. ¿Debió Mourinho posponer las malas noticias hasta la siguiente ventana de transferencias porque Schweinsteiger nación en verano? Por supuesto que no. Es mejor que Bastian haya recibido la noticia lo más pronto posible para tantear el terreno de sus posibilidades antes del cierre de transferencias.

De igual forma, los reportes de que a Schweinsteiger le pidieron que "limpiara su casillero" y que entrenara con las reservas son actos sin clase de parte de Mourinho. Existe una razón por la que los empleados despedidos dejan el puesto inmediatamente. No se necesita tener una maestría en administración de negocios para entender que entre más larga la estancia, peor es para la moral de todos.

Es propicio mencionar lo que otro alemán —el entrenador de la selección estadounidense de futbol, Jürgen Klinsmann— comentó en torno al problema de la nostalgia en el deporte mejor que nadie más. En una conversación en 2014 con The New York Times, Klinsmann expresó su desacuerdo con la extensión de contrato de dos años y 48.5 millones de dólares que los Lakers le ofrecieron a Kobe Bryant, en ese entonces de 35 años y claramente con un nivel de juego a la baja:

Publicidad

"¿Por qué Kobe Bryant recibe una extensión de contrato por 50 millones de dólares? ¿Será por lo que piensa hacer en los dos años siguientes con los Lakers? Por supuesto que no. Se lo dieron por lo que ha hecho en el pasado. No tiene sentido. ¿Por qué pagar por algo que ya pasó?"

En el mundo de la administración deportiva, la nostalgia es venenosa. La nostalgia hace valorar de más a los jugadores y gastar demasiado en sus salarios (te estoy viendo Van Gaal). La nostalgia te hace buscar nuevas posiciones donde tu jugador tenga mejores oportunidades (te estoy viendo Roy Hodgson).d

Schweinsteiger (entonces con el Bayern) y Rooney intercambiando palabras en el 2014. Foto por EPA

Mourinho parece estar consciente de estos riegos. Al mismo tiempo, es claro que aún valora a Zlatan Ibrahimovich y Wayne Rooney a pesar de la edad de ambos. Será interesante ver si podrá impulsarlos para que aporten algo, o si se pasarán las siguientes temporadas como figuras casi retiradas y sobrevaloradas, quitándole experiencia a los jóvenes futbolistas y cobrando más de lo que valen. Mourinho no es infalible. Ha cometido errores en el pasado. Ha vendido jugadores que habrían aportado mucho. Ha tratado mal a empleados que merecían un mejor trato. Pero en cuanto a Schweinsteiger, no se trata de la edad o de lo que ha hecho en el pasado. Se trata de habilidad.

Es más, ni siquiera Mourinho es la primera persona en hacer este tipo de cosas, es decir, no es el único que ha colocado la habilidad por encima de la nostalgia. Justo como mi amigo y fan de hueso colorado del Bayern, Susie Schaaf, comentó, hasta el viejo club de Schweinsteiger sabe del peligro de la nostalgia.

Every Bayern supporter hates Mou. Given. But, let's be fair, if Basti had ankles left, Bayern would not have sold him the first place.

— Susie Schaaf (@fussballsusie)August 2, 2016

Todos los seguidores del Bayern te odiamos, Mou. Pero seamos honestos, si Basti aún tuviera piernas, el Bayern no lo habría vendido.