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Puedes tumbar a Miesha Tate pero siempre se levanta

Nunca podrás mantener a Tate abajo. Un vistazo a cómo la veterana del MMA y eterna contendiente de UFC remontó en camino a conseguir el oro en la división peso gallo.
Photo by Josh Hedges/Zuffa LLC

Hace cuatro meses, Miesha Tate fue anfitriona en una fiesta para ver UFC 193 en un establecimiento en Las Vegas llamado Sapphire. Ahora, Sapphire no nada mas es un club para caballeros —también transmiten eventos de UFC y ocasionalmente invitan peleadores como Tate y Julianna Peña para presentar eventos en su club— pero el recibimiento del evento no fue bueno y pronto inspiró artículos como "Miesha Tate verá su oportunidad de título en UFC 193 desde un table dance en Las Vegas" de MMA Mania y "Miesha Tate pasará la noche de la pelea en un club para caballeros mientras Dana White sigue haciendo promesas falsas" de Yahoo.

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Tate, la antigua campeona de la división peso gallo de Strikeforce y eterna contendiente del título de UFC, estaba viendo la pelea que le prometieron desde un bar en el Stip de Las Vegas, literalmente a medio mundo de distancia —y en sentido figurado aún más lejos— de la acción.

Frustrada por su carrera legítima pero estancada —una carrera en la que se las arregló para hacer todo lo que se propuso excepto derrotar a la aparentemente imparable Ronda Rousey— y sujeto de las evasivas de UFC, Tate estaba considerando el retiro.

Aunque muchos trataron de catalogar sus comentarios como berrinches o una amenaza hueca, si ves lo que en verdad decía en The MMA Hour, la evaluación de sus opciones no mostraban irritabilidad, sino agotamiento y al final, resolución ante ese mismo agotamiento.

Al referirse sobre la desigualdad de sueldos y la manera en la que se anunció la pelea de Holm vs. Rousey, Tate se enteró de la pelea estelar de UFC 193 junto con todos los demás cuando Rousey anunció la pelea en Good Morning America, y dijo, "Entiendo que tienen un trabajo que hacer. Quieren promover peleas, quieren hacer peleas que vendan. Lo entiendo. Pero esto también es mi vida, y no soy un robot o una marioneta, y no apoyaré algo que no siento que sea correcto, algo en lo que no estoy de acuerdo".

"La razón por la que estoy en este deporte es porque lo amo, y cuando la burocracia se pone en el camino y empiezan a desacomodar todo no lo apoyaré. Esa no es la razón por la que me involucré en las peleas. No es la razón por la que peleo. Y no saldré y daré una mala pelea frente a mis fans porque no me sentí bien al respecto".

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Foto por Brandon Magnus/Zuffa LLC

Estaba consciente de que sus planes de retirarse eran una apuesta, pero se mantuvo firme en su convicción. "O va a explotar o [White] dirá que tengo buenos puntos y hará algunos ajustes", dijo. "Estoy segura de lo que siento porque lo merezco y lo creo. Sé lo que quiero, y no aceptaré nada menos que eso. Así que supongo que tendrá que estar preparado para lidiar con una mujer terca".

Después de un pequeño momento de alegrarse por la desgracia ajena luego de la derrota de Rousey aquella noche, y disculparse por ese momento, Tate se preparó para armar su caso y conseguir una oportunidad para enfrentar a la nueva campeona peso gallo. Fue suficiente para convencer a Dana White y a Holly Holm, quien no tenía interés en esperar en la banca mientras la ex campeona se recuperaba y trabajaba en sus demás proyectos, y Holm vs. Tate se programó para UFC 196.

En los primeros minutos de la pelea de campeonato el pasado sábado, se volvió evidente que era la pelea más importante para Tate en múltiples maneras. No solo era un momento de ahora-o-nunca para su carrera en UFC; sino que rápidamente se convirtió en una metáfora también: estaba a un paso de quedarse corta y ser eclipsada tanto por Rousey como por Holm. Tate sabía que pocas cosas podían salvarla. Así como lo ha hecho en la vida, fue a buscar la victoria por última vez en la jaula esa noche.

"Sabía que tenía que arriesgarme a ser noqueada en ese momento, eso era lo que iba a pasar", Tate admitió en la conferencia de prensa posterior al evento. "Pero de cualquier manera, anticipaba que la pelea fuera finalizada en el quinto round".

De nuevo, la apuesta de Tate al final de la contienda le dio resultado. Con una hermosa presentación de habilidades de jiu-jitsu y determinación, logró encajar una estrangulación de mataleón sobre Holm y la mantuvo hasta que el cinturón fue suyo (al fin).

"El detalle conmigo es mi mentalidad, no me importa lo bajo que llegue en cualquier momento de una pelea", dijo Tate antes de la pelea. "Literalmente me han tumbado y casi perdí y me recuperé y gané peleas. Así que no importa cuantas veces te tumben, todo se resume a cuantas veces te pones de pie. Creo que es lo que hace un campeón".

Sin importar cuántas veces había caído y estado fuera del octágono antes de ese último round del 5 de marzo, Tate se mantuvo fiel a su filosofía hasta que se recuperó al estilo Chumbawamba en camino a la cima de la división peso gallo de UFC. Caer y ponerse de pie otra vez es lo que hace un campeón, literalmente.

Y Tate tuvo su fiesta oficial de celebración justo en el Strip de las Vegas, en un pequeño club llamado Sapphire.