Cuatro imágenes que te harán decidir a tirarte en paracaídas
Todas las imágenes son cortesía de Red Bull

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Cuatro imágenes que te harán decidir a tirarte en paracaídas

Horacio Llorens es una leyenda de los cielos, plusmarquista y campeón del mundo. Uno de los pioneros de las acrobacias en paracaídas.

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¿Te has tirado nunca en paracaídas? ¿Has hecho parapente? ¿Has pilotado una avioneta o helicóptero?

Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, desde VICE Sports queremos felicitarte por tus arrestos. Si aún no lo has probado, creemos que la historia de Horacio Llorens te interesará.

Más acción: XXX

Horacio Llorens, nacido en Madrid en 1982, es una auténtica leyenda de los cielos. A los 12 años, Horacio cumplió su sueño de volar por primera vez; desde entonces, este atleta dedicado a las acrobacias en paracaídas ha recorrido el mundo entero para descubrir los parajes más espectaculares de la Tierra… desde el aire.

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Acompañamos a Horacio en un brevísimo viaje por cuatro lugares impresionantes —y dejamos que sea él mismo quien nos los comente.

La belleza del frío

"El salto en el paralelo 70 fue diferente a todo: volar de noche, tan cerca del Polo Norte, con un frío increíble… impresionaba las auroras boreales verdes y púrpuras que se movían y cambiaban de color constantemente".

Sin nervios, antes de saltar

"En 2012 viajamos a Guatemala con la idea de hacer la maniobra que más energía nos puede dar: el Infinity Tumbling. Íbamos a utilizar el parapente para lanzarnos como un tirachinas, y a partir de ahí giraríamos daríamos vueltas hasta batir el récord mundial".

Entre el sol y la tierra en Sudáfrica

"Volar sobre Ciudad del Cabo fue una experiencia única. La magnificencia de la bahía donde se asenta la ciudad sudafricana es incomparable".

Laberintos de agua

"Fuimos a Botswana a saltar y nos encontramos 45 grados de temperatura y una humedad altísima: ello implica tormentas bestiales. Había que tener cuidado, de repente empezaba a caer agua y se levantaban vientos de 50 km/h. Aún así, la belleza del lugar bien merecía el riesgo".