Fue una noche fría y lluviosa en Foxborough; incómoda para todos los que se dieron cita en el Gillet Stadium desde la grada hasta la banca. Pero las probabilidades nunca le dieron la espalda a los Patriots, el equipo de casa que fue alentado al grito de "One More!" —un Super Bowl más y hacemos historia, parecían decir los seguidores—.A Pittsburgh le salió todo mal. Primero, la lesión temprana de su corredor estrella en postemporada, Le'Veon Bell, quien en varias ocasiones intentó regresar al campo para ayudar a su equipo, pero cuando el cuerpo dice "no más", todo se acabó. Segundo, Antonio Brown, el arma más peligrosa de los Steelers, desapareció en gran parte del encuentro y realizó muy pocas atrapadas trascendentes. Tercero, Ben Roethlisberger tuvo un tino para el olvido en los pases importantes; se quedaba muy corto o se pasaba. Cuarto, y quizá la razón más importante de todas por ser el génesis de los demás problemas de los Steelers, Bill Belichick volvió a ganarle la partida de ajedrez a Mike Tomlin. Ya lo había hecho durante la temporada regular y le aplicó de nuevo la fórmula. Cachetada con guante blanco.Chris Hogan fue el héroe inesperado del partido de Conferencia —nueve recepciones para 180 yardas y dos anotaciones—; una pieza fundamental en este equipo forjado a la Belichick, quien parecer tener cierta fobia hacia los jugadores talentosos y prefiere escoger del "montón", pulirlos, y explotar su talento. Para aquellos de corta memoria o total desconocimiento, Tom Brady fue la selección 199 en sexta ronda del Draft del 2000. Ni los más optimistas habrían imaginado que en dos semanas, Tom Terrific estará disputando su séptimo Super Bowl y, con ello, establecerá una nueva marca como el único jugador en hacerlo.
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Los Steelers no pueden culpar a las falsas alarmas en el hotel, ni al cuerpo de árbitros, ni al clima, nada; les diremos exactamente lo que dijimos cuando Green Bay eliminó a Dallas: les dieron una lección de cómo se juega futbol americano.De ganar el 5 de febrero en Houston, Brady y Belichick podrían coronarse, indudablemente, como la dupla más ganadora de todos los tiempos en la NFL. Ningún entrenador a dirigido en siete Super Bowls; ningún jugador ha disputado la misma cantidad de Super Domingos. Brady tendrá la posibilidad de ganar su quinto anillo y empatar al ex defensivo de los 49ers y Cowboys, Charles Haley; los únicos dos jugadores con una "manita". Por su parte, el carismático Bill se convertiría en el primer entrenador en obtener cinco Vince Lombardies. Casi nada.9 catches.
180 yards.
1 — NFL (@NFL)23 de enero de 2017
Sólo podemos imaginar la cara que el comisionado de la NFL, Roger Goodell, pondrá cuando le tenga que entregar el trofeo a Brady e "inclinarse" ante quien posiblemente será el mariscal de campo más grande en la historia del futbol americano profesional. Todo esto si se logra consumar el sueño. Atlanta no es ningún pan.¿Quieres leer más sobre futbol americano? Sigue nuestra cobertura de la NFL aquí.Leer más: Banderas rojas al aire: La historia de la repetición instantánea