¿Por qué es importante el título del Leicester City?
Foto: Darren Staples/Reuters

FYI.

This story is over 5 years old.

el leicester es de todos

¿Por qué es importante el título del Leicester City?

Un campeonato de fe y esperanza para quienes el anhelo radica en no descender y en ganarle a los 'grandes'.

Han pasado 85 años desde que el Leicester consiguió su mejor récord en Primera División, un segundo lugar en la temporada 1928-1929. Aquella ocasión, el Sheffield Wednesday le quitó el gusto de ser campeón.

El destino es increíble. En abril de 2014, el Leicester City, después de poco más de 10 años descendido, tendría un nuevo juego que dictaría su ascenso a la Premier League contra el mismo Sheffield Wednesday. Aquella tarde, los 'Foxes' ganaron el encuentro y festejaron su último campeonato y la última ocasión que llegaron a la zona de honor de un futbol histórico como el inglés.

Publicidad

Pocos pensaban que aquel ascenso se convertiría en el inicio del mejor texto que se escribirá en la historia del club.

El sueño del Leicester City por ser campeón ya trasciende fuera de las fronteras de la ciudad, es más, se ha vuelto en un anhelo y en una bandera del hincha que por una u otra razón decidió serle fiel a un equipo que rara vez o que nunca va a ser campeón de algo.

Habemos muchos aficionados al futbol que nunca hemos visto campeones a nuestros equipos. Algunos sabemos que nuestro 'campeonato' reside en pelear la agónica batalla del no descenso y que nuestro título es salvar la categoría. Entendemos la categorización de 'grandes' y 'chicos', que en tiempos como hoy se van hacia ricos y pobres y cuyo sentido reside en solo vencerlos.

Felicidad, esperanza y lágrimas de emoción. Así se vive la temporada en casa del Leicester City. Foto: Reuters

Los campeonatos de ligas millonarias se van hacia los que más plata tienen en sus cuentas de banco; se dan cuando atrás de un proyecto hay millonarias apuestas televisivas y emporios de petróleo y gas.

Nuestra realidad se conforma en armar planteles que accedan a puestos europeos o a la media tabla, con clubes armados por lo que otros tiraron a la basura, con jugadores que tuvieron renombre o que apenas lo tienen pero que no cuentan con experiencia.

Y de repente, ahí aparece el Leicester City. Un 'new rich' cuya ropa aparenta ser de pordiosero pero que se encontró con un futuro promisorio que nadie esperaba al inicio de temporada.

El sueño de 'The Foxes' era eso, un simple anhelo que se ve en nuestra mente a las 3 de la mañana y que acaba a las 7 con la alarma de nuestro reloj despertador. Es la telenovela del canal popular en el que una joven pobre se termina quedando con el galán millonario que anda en Ferraris y Porsches. Es la cruda historia que sabemos, puede pasar, pero que difícilmente nos sucederá a nosotros.

Publicidad

Pero créanlo o no, en una dimensión menor y mucho más realista, sucede. El futbol es capaz de hacernos obtener ese billete ganador de la lotería sin siquiera haberlo comprado.

Semana a semana nos hemos ido familiarizando con la historia del Leicester City. Ese equipo cuyo título se ganaba temporada tras temporada con su permanencia en la Premier League y que en muchas ocasiones acabó sumergido en el fondo de la tabla viviendo ese asqueada realidad de club descendido.

Conocimos a un tal Jamie Vardy y su vida de Cenicienta. Comprobamos que el apellido Schmeichel es exitoso por herencia, que el mix Argelia-Francia volvió a dar un excelso futbolista como Ryhad Mahrez y que la carrera de Claudio Ranieri no estaba destrozada tras sus últimos fiascos como técnico de equipos 'grandes'.

Vardy y Mahrez, un brinco al estrellato y a la lupa mundial. Foto: Paul Mcfegan/Sportsphoto Ltd/Allstar

En cada juego sacamos a relucir nuestra negatividad al aceptar que "en este juego todo se vendrá para abajo" y la Premier volverá a las manos de los Chelsea, Manchester United, Manchester City o Arsenal. Pero esa realidad nos ha cobrado factura y nos ha abierto los ojos que también los pobres tienen derecho a ser campeones y que por más jodido que parezca nuestro panorama al inicio de la campaña, siempre se puede acabar el año dando la vuelta al campo.

En un futbol donde comúnmente las Ligas son de dos o tres contra el resto, el Leicester City nos ha enseñado que también hay que tener fe en este deporte y que de una u otra manera, hay forma de poder vencer a esos invencibles de siempre.

Al equipo le resta un cierre complicado. Primero, recibir en el King Power Stadium a una de las sorpresas de la temporada como el West Ham (que viene de hacerle un enorme favor al igualar con el Arsenal) y posteriormente pagar visitas a estadios como Old Trafford y Stamford Bridge. Los 'Foxes' pueden darse el lujo de gastarse esas dos derrotas y aún así, si no hay otro tropiezo, ser campeones de Inglaterra.

El Leicester milagroso, ese que cambió las lágrimas de tristeza por llanto de esperanza, que recotizó a jugadores cualquiera por estrellas y que brinda cada semana con el pesimismo del resto que no cree en él, nos abrió los ojos para tener en un futuro un juego más parejo y más equitativo económicamente.

El actual líder de Inglaterra dejó de ser un equipo de Premier League y hoy, es la bandera del equipo recién ascendido de México, del cuadro endeudado hasta las naríces de Argentina, del eterno sube y baja de España o del equipo al que ayer le metió ocho goles el Bayern Münich. Estamos a punto de vivir un hecho que se festejará en varios puntos de los cinco continentes, un logro de esperanza, fe y justicia.