La imagen de Giovanni van Bronckhorst y Dirk Kuyt como principales motores del éxito del Feyenoord vivirá para la historia del futbol holandés. No sólo se trata de un grandísimo exfutbolista y un gran delantero -del tipo que todo entrenador quiere en su equipo, de bajo perfil, dedicado, comprometido pero, sobre todo, efectivo- compartiendo un momento de algarabía, también la postal nos habla de aquellos miles de fanáticos aglomerados que durante 18 años mantuvieron sus gargantas bien lubricadas por culpa de las nulas celebraciones.Un triplete del "Principito de Rotterdam" y casi dos décadas después de un proyecto encabezado por van Bronckhorst, el Feyenoord puede orgullosamente portar el nombre de campeón de la Eredivisie.El público acudió al llamado de sus once representantes en la cancha, y poblaron las calles para festejar hasta el amanecer. Pero de todas los momentos de alegría destaca esta donde se ve a Kuyt al lado de van Bronckhorst dirigir a sus seguidores para cantar en unísono. La lealtad es incuestionable y la entrega evidente.Ojalá la directiva, jugadores, plantel técnico y, desde luego, la afición de Cruz Azul hayan tomado nota de cómo se rompe una "maldición".
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