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Mundial 2018

Así se vivió un juego de la selección senegalesa en Buenos Aires

Ayer, durante el Polonia vs Senegal, en Constitución mandó la bandera tricolor. Luego de unos días difíciles para la colectividad, la victoria fue un respiro. No se fue al Obelisco porque había que seguir laburando
Fotos de Juan Relmucao

Artículo publicado por VICE Argentina

“¡Ahí ta!”, gritó Lassana, que a esta altura, con dos temporadas en Argentina, cuando vio que M’Baye Niang tocaba hacia al espacio para habilitar un compañero, liberó la tensión vía habla argenta. Estábamos en Constitución, A 14 mil kilómetros de Moscú y 7 mil de Dakar, en la feria en la que Lass y unas cuantas decenas más de senegaleses trabajan todos los días sin apenas descanso. Hoy, sin embargo, pararon a ver la histórica victoria de Los Leones de la Sabana ante Polonia, por el grupo H del Mundial.

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¿Habrá salido a las calles esta porción porteña de la diáspora senegalesa cuando su selección, de la mano del icónico Papa Bouba Diop, clasificó a octavos en 2002? Lass sonrió cuando escuchó “Diop”, justo al terminar la oración que remató en 2002 —año esperpéntico para Argentina y glorioso para Senegal—, aunque no profundizó. Su castellano todavía no tuvo la oportunidad de pisar el campo semántico existente fuera de esta feria de doble piso, donde los jeans cuestan 350 pesos y los pibes como Lassana encontraron lo que habían venido a buscar desde el otro lado del océano: trabajo. Mal o bien, pero trabajo.

Los que sí profundizaron fueron los dirigidos por Ailou Cissé, capitán de ese combinado que sorprendió al mundo cuando le ganó a la campeona defensora Francia, dejó afuera a Uruguay en el último partido del grupo y eliminó a la Suecia verduga de Argentina. Un avance conducido por Mané -la 10 en la espalda y toda la estampa de crack nacido en Barraquilla o Lanús- derivó en un remate de Gueye que se desvió en un defensor polaco y adentro. 1-0.

De arriba a abajo el Paseo de La Estación se sacudió con la apertura del marcador: junto a los televisores de los cafés o en algunos locales con pantallas, los africanos soltaron un grito que tardó 16 años en volver a llenarles las gargantas ¿otra victoria de arranque contra un europeo para el palmarés de los Leones? Mientras en las tribunas del Estadio Spartak los puñados de verde se hacían escuchar, en los pasillos de la feria corría el eco de las radios senegalesas conectadas por los pibes vía streaming. “Vamo' que ganamo'”, tiró Lass, como agarrando una medialuna y un amargo. Senegal tocaba, se ordenaba, tenía dos centrales que le habrían venido bien a Sampaoli en el debut y proseguía el partido con carácter. Polonia, insípida.

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Todo menos insípidos eran Laye y Adye: baqueanos del chimichurri de Constitución y francos de trabajo, se juntaron en el bar de la vieja Feria de Constitución para acompañar la ansiedad mundialista con sendas hamburguesas condimentadas al gusto del sur porteño.


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“Senegal a Japón sí. Colombia…mejor”, pronosticó Laye, que se daba en octavos de final mientras los de Cissé seguían con un despliegue aeróbico que cansaba sólo de verlo e hilvaban buenos momentos de fútbol de la mano de Nyang y Mané. Al segundo tiempo Polonia puso más gente pero el mismo frío arriba y Senegal, desmitificando las taras africanas, hizo un partido correcto atrás, sin faltas fuertes o errores gruesos. Tan tranquilo iba el partido que el segundo sorprendió a todos: central polaco y espectadores incluidos.

Tras el festejo, foto con Adye pronosticando tres. “Messi. Solo”, dijo Laye después del saludo. Lo saben en los cinco continentes…

De vuelta en el segundo piso de la Feria, mientras la inercia hacía lo propio y hablar de “ganamos” y “pasamos” era casi natural, había más laburantes frente a las pantallas y más gente que se sumó a la gesta del África Occidental. Así llegó el descuento europeo. ”Este es polaco pero no lo grita porque cobra”, me dijo un viejito sentado en grupo en las mesas del café; y los minutos finales, que encontraron a la popular nerviosa y bilardista. ¿Cómo se dirá "ya termina" en wolof?

Con el pitazo final y la tercera victoria senegalesa en la historia de los Mundiales consumada, mientras algunos bailaban en los pasillos al ritmo de la música nacional, Lass sacó un cassette argentino de la manga: “Hicimos bien las cosas y esperamos ganar con Japón si Dios quiere”. Dios o Alá así lo permitan.