Este restaurante quiere que cenes con los muertos

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Este restaurante quiere que cenes con los muertos

Una vez que entramos al restaurante de luz tenue, es difícil escapar de un hecho evidente: las mesas y las cabinas están acomodadas alrededor de grandes tumbas en forma de ataúd. En New Lucky, los clientes están cenando con los muertos.

Con sus ventanas de piedra bellamente talladas, la mezquita Sidi Saiyad ofrece una muestra del siglo XVI en el centro de Ahmedabad, una ciudad bulliciosa que es la más grande en el estado indio de Gujarat.

Casi derretido por el calor del mediodía, me voy de la mezquita de prisa después de tomarme unas fotografías con mis compañeros y busco conseguir algo refrescante. Nuestro guía nos lleva a un restaurante fresco y con sombra con un árbol atravesando el techo.

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El restaurante se llama New Lucky y está al otro lado de la carretera de la famosa mezquita. Con motocicletas y carretas avanzando en la calle y enormes anuncios de Coca-Cola puestos sobre la entrada, New Lucky se parece a cualquier otro restaurante en la actual Ahmedabad. Incluso su sencillo nombre Inglés sería fácilmente pasado por alto en una búsqueda en Google.

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Pero una vez que entramos al restaurante de luz tenue, es difícil escapar de un hecho evidente: las mesas y las cabinas están acomodadas alrededor de grandes tumbas en forma de ataúd. En New Lucky, los clientes están cenando con los muertos.

A mis amigos, derrotados por el calor, no les interesa refrescarse en un cementerio, por lo que retrocedemos después de echar un breve vistazo al lugar.

Sin embargo, yo quedé tan obsesionado por la existencia de este restaurante-cementerio que unos días más tarde tomé un viaje de 40 minutos en carreta para buscarlo.

La construcción de un restaurante en la cima de un cementerio no es un truco de marketing moderno. El restaurante New Lucky fue abierto por dos jóvenes en la década de 1950, no mucho después de que India obtuviera su independencia en 1947. Pasó de ser un puesto de té en la esquina a ser un conjunto de cafetería-restaurante que ocupa aproximadamente 278 metros cuadrados en el ocupado barrio de oficinas y escuelas.

En el interior, los camareros no hablan Inglés y no tienen idea de dónde sentarme. Por un momento, me siento otra vez como en la preparatoria, en la lucha seria de decidir con quién sentarme.

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Waiters hustles around in the cemetery restaurant.

Finalmente, encuentro a dos hombres con gafas que sospecho hablan Inglés. Rápidamente me hago su amigo y ordenó lo mismo que ellos, la especialidad de New Lucky: té de

masala

y pan

maska

, una especie de pan de molde con mantequilla untada en el interior.

Uno de los jóvenes que fundó el restaurante, Kutti Nayar, ahora tiene 72 años. Se sienta en silencio en un rincón del restaurante con su hijo, Rajiv, quien revisa su teléfono con frecuencia. El restaurante surgió de un carrito de té que Nayar y su compañero, Mohammadbhai, establecieron bajo la sombra de un árbol de neem. El cementerio estaba detrás de ellos, frente a la famosa mezquita. Vendían el té de masala a la gente del barrio, así como a los visitantes de la mezquita y del cementerio.

A medida que el negocio creció, los socios decidieron construir un edificio para albergar al restaurante justo en los terrenos del cementerio. Pensaron mucho en la disposición del espacio –una combinación de un salón de té donde los vivos socializaran, y una sepultura donde los muertos descansaran.

Las mesas están delicadamente dispuestas alrededor de las tumbas, que están marcadas con pequeñas vallas. Además de rendirles homenaje, los dueños del restaurante también se hicieron cargo de la limpieza y de la decoración de las tumbas, ofreciendo flores y decorando el espacio para mostrar respeto.

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La combinación de té de masala y pan maska ​​se hizo muy popular y ganó una gran multitud de clientes. Uno de sus clientes fue el famoso pintor MF Husane, un amigo del difunto socio Mohammadbhai. Una de sus pinturas –que ahora cuelga en el New Lucky– consiste de bloques de color abstractos y dos camellos, por encima de los cuales hay dos líneas de Urdu. Dice "Kalma", un himno a Dios, y la oración "Dios es uno".

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El éxito de New Lucky comenzó con la reputación de su sabor. En un giro de la firma, los socios le agregaron al té cacao en polvo. "El aroma del chai se apoderó de todo el lugar", dice Girish Gupta, un guía de la caminata patrimonial de la antigua ciudad de Ahmedabad, que denomina a New Lucky como un punto destacado.

Me sirven mi chai poco después de ordenarlo. Un camarero vierte el té caliente en una pequeña taza de porcelana, mientras que algunas rayas color chocolate se extienden hasta el plato, que ya está cubierto de manchas.

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El sabor del té es incluso más rico que su color –una mezcla de leche con chocolate y chai. Aquí, el más cotidiano deleite indio reúne a los muertos y a los vivos, a los musulmanes y a los hindúes, y lleva a la ciudad vieja a su nueva vida.

Los socios también construyeron una mezquita pequeña y modesta a lado del restaurante para honrar a los muertos y dejar que los vivos recen. A diferencia del concurrido restaurante, la pequeña mezquita es tranquila y recibe pocos visitantes. Mis amigos de té me aconsejaron no echar un vistazo por la puerta, sintiendo que podría ser un poco intrusivo.

Además del chai de

masala

, el restaurante también ofrece un menú completo de comida india. Sin embargo, muchas personas sólo vienen por lo clásico, té y pan, como lo recomiendan los colaboradores en Zomato, una versión india de Yelp. Muchos de ellos ni siquiera mencionan las 27 tumbas en el restaurante.

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De hecho, ninguno de los clientes parece prestarles atención, o al menos no tanta atención como la que yo recibo cuando me aventuro en el lugar. Ellos comen, beben y charlan despreocupadamente, como si se tratara de cualquier otra cafetería en cualquier otro lugar del mundo.

El manger de 62 años de edad de New Lucky, Ruzak Bhai Mansuri, confirma la popularidad del lugar. "Está abierto desde las 5 am hasta la medianoche, y, la mayoría de las veces, el lugar está muy concurrido," me dice.

Anand Venkatkrishnan, un estudiante de doctorado en el departamento de religión de la Universidad de Columbia, está muy interesado en la existencia del restaurante construido sobre un cementerio musulmán. Aunque Venkatkrishnan creció en una familia de brahmanes tamiles, que normalmente incineran a sus muertos, habla de un ritual llamado shraddha, en el que se alimenta a los muertos simbólicamente antes de enviarlos al otro mundo.