El arte de ser "el mejor": Analizando las victorias de Chelsea y Liverpool

Si hay un cliché particular que tiene prioridad en este momento de la temporada, es el que se refiere al "mejor equipo". Estamos a diez juegos en la nueva temporada y, como tal, los comentaristas de futbol son más capaces de juzgar cual equipo de los que forman parte del top seis podrá adelantarse rumbo a la final de la liga. Mientras que algunos son por naturaleza son considerados como "el mejor" —Manchester City, por ejemplo— los demás, invariablemente, tienen dificultades para ser etiquetados de tal manera, como el Arsenal. La realidad del propio límite es altamente subjetiva y depende de la percepción de la fortaleza mental, fuerza, y el comportamiento de cada equipo después de una victoria sobre otro equipo que es considerado como "el mejor".

Mientras que todos entendemos lo que significa para un lado ser etiquetado como el acuerdo "real", sigue siendo una expresión de odio que suena característicamente al estilo Trump en su torpe imitación de pláticas de negocios trasatlánticos. Imagina a Donald, con un cabello rubio que sobresale agresivamente hacia las cámaras, y su piel de color rosa vibrante de emoción, etiquetando a un equipo de futbol como el mejor, mientras que estrecha la mano de Richard Scudamore con su "garra" carnosa y firmando un nuevo contrato de propiedad. Imagina a Donald tomando las riendas de uno de los más grandes clubes de futbol del país, demoliendo instantáneamente el estadio para dar paso a otro lujoso campo de golf. En realidad, no es tan descabellado. Él habla el lenguaje de la empresa codiciosa, y sabe el valor de ser considerado como el mejor, más que la mayoría.

Aunque el Chelsea logró su cuarta victoria consecutiva en la Liga St. Mary, el Liverpool anotó una gran victoria sobre el Crystal Palace. Ambos clubes pueden haber tenido problemas en la temporada pasada, pero ahora se ven capaces de montar un auténtico desafío. La realidad de su estatus está ahí para que todos lo vean, incluso para alguien como Donald Trump.

Jurgen Klopp y Antonio Conte son dignos de elogio por convertir sus respectivos lados en el trato "real", sobre todo después de varios deslices antes en la temporada. Liverpool y Chelsea son capaces de jugar futbol con estilo, y en ocasiones fueron tremendos durante este fin de semana, simplemente tremendos. Sin embargo, al final sólo un club puede llegar a la cima, y demostrar que comprende el arte de ser el más cabrón en todo su esplendor. Mientras tanto, sólo podemos esperar que los medios deshonestos no traten de influir en la contienda. Recuerden que según Trump, todo está ya arreglado. Qué triste.