Cuando los dulces le jugaron una mala pasada a Dwight Howard en los Lakers

Dwight Howard, jugador de los Hawks de Atlanta, es una maravilla física. Siempre ha sido así desde que debutó en la liga recién salido de la preparatoria —un superhéroe de proporciones monstruosas, veloz, y poderoso. Es una combinación que pocas veces se ve, particularmente en los adolescentes de 18 años.

¿Cómo pudo Howard obtener ese físico tan impresionante? ¿Tiene que ver con su genética o esculpió su cuerpo durante años? Ninguna de las dos. Las historias sobre la obsesión de Howard por los dulces son bien conocidas o quizá no tanto como pensamos. Gracias a un artículo reciente de ESPN, por fin podemos entender cuánta azúcar consumía todos los días. Un barbaridad.

Regresemos al 2013 cuando Howard la pasaba mal con los Lakers. El grandulón de 27 años no se encontraba en la duela, y al principio se creía que sus problemas se originaban de su espalda. Pero entre más investigaba el equipo médico de los Lakers, incluyendo la nutrióloga Cate Shanahan, los problemas de salud del jugador, los resultados eran más sorprendentes.

Las piernas de Howard presentaban hormigueo, el jugador se quejó, pero [la nutrióloga] se dio cuenta que [Howard] también tenía problemas para atrapar los pases, como si en las manos tuviese guantes de hornear. También confesó que sus dedos también se entumecían. Shanahan, con dos décadas de experiencia en el campo, sabía que Howard tenía un gusto legendario por las cosas dulces, y sospechó que su consumo de azúcar estaba causando una disfunción nerviosa llamada disestesia, la cual había visto en pacientes con prediabetes.

Es difícil vincular el bajo nivel de un atleta profesional con la disfunción nerviosa inducida por el azúcar consumido hasta que te enteras de la cantidad de dulce que corría por las venas de Howard.

Primero, Shanahan tuvo que entender la dieta de Shanahan para poder alterarla. Después de haber llamado a su guardaespaldas, chef y asistente personal, Shanahan descubrió un hecho desconcertante: Howard había estado consumiendo cerca de dos docenas de barras de chocolate todos los días durante varios años, posiblemente durante una década. 'De cualquier tipo que se te ocurra', comenta Shanahan. Skittles, Starbursts, Rolos, Mars bars, Twizzlers, Almond Joys, Kit Kats, y los deliciosos Reese's Pieces. Los comía antes del almuerzo, después del almuerzo, antes de la cena, después de la cena, y como cualquier junkie Howard tenía pilas de estos dulces por todos lados, en la cocina, habitación, auto, siempre cerca de su alcance.

Así es, 24 barras de chocolate de pura azúcar. Todos los benditos días.

Afortunadamente, la historia tiene un final feliz. El equipo médico convenció a Howard de cambiar su dieta a emparedados de crema de maní y mermelada, y poco a poco la sensación de hormigueo de sus dedos y piernas desapareció.

[ESPN]