Sevilla FC: éxito a través de los fichajes
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la magia de 'monchi'

Sevilla FC: éxito a través de los fichajes

El Sevilla sumó su cuarto título de la Europa League en diez años frente al Dnipro ucraniano. Investigamos el origen de este éxito tan espectacular.

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Alcanzar cuatro finales continentales en una década no está al alcance de cualquiera. De hecho, desde 2005 hasta 2015 tan solo lo ha logrado el FC Barcelona —la de Berlín será su cuarta final de la Champions League en este periodo— y el Sevilla FC —cuatro veces en la final de la Europa League… y cuatro victorias.

El Sevilla vive desde aquella final de 2006 en Eindhoven frente al Middlesbrough su década de oro, diez años durante los cuales la entidad del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán ha hecho de las victorias en Europa una rutina. Y cuando uno se acostumbra a ganar de esa manera, cabe la posibilidad de que se pierda la perspectiva del enorme mérito que tienen estos triunfos.

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En cuanto a parámetros económicos, el Sevilla está lejos de las diez o quince mayores potencias del continente europeo, y aún así sobre el césped compite contra los mejores. Y les gana con frecuencia. Los hispalenses compiten porque los protagonistas en el campo lo hacen francamente bien… y porque los encargados de dirigir el club y de tomar decisiones acerca de ventas o fichajes aciertan de forma habitual.

De inicio, la dirección deportiva del Sevilla acertó cuando incorporó a Unai Emery en 2013 como nuevo inquilino del banquillo de Nervión. Desde ese momento, el crecimiento del Sevilla ha sido continuo a pesar de las importantes bajas que ha sufrido el equipo: Jesús Navas, Álvaro Negredo, Gary Medel y Geoffrey Kondogbia buscaron nuevos destinos para sus carreras a lo largo del verano de 2013. Doce meses más tarde, en el verano de 2014, la puerta de salida la abrieron el mejor centrocampista del equipo (Ivan Rakitic), un importante zaguero central (Federico Fazio) y una de las piezas más prometedoras de la escuadra (Alberto Moreno).

"Dinos, Carriço: ¿estás contento de jugar en Sevilla?" "¡Fuck yeah!". Imagen vía Reuters.

Se pondera el talento de Unai Emery, se aprecia el trabajo de Grzegorz Krychowiak, se reconoce el nivel de Vitolo con la llamada de la selección española, se alaba el rendimiento de Aleix Vidal (también citado por Vicente del Bosque para los compromisos del mes de junio junto a Vitolo y al guardameta Sergio Rico), se celebran los goles de Carlos Bacca o Kevin Gameiro, se valora el compromiso de José Antonio Reyes, Vicente Iborra o Éver Banega, pero quizás no se repare lo suficiente en aquel punto que mayor mérito otorga a cada triunfo que cosecha el Sevilla en los últimos meses.

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Ramón Rodríguez Verdejo, 'Monchi', dirige una estructura de trabajo que cuenta con 16 miembros en su secretaría técnica, un equipo que de septiembre a mayo realiza un seguimiento exhaustivo de competiciones de todo el mundo. El trabajo de esa época del año es tan solo el preámbulo de la parte más complicada de su labor: acertar con la elección de los fichajes y cerrar las diversas negociaciones.

Los números indican que el Sevilla recibió alrededor de 50 millones de euros el pasado verano por las ventas de Rakitic, Moreno, Fazio, Jairo, Botía y Perotti. La cifra ingresada en 2013 fue superior: el Sevilla traspasó a Navas, Negredo, Kondogbia, Medel, Luis Alberto, Campaña, Luna y Spahic por 90 millones de euros en los meses veraniegos de 2013.

En ese periodo, en el que las arcas sevillistas recibieron 140 millones de euros, el club solo invertir 55 millones de euros en fichajes. Al Sevilla le correspondía vender lo más caro posible —a veces, teniendo que sacrificar a algunos de los mejores jugadores de la plantilla— y comprar relativamente barato.

Así aterrizaron en la ciudad andaluza futbolistas como Kevin Gameiro (por 7,5 M €), Carlos Bacca (7 M €), Vicente Iborra (6 M €), Grzegorz Krychowiak (5 M €), Vitolo (3,2 M €), Aleix Vidal (3 M €), Timothée Kolodziejczak (3 M €), Éver Banega (2,5 M €), Nicolás Pareja (2,5 M €), Benoît Trémoulinas (2,5 M €), Sebastián Cristóforo (2,2 M €), Raul Rusescu (2,2 M €), Jairo Samperio (2,2 M €), Beto (2 M €), Daniel Carriço (1,8 M €), Diogo (1 M €) y Mariano Barbosa (0,1 M €). Además, varios jugadores han recalado en calidad de cedidos (Denis Suárez, Iago Aspas y Gerard Deulofeu; o Marko Marin y Denis Cheryshev previamente) y otros han llegado libres (Stéphane Mbia, Alejandro Arribas) al Nervión.

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Aleix Vidal, de Almería al cielo pasando por el Sánchez Pizjuán. Foto de Marcelo del Pozo, Reuters.

Según Deloitte, el Sevilla no alcanza el top-30 de clubes con mayores ingresos del mundo: esto significa que hay al menos 30 entidades en Europa que el pasado año ingresaron más dinero que los andaluces… algo que no impidió que celebraran una Europa League en el mes de mayo y comparecieran en la Supercopa de Europa en Cardiff frente al Real Madrid.

La del Sevilla es una lucha deportiva contra numerosos equipos con mayores recursos económicos y, por tanto, con mejores posibilidades en el mercado. Sin embargo, lo que marca la diferencia desde hace varios cursos es la habilidad de los sevillistas para explotar al máximo hasta el último céntimo que tienen en el bolsillo. Y en su caso prácticamente la única opción ahora mismoes hacerlo a través de fichajes catalogados de 'perfil bajo'.

Así llegaron, entre muchos otros, un delantero suplente del Paris Saint-Germain: Gameiro. Un ariete de la liga belga: Bacca. Un mediocentro desconocido para el gran público: Krychowiak. Un lateral izquierdo del Dínamo de Kíev: Trémoulinas. Un defensa del Niza: Kolodziejczak. Un extremo del Almería: Aleix Vidal. Un centrocampista que no se había asentado en el Valencia: Banega. O un defensa del Reading inglés: Carriço. La lista es larga.

Las magníficas victorias en Turín, sede de la final de la edición 2013-14 de la Europa League, y en Varsovia, sede de la final de la competición esta temporada, no se pueden entender en el caso del Sevilla sin ponderar la valía de gran parte de las contrataciones realizadas por su secretaría técnica en estos últimos dos años. Porque en el fútbol el dinero no lo es todo… y porque en el fútbol, el éxito no siempre es proporcional al tamaño de la chequera.