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goles de otro mundo

La FIFA da a conocer a los tres finalistas del Premio Puskás 2016

La FIFA ya tiene a sus tres nominados para el gol más hermoso del 2016. Spoiler alert: el tercero te volará los sesos.

En el futbol, al igual que en la guerra y el amor, todo se vale cuando se trata de hacerse presente en el marcador. Un gol —algunos opinan— sólo vale cuando tiene un elevado valor estético. Para otros, las carambolas, autogoles, desvíos y demás circunstancias desafortunadas lo son todo, siempre y cuando su equipo empate o gane. Pero la verdad es que cuando quedan dos minutos en el reloj del segundo tiempo extra y tu equipo está urgido de un milagro, cualquier manera de clavar un gol siempre será bienvenida.

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Existen goles de todos tipos. Pero los mejores suelen ser premiados por la FIFA —por medio de una votación abierta al público vía online— al final de cada año. El nombre del premio es bien conocido, pues quién no ha escuchado de Ferenc Puskás, la leyenda húngara del balompié cuando se jugaba en blanco y negro.

OFFICIAL: Final — FIFA.com (@FIFAcom)2 de diciembre de 2016

El año pasado, los honores se los llevó el futbolista brasileño, Wendell Lira, cuya historia inspiró al mundo del futbol, ya que en su vida imaginó ser reconocido como el autor intelectual y ejecutante del gol más bonito del 2015 —considerando que Lio Messi fue uno de los finalistas junto con Florenzi de la Roma—. Y aunque se retiró del futbol profesional poco después del galardón, Lira jamás olvidará aquella noche donde brilló al lado de los astros de las canchas.

Este año, la competencia es buena pero, luego de echar un vistazo a los tres finalistas, creemos haber escogido a nuestro preferido: Mohd Faiz Subri de la Superliga de Malasia. Les dejamos el vídeo de los nominados y sus increíbles hazañas con el balón:

La acrobacia de Marlone del Corinthians y el baile de la venezolana Daniuska Rodríguez son dignos de repetir hasta el cansancio y se habría dado una buena disputa entre estos dos para ver quién se llevaba el premio de no haber sido por el grandilocuente tiro libre de nuestro amigo Subri.

De no haber estado entre los nominados al Premio Puskás, habría creído que el gol de Subri se trataba de una alteración digital para hacerlo ver como una de las memorables anotaciones de Los Supercampeones. Pero no es así. El efecto que cobra el balón en los últimos metros de cara a la portería es para volverse loco. Y tampoco se trata de un tiro de suerte —como muchas veces sucede pero los jugadores no quieren aceptarlo—. Si miramos con detenimiento, Subri coloca el cuerpo y el empeine de su pie derecho de tal forma que el impacto se logre con la parte exterior y surta, precisamente, el efecto mareador mientras desciende.

En conclusión, es una obra de arte. La memoria de Subri bien podría descansar entre los grandes maestros del Renacimiento. No quiero imaginarme las horas que le dedicó a los entrenamientos para poder estar donde ahora está.