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Más allá de la polémica decisión, Manny Pacquiao luce acabado

Para muchos, Manny Pacquiao derrotó a Jeff Horn, nuevo campeón wélter de la OMB, en Brisbane el fin de semana. Pero la verdad es que el senador filipino ya no está en la élite del boxeo.

Dos bandos surgieron el día de "La Batalla de Brisbane", fecha en que la leyenda del boxeo, Manny Pacquiao, perdió su cinturón wélter de la OMB luego de una polémica decisión unánime ante el australiano Jeff Horn.

Los que vieron y escucharon la transmisión de ESPN creen haber sido testigos de un robo, y vaya que hay mucho material de apoyo para sostenerlo.

Estadísticamente, a sus 38 años Pacquiao dominó a Horn; conectó 182 golpes (123 de poder) contra los 92 de Horn, según CompuBox. El australiano conectó sólo el 15 por ciento de sus golpes a lo largo de 12 rounds, y a pesar que los 51,052 asistentes respondieron a los mejores momentos de su peleador sabían de antemano que el final se acercaba en el noveno episodio. El ojo derecho de Horn estaba hinchado y sangrando, y el réferi Mark Nelson le advirtió a la esquina del exolímpico que detendría la pelea a menos que las cosas cambiaran en el décimo round.

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Y así fue, ya que Horn sobrevivió a los últimos tres, negándole a Pacquiao su primer nocaut desde 2009.

El "cómo" es que Horn pudo sobrevivir es un tema para debatir. Además de que dos jueces calificaron la pelea 115-113 en favor de Horn, la juez Waleska Roldan tuvo al australiano arriba 117-111.

El boxeador y comentarista de ESPN, Timothy Bradley, predijo una decisión cerrada, pero el analista y viejo entrenador, Teddy Atlas, vio ganar al filipino 116-111, y no pudo ocultar su molestia una vez conocida la decisión.

Foto cortesía de Duco Promotions

El bien conocido entrenador de Manny, Freddie Roach, se reservó las críticas en contra de los jueces.

"Opino lo mismo que Manny, respeto la decisión de los jueces", dijo Roach. "Bueno, a dos de los jueces [que calificaron 115-113]. Creo que Manny ganó, pero Jeff Horn mostró mucho corazón también. Es un peleador grande, fuerte, y lo felicito".

Poco después, mientras hacía hablaba con los medios australianos, Roach comenzó a cuestionar las tarjetas de forma más severa.

"Fue difícil, creo que a veces la gente necesita ser investigada", declaró Roach, quien había predicho un nocaut para Pacquiao ante el desconocido Horn.

"Al menos en Estados Unidos cuando tienes resultados tan extraños con los jueces, el comisionado pregunta en algún punto '¿Por qué? ¿Dónde? Muéstrame cómo pusiste esos resultados'".

Y, después, se hizo presente la indignación de la realeza del boxeo en redes sociales.

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"Esto es lo que está mal con el boxeo", tuiteó el legendario Lennox Lewis. "Horn fue muy competitivo pero no veo cómo pudo haber ganado esta pelea".

A pesar del escándalo de las críticas, existe otra perspectiva que comparten aquellos que se basan solamente en sus ojos.

"Vi la pelea sin volumen (gracias a dios) porque estaba en un bar", escribió el boxeador veterano y analista de Showtime, Paulie Malignaggi. "Nadie en ese lugar creyó que le robaron a Pacquiao. La gente necesita dejar de contar las estadísticas de los golpes porque son muy imprecisas y propensas al error humano".

Foto cortesía de Duco Promotions

Sin sonido, las dos cortadas en la cabeza de Pacquiao resaltaron un poco más, a pesar de que fueron ocasionadas por cabezazos accidentales en el sexto y séptimo round. (Pacquiao recibió 17 puntadas después de la pelea).

A pesar que el filipino estuvo mucho más ocupado que Horn y dio el round más decisivo de la contienda, el resto de los 11 episodios fueron muy cerrados. Después de todo, no era tan descabellado que dos jueces calificaron la pelea 115-113 a favor de Horn.

"Fue una pelea cerrada, competitiva, en la que Horn siempre propuso", añadió Malignaggi. "También cerró más fuerte. Pensé que cualquiera de los dos podría ganar, pero el cierre de Horn le otorgó al victoria. Me alegro de no haber tenido otra opción más que verlo sin volumen. Terminó siendo la mejor forma de ver la contienda (lo cual puso aún más en ridículo a las estadísticas una vez que aparecieron en la pantalla)".

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Pacquiao cuenta con una cláusula en su contrato, y dijo que tomará dicha opción.

Incluso si eres de los que cree que Pacquiao ganó en Brisbane, la ilusión por ver al Peleador de la Década (2001-2010) se esfumó el sábado por la noche. Después de años de ser una atracción en las peleas de paga, el poder de Pacquiao se está esfumando rápidamente. Aún tiene velocidad, pero ya no es suficiente para superar a rivales más grandes.

En alguna ocasión se habló de que el filipino podría enfrentar al campeón superligero unificado, Terence Crawford —quien también es promovido por Top Rank y Bob Arum— pero después de "La Batalla de Brisbane", ¿quién desperdiciaría su tiempo o pagaría por una pelea dispareja?

"[Terence] Crawford jugaría con Manny", tuiteó el promotor Lou DiBella. "El Padre Tiempo es un bastardo".

Incluso la idea de que Pacquiao se quede en peso wélter, donde campeones más jóvenes como Keith Thurman (AMB, CMB) y Errol Spence Jr. (FIB) son tan dominantes, ya no es muy atractiva.

Crawford espera unificar la división de las 140 libras contra el campeón superligero Julius Indongo el 19 de agosto, luego de que Vasyl Lomachenko (también peleador de Top Rank) ponga en juego su faja superligera del OMB ante Miguel Marriaga el 5 de agosto.

Por ello, aunque Pacquiao vs. Horn haya decepcionado a los fans, el boxeo continúa siendo más emocionante en el 2017.

Sin embargo, para Pacquiao no se trata de una cuestión de pelear en PPV o en televisión de paga.

El público fue testigo de la triste verdad de uno de los boxeadores más fenomenales de la historia, quien ya no es el mismo de antes. Puede que haya sido robado en Brisbane, pero la verdad es que está acabado. Es momento de enfocarse en su labor como senador de las Filipinas o seguir adelante con sus gestos humanitarios. El boxeo ya no luce como una opción viable.