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Uruguay ha expandido masivamente los derechos trans

El nuevo paquete de reformas consolida la reputación de la nación como el país más progresivo en América Latina.
PL
traducido por Paola Llinás
Persona caminando a través de una bandera de arco-iris pintada en la calle.
Foto por Marcel vía Stocksy 

Artículo publicado originalmente por Broadly Estados Unidos.

Mientras la administración de Trump duplica su ataque contra los derechos trans, Uruguay acaba de introducir algunas de las leyes transgénero más integrales del mundo. El paquete de reformas consolidará la reputación en derechos LGBTQ de la nación Latinoamericana como una de las más avanzadas y progresivas socialmente en el mundo.

La nueva ley, aprobada por el Congreso de Uruguay el 19 de octubre, expande masivamente sus amparos para la comunidad transgénero. Las personas trans ahora tienen el derecho de auto-identificarse y cambiar su nombre legal sin tener que buscar aprobación de un juez. El sistema de salud estatal ofrecerá cirugía de confirmación de género gratis así como cualquier tratamiento de hormonas necesario.

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También han sido habilitados cupos para asegurar que las personas trans puedan participar de lleno en la vida pública, con el uno por ciento de todos los trabajos gubernamentales listos para ser otorgados a personas trans por los próximos 15 años.

Adicionalmente, las personas trans que sufrieron de persecución durante la brutal dictadura militar de 1973-1985 podrán recibir una pensión compensatoria especial.

Uruguay es conocido por sus políticas sociales progresivas, y particularmente por ser un líder global en derechos LGBTQ. En 2008, se convirtió en el primer país de América Latina en introducir uniones civiles, y pasó a legalizar el matrimonio del mismo sexo cinco años después. La terapia de conversión, que permanece legal en muchos estados de Estados Unidos, fue prohibida en Uruguay en 2017 para los menores.

Pero las personas LGBTQ en Uruguay todavía son objeto de altos niveles de discriminación, exclusión social, y odio. De acuerdo con el Banco Mundial, las personas uruguayas LGBT son más susceptibles a la pobreza, y tienen menos acceso a la educación y la vivienda. La situación es particularmente grave para la comunidad trans: de acuerdo a la Administración de Servicios de Salud del Estado de Uruguay, la expectativa de vida promedio para las mujeres trans es de tan solo 45 años (32 años menos que las mujeres cis), y dos tercios de personas trans serán las víctimas de actos graves de violencia al menos una vez en su vida, lo que significa que los nuevos derechos integrales trans de Uruguay son muy necesarios.